La fórmula funciona por Juan Andrés Fontaine

Opinión 

Diario El Mercurio, Domingo 08 de Abril de 2012 

http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/04/08/la-formula-funciona.asp

Me inicio hoy en esta importante tribuna, para mí tan cargada de significados. Desde ella espero contribuir al apasionante debate de cómo construir un Chile mejor.

El programa de gobierno del Presidente Piñera ha comenzado a rendir los frutos prometidos. La actividad económica corre al seis por ciento anual y -pese al deterioro del clima externo- puede crecer hasta cinco por ciento en el año en curso. La inversión ha cobrado dinamismo y la productividad parece comenzar a repuntar. Nacen 33 por ciento más empresas que antes, aportando competencia e innovación. La creación neta de empleos es masiva. El desempleo cae cerca de los mínimos históricos, pero con más mujeres y jóvenes incorporados a la fuerza laboral. Sólo la inflación emerge como un riesgo acotado y manejable.

Sin embargo, la popularidad del Gobierno sigue sorprendentemente decaída. ¿Será que la prosperidad económica no rinde dividendos políticos, que se da ya por asegurada y que hay que ofrecer ahora nuevos subsidios a la clase media? Sería paradójico. Con esas mismas banderas, la Concertación fue derrotada en las urnas por una candidatura que ofreció una fórmula para apurar el paso hacia el desarrollo.

Hay quienes apuntan al alza del costo de los alimentos como causa del descontento. Pero no sólo de pan vive el hombre. Porque hay mejores salarios y empleos, hoy los ingresos de los trabajadores crecen mucho más rápido que el IPC, el índice más representativo del costo de vida para la mayoría de la población.

Si los buenos resultados económicos no convencen, será porque el tiempo de cosecha es aún breve, que todavía pesan las frustraciones de largos años de crecimiento lánguido. O porque el Gobierno no ha sabido transmitir con claridad que el crecimiento económico en curso es consecuencia de las políticas en aplicación, y no una bonanza efímera.

Cualquiera sea la explicación, el Gobierno debe perseverar por el camino de las políticas pro emprendimiento e innovación, cuya favorable acogida por parte de los empresarios y los consumidores explica la vigorosa recuperación de la economía tras la recesión de 2009 y el terremoto de 2010. Esa respuesta atestigua la confianza que despertaron las políticas macro y microeconómicas en curso, que los llevaron a expandir sus negocios, contratar personal, tomar riesgos.

Cuando el próximo 21 de mayo el Presidente despliegue la hoja de ruta para la segunda mitad de su gobierno, haría bien en refrendar que ese rumbo será mantenido, despejar las dudas que ha despertado cierto zigzagueo demagógico, y expresar su compromiso cabal con las reformas necesarias. Un impulso competitivo amplio, certero y enérgico, que derribe las barreras burocráticas, regulatorias y tributarias que inhiben la libre competencia, el emprendimiento y la innovación, es lo que ese desafío requiere.