en la Facultad de Ciencias Biológicas
de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
para lo que tuvo que, junto con enviar sus antecedentes
académicos: título de Licenciatura en Biología
por la Universidad Nacional Andrés Bello,
notas, cartas de recomendación, trabajos
publicados, actividades relacionadas y otros antecedentes,
hubo un examen para ser finalmente aceptado
consistente en partiendo de fragmentos de un paper,
evaluar la metodología, formular hipótesis
y extraer conclusiones; después tuvo que escribir
un ensayo acerca de un determinado tema
y finalmente había una entrevista con
el conjunto de profesores de la Facultad.
Pues bien, fue aceptado.
Obtuvo un 6,3 en dicho examen
y quedó posicionado en el quinto
lugar de 15 candidatos.
Ahora está postulando a la beca
de Conicyt, para los cuatro
años que dura el doctorado.
Si todo va bien, comenzaría
en marzo del año entrante.
La trayectoria como estudiante de Benito
es un tanto curiosa: su educación pre-escolar
la hizo en un colegio particular pagado (San Esteban);
luego sus primeros dos años de enseñanza básica
los hizo en la casa, supervisado por mí y sus hermanos,
luego que la crisis económica de 1998 nos obligara
a sacar a los hijos del colegio.
Se reintegró a la educación formal,
después de aprobar exámenes
de convalidación, a un colegio municipalizado
(Colegio Antártica Chilena).
Una vez graduado de enseñanza media,
postuló a la universidad quedando
aceptado en las Universidades de Chile y Católica,
así como la Universidad Nacional Andrés Bello
(la que tiene más desarrollado entre las privadas
en Chile, el área de investigación en Ciencias Básicas.
El físico Andrés Gomberoff es el vicerrector
de Investigación y Doctorado de dicha universidad.
Se doctoró bajo la supervisión de Sergio Hojman
(Ph.D. Princeton U.) en la Facultad de Ciencias
de la Universidad de Chile. Estuvo un tiempo
en el CECs; ha publicado varios papers,
algunos con Claudio Bunster y otros investigadores
del CECs, incluyendo al menos uno con
el premio Nobel de Física Frank Wilczek.
Andrés es además un talentoso divulgador
de temas científicos, con artículos
regulares en la Revista Qué Pasa, libros, etc. ).
Optamos por la UNAB,
porque con el puntaje de Benito,
dicha universidad le proporcionaba una beca
que cubría los cuatro años de la carrera,
si cumplía ciertos requisitos de rendimiento
-que Benito los cumplió sin problemas-.
Sólo había que pagar un arancel anual
de unos 300 mil pesos.
Pensábamos que dada la incertidumbre
económica, era mejor asegurarse
que concluyera su pregrado en la UNAB,
y después continuara en la UC o en la UCh
o incluso en el extranjero.
La apuesta hasta el momento,
ha resultado, y una de las razones
para que su doctorado
lo continúe en Chile
(aparte de la familiar
de tenerlo algún tiempo
más con nosotros;
ya se han independizado
tres de cuatro en los
últimos dos años),
fue que el área de investigación
de Benito, probablemente
incluirá trabajo de campo
en ecosistemas chilenos;
Chile es un Hotspot Mundial
de flora mediterránea.
Un Hotspot es un lugar
que contiene una gran
biodiversidad
(más de mil especies
que no se encuentran
en ningún otro lugar del mundo)
y fuertemente amenazada
por las intervenciones humanas.
El ritmo de depredación,
pérdida de hábitats
es tan grande,
que probablemente
cada año cuenta,
y se necesita, al menos,
aunque no lo garantice,
mucha información
proveniente de investigación
seria, a fin de orientar
políticas públicas,
en particular con el objetivo
de proteger especies amenazadas
o en peligro de extinción.
Eso.
Abrazo
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