Esta imagen reciente de la campaña de una multitienda
está tan bien lograda que posiciona a la actriz
y modelo chilena Javiera Díaz de Valdés
a la altura de una diva del cine de todos los tiempos,
que no tiene nada que envidiarle, a mi juicio,
a ninguna de ellas e incluso hace palidecer a las mejores.
Muy inteligente esa atmósfera de intimidad
del conjunto, proyectando algo esencial:
la armonía y misterio de una belleza clásica,
el eterno femenino volviendo por sus fueros
en todo su esplendor, sin agotar ni agotarse.
Estamos acostumbrados al photoshop perfecto,
de rostros inmaculados, peinados en el que
todo está controlado hasta el más ínfimo detalle
y cada cosa demasiado en su lugar,
haciendo perder la sensación de delicada humanidad.
Algo más bienplástico y no precisamente en el sentido artístico.
Aquí obviamente hay oficio
y debe, sin duda, haber algo de lo anterior,
pero se ha sabido relajar y dosificar
para dar la sensación del despertar de la belleza:
más bella que el mismo amanecer...
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