JUAN CARLOS GUAJARDO, DIARIO LA TERCERA, MIÉRCOLES 28 DE MAYO DE 2014HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2014/05/28/JUAN-CARLOS-GUAJARDO/LA-MINERIA-EN-LA-DESACELERACION-DE-LA-ECONOMIA-CHILENA/

La minería en la desaceleración de la economía chilena

La desaceleración que ha experimentado la economía chilena en los últimos meses ha tenido una fácil explicación en la opinión pública: cae el precio del cobre, cae el producto. Es indudable el impacto del precio del cobre sobre el nivel de actividad económica doméstica, pero a la hora de analizar la corrección que ha experimentado el crecimiento de la economía chilena es necesario revisar con cuidado y perspectiva para no errar el diagnóstico.

Desde mediados del 2011, momento en que se alcanzaron los mayores niveles del precio del cobre y de expansión de la actividad económica en el país, el precio del metal rojo ha retrocedido más de 30%, mientras el crecimiento del PIB inició una clara tendencia a la baja.

Fuente: Bolsa de Metales Londres y Banco Central de Chile

El precio del cobre es una variable importante en la conformación de las expectativas económicas en nuestro país y sin duda que la creencia de que el llamado “súper-ciclo” de las materias primas estaría llegando a su fin ha incidido en expectativas menos optimistas en Chile.

Existen dos factores vinculados que ayudan a explicar la trayectoria de desaceleración de la economía chilena. Por un lado, la teoría del fin del “súper-ciclo” se enmarca en una tendencia mayor que propugna el fin del auge de los países emergentes y el retorno de la preferencia por los países desarrollados. Buena parte de esta posición está sustentada por la recuperación de la economía estadounidense y la percepción de que lo peor de la crisis europea ha quedado atrás y es alentada por los grandes actores del sistema financiero internacional que han decantado sus apuestas por activos de este origen, lo que le añade un toque de “expectativas autocumplidas” a este planteamiento. Está por verse cuán sostenible son estas tendencias, pero sin duda que Chile no ha estado ajeno y una parte del peor desempeño económico reside en haber perdido atractivo al formar parte del mundo emergente.

El segundo vínculo y, tal vez, el más determinante, es el que tiene que ver con la significativa caída en la inversión, especialmente minera. Las estimaciones de inversión en minería se han reducido entre un 30% a un 40% respecto de las cifras de hace un par de años. Esta disminución no sólo se explica por la preocupación por el precio del cobre, sino sobre todo por los variados problemas en el desarrollo de proyectos, como permisos, oposición de comunidades, aumento de costos y abastecimiento de insumos así como por la visión de los accionistas de las compañías mineras que han preferido cambiar sus estrategias hacia un trato más riguroso de la inversión y una mayor preferencia por dividendos.

Los indicadores de servicios de ingeniería de la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería de Chile (AIC) son altamente sensibles a la inversión minera por su rol directo en los proyectos mineros. La actividad de ingeniería de consulta medida como la demanda de horas/hombre por proyectos, cayó más de 7% en el primer trimestre de este año en comparación al último de 2013, ubicándose en el nivel más bajo desde inicios de 2010. La disminución en doce meses superó el 14%, principalmente por el débil desempeño del sector minero, que representa más de la mitad de la medición de actividad de servicios de ingeniería en Chile, y que retrocedió 9,1% en el trimestre enero-marzo 2014 respecto a octubre-diciembre de 2013.

El índice de proyectos del sector privado, disminuyó un 10,2% en el trimestre enero-marzo 2014, con lo cual su retroceso desde el peak del año 2011 alcanza a un 64%, ratificando la tendencia presentada en el gráfico.

Las condiciones para desarrollar proyectos mineros en Chile se han complejizado, lo que está incidiendo significativamente en el crecimiento del país. Esta situación plantea, al mismo tiempo, oportunidades enormes para hacer avanzar a Chile notablemente en la medida en que se logre resolver las barreras hoy existentes. Si nuestro país es capaz de expandir su “capacidad instalada” de manera competitiva, se consolidará como un centro minero extraordinario en el mundo y asegurará los flujos de inversión tan necesarios para mantener el crecimiento del país.

La minería es la mejor palanca al desarrollo con que cuenta el país, pero éste es momento de hacer ajustes para asegurar su competitividad.