Tribuna
Diario El Mercurio, Domingo 06 de abril de 2014
Paz en La Araucanía, una nueva oportunidad
Emilio Taladriz: "...así como tenemos que ser audaces y flexibles para hacer los cambios legales e institucionales, tenemos que ser inflexibles en el repudio a la violencia, aislando a quienes la ejercen; debemos aplicar sin vacilaciones la ley vigente...".
La instalación del gobierno encabezado por la Presidenta Michelle Bachelet ha marcado claras diferencias con la administración anterior, respecto de la forma en que el Ejecutivo entiende el denominado conflicto mapuche y de la manera de abordarlo. El ministro del Interior, aún antes de asumir, ya se había manifestado contrario a la aplicación de la Ley Antiterrorista, y el intendente Francisco Huenchumilla ha pedido perdón al pueblo mapuche, así como a los colonos que hace más de un siglo y medio llegaron a La Araucanía. Ellos han puesto el énfasis en el trato injusto que el Estado y la sociedad chilena han dado a la etnia originaria de nuestra región.
Más allá de las concepciones históricas, sociales y políticas, desde las que las actuales autoridades se aproximan al problema, es indudable que el intendente Huenchumilla tiene un conocimiento y un compromiso personal que lo instituyen en un interlocutor digno del mayor reconocimiento y validación por parte de todos los actores. La Multigremial de La Araucanía tiene puntos de vista discrepantes en más de alguna de las declaraciones, acciones y posiciones que el intendente ha asumido en estos días, pero eso no es lo importante, ni es donde nos interesa poner el acento.
Los gremios productivos de la región hemos venido sosteniendo desde hace mucho tiempo tres ideas fundamentales: primero, que el conflicto que se vive en La Araucanía es extraordinariamente grave, de hecho solo en el último año el resto del país ha comenzado a vislumbrar su importancia; segundo, que la paz debe ser un objetivo intransable y, por lo tanto, que ninguna reivindicación histórica, política o social puede legitimar la violencia; y tercero, que la paz solo es posible bajo la vigencia del Estado de Derecho.
Ninguno de estos requisitos es contradictorio con el obvio reconocimiento de la capacidad que nuestra sociedad tiene para adoptar las decisiones políticas a través de las cuales enfrentar la problemática social del pueblo mapuche, para ajustar la legislación aplicable a nuestra realidad y nuestra historia, para ordenar nuestro territorio de la manera que mejor se haga cargo de los conflictos, para tener un sistema jurídico e institucional que responda a nuestra diversidad étnica y que confiera a los pueblos originarios la dignidad que estos merecen.
Pero creemos que así como tenemos que ser audaces y flexibles para hacer los cambios legales e institucionales, tenemos que ser inflexibles en el repudio a la violencia, aislando a quienes la ejercen; debemos aplicar sin vacilaciones la ley vigente; y respetar los derechos de todas las personas por igual. El costo no solo económico, pero partiendo por el económico, de la solución del conflicto mapuche tiene que asumirlo Chile en conjunto, porque no es justo que recaiga solo sobre una región, y especialmente sobre algunos agricultores, muchos de ellos que viven apenas en un régimen de subsistencia, y cuya vida se ha destruido -literalmente- en la violencia de tomas, quemas y atentados.
El intendente Huenchumilla ha asumido rápidamente un liderazgo de alcance nacional en lo que se refiere al conflicto mapuche. Como decía, no compartimos todas sus declaraciones, ni acciones. Pero cuando se quiere la paz hay que estar dispuesto, parafraseando a San Alberto Hurtado, a ceder hasta que duela.
Lo fundamental es que todos tienen que tener la misma voluntad. En todo cuanto nos sea posible apoyaremos y trabajaremos con el intendente Huenchumilla, porque estamos convencidos de que la solución a los problemas de nuestra región solo puede surgir de nosotros. Invitamos a todos a tener la misma disposición, cesando todos los actos de violencia, porque la paz en La Araucanía será posible cuando todos los que queremos esa paz pensemos que de nosotros depende el futuro de nuestros hijos, y no nos dejemos cegar por un pasado que ya no podemos cambiar.
Emilio Taladriz
Presidente Multigremial de La Araucanía
Más allá de las concepciones históricas, sociales y políticas, desde las que las actuales autoridades se aproximan al problema, es indudable que el intendente Huenchumilla tiene un conocimiento y un compromiso personal que lo instituyen en un interlocutor digno del mayor reconocimiento y validación por parte de todos los actores. La Multigremial de La Araucanía tiene puntos de vista discrepantes en más de alguna de las declaraciones, acciones y posiciones que el intendente ha asumido en estos días, pero eso no es lo importante, ni es donde nos interesa poner el acento.
Los gremios productivos de la región hemos venido sosteniendo desde hace mucho tiempo tres ideas fundamentales: primero, que el conflicto que se vive en La Araucanía es extraordinariamente grave, de hecho solo en el último año el resto del país ha comenzado a vislumbrar su importancia; segundo, que la paz debe ser un objetivo intransable y, por lo tanto, que ninguna reivindicación histórica, política o social puede legitimar la violencia; y tercero, que la paz solo es posible bajo la vigencia del Estado de Derecho.
Ninguno de estos requisitos es contradictorio con el obvio reconocimiento de la capacidad que nuestra sociedad tiene para adoptar las decisiones políticas a través de las cuales enfrentar la problemática social del pueblo mapuche, para ajustar la legislación aplicable a nuestra realidad y nuestra historia, para ordenar nuestro territorio de la manera que mejor se haga cargo de los conflictos, para tener un sistema jurídico e institucional que responda a nuestra diversidad étnica y que confiera a los pueblos originarios la dignidad que estos merecen.
Pero creemos que así como tenemos que ser audaces y flexibles para hacer los cambios legales e institucionales, tenemos que ser inflexibles en el repudio a la violencia, aislando a quienes la ejercen; debemos aplicar sin vacilaciones la ley vigente; y respetar los derechos de todas las personas por igual. El costo no solo económico, pero partiendo por el económico, de la solución del conflicto mapuche tiene que asumirlo Chile en conjunto, porque no es justo que recaiga solo sobre una región, y especialmente sobre algunos agricultores, muchos de ellos que viven apenas en un régimen de subsistencia, y cuya vida se ha destruido -literalmente- en la violencia de tomas, quemas y atentados.
El intendente Huenchumilla ha asumido rápidamente un liderazgo de alcance nacional en lo que se refiere al conflicto mapuche. Como decía, no compartimos todas sus declaraciones, ni acciones. Pero cuando se quiere la paz hay que estar dispuesto, parafraseando a San Alberto Hurtado, a ceder hasta que duela.
Lo fundamental es que todos tienen que tener la misma voluntad. En todo cuanto nos sea posible apoyaremos y trabajaremos con el intendente Huenchumilla, porque estamos convencidos de que la solución a los problemas de nuestra región solo puede surgir de nosotros. Invitamos a todos a tener la misma disposición, cesando todos los actos de violencia, porque la paz en La Araucanía será posible cuando todos los que queremos esa paz pensemos que de nosotros depende el futuro de nuestros hijos, y no nos dejemos cegar por un pasado que ya no podemos cambiar.
Emilio Taladriz
Presidente Multigremial de La Araucanía
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