WELCOME TO YOUR BLOG...!!!.YOU ARE N°

¿Capital político de la capitana o de la chaperona?‏ GONZALO ROJAS

Bachelet, ¿tiene capital político?

"Es ME-O, quien, usando la misma expresión -ofrezco mi capital político a la Presidenta-, coloca a los dirigentes gobiernistas en un trance imposible: aceptar el contraste entre Bachelet y el líder del PRO, o rechazar la colaboración de quien se siente hoy con capacidades de práctico...".



Entre los dirigentes de la coalición de gobierno ha comenzado a divulgarse una de las más lamentables afirmaciones que pueden hacerse en la vida pública: hay que cuidar el capital político de la Presidenta, dicen. Las encuestas los han hecho temblar. Quienes así hablan, ¿serán conscientes de que están promoviendo exactamente lo contrario de lo que esperan de ella los ciudadanos? ¿Se darán cuenta de que esa expresión equivale a decirles a los chilenos algo así como "lo que importa es ella y que ella te caiga bien"?

El capital político, lo tenga quien lo tenga, consiste en tres cosas fundamentales: conocer la teoría del buen gobierno, usar la prudencia para administrar el poder, sumar experiencias para contrastarlas con la teoría y, así, en un circuito permanente, volver a usar la prudencia para tomar las mejores decisiones.

Es tan enorme esa responsabilidad que solo unos muy pocos individuos están capacitados para ejercerla. Capacidad, capital, caput , cabeza: es todo una misma cosa, y quien no tiene cabeza para la teoría, quien no tiene cabeza para la práctica prudente, quien no acumula en su cabeza experiencias, simplemente no tiene capital para conducir la polis. Es tan difícil la tarea, que si en el día a día no implica un compromiso completo con el trabajo que los ciudadanos le encomendaron, bien puede hablarse de notable abandono de los deberes. En el ejercicio de la Presidencia de la República hay que ponerlo todo, siempre todo. "Cuidarle el capital político" a la Presidenta es una grosera ofensa a quienes solo esperan que la capacidad se invierta, se desgaste y, si fuere del caso, se pierda. Solo en esas coordenadas el ciudadano reconoce, agradece y conserva su adhesión: cuando ve que se puso todo el empeño, que no hubo cálculo egoísta.

Algunos de quienes desde importantes cargos partidistas han repetido el mantra "hay que cuidar, hay que cuidar..." no son ni tontos ni ignorantes. Buenos conocedores de las capacidades que hay que tener para llevar firme el timón, si estuvieran convencidos de que la Presidenta tiene las manos adecuadas, declararían justamente lo contrario: llévenos a puerto, señora Bachelet, y que todos los chilenos noten su buena mano. Pero, curiosamente, le piden otra cosa: le solicitan que se refugie en algún lugar seguro de la nave, que sean otros los que intenten hacerla avanzar en medio de un ambiente cada vez más contrario.

Quizás suspiran: ¡Si a bordo tuviéramos una buena capitana y no una magnífica chaperona!

Ellos recuerdan también que la candidata Bachelet no quiso discutir durante la campaña, porque la teoría le quedaba grande, más allá de unas pocas ideas fuerza: igualdad, inclusión, reformas; no olvidan que la Presidenta terminó su primer mandato -desde la madrugada de aquel triste 27-F- dando señales de una imprudente pasividad; saben que son ellos mismos quienes le han ratificado que las experiencias de su anterior gobierno de nada sirven, que ahora se trata de partir de cero. En la sala de control de mando del buque lo tienen claro: no hay ni teoría, ni prudencia, ni experiencia. Lo que hay que cuidar no es un capital político, es el mito de una capitana que sabe saludar cordialmente a todos los que van a bordo.

En el fondo, el viejo dilema: si le pedimos que actúe, la matamos; pero si la ocultamos, se nos muere.

Quien mejor lo ha entendido es ME-O, quien, usando la misma expresión -ofrezco mi capital político a la Presidenta-, coloca a los dirigentes gobiernistas en un trance imposible: aceptar el contraste entre Bachelet y el líder del PRO, o rechazar la colaboración de quien se siente hoy con capacidades de práctico, aunque no lo dejen subir a bordo.

¿Podrán esperar tres años más?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS