Columnistas
La ley del más fuerte
por Ascanio Cavallo
Diario El Mercurio, Sábado 23 de agosto de 2014
Esta película viene arropada por un fuerte equipo de producción -Leonardo DiCaprio y Ridley Scott, entre otros- y un fenomenal reparto de actores "duros". Resulta ostensible que mucha gente depositó una gran confianza en este segundo largometraje de Scott Cooper, antes actor más bien de segunda.
Está ambientada en North Braddock, un pueblo depauperado de Pensilvania que se alimenta de una fundición metalúrgica. En esa comunidad viven el obrero Russell Baze (Christian Bale) y su hermano menor Rodney (Casey Affley), complicado por deudas en apuestas hípicas. El acreedor, John Petty (Willem Dafoe), le debe a su turno fuertes sumas a Harlan DeGroat (Woody Harrelson), un sujeto violento que tiene su base en el estado vecino de Nueva Jersey, en las montañas semisalvajes de Ramapough.
Son todos personajes duros, procedentes del mundo obrero y atenazados por la pobreza y el desempleo. Cierta noche, Russell participa en un accidente de auto, y va a parar a la cárcel. Su hermano Rodney se enlista en el ejército y es enviado a la guerra de Irak. Pasan años. Russell cumple su condena y regresa a trabajar en la fundición. Rodney, que vuelve dañado por la guerra (como los protagonistas retornados de Vietnam en El francotirador, Regreso sin gloria o Taxi driver), no quiere un empleo obrero, y se dedica a las peleas clandestinas.
Los primeros 70 minutos del metraje están consagrados a la angustia de estos hombres que no saben cómo escapar de un destino poco luminoso. La narración se construye sobre fuertes y atrevidas elipsis, grandes saltos en el tiempo que omiten los detalles para concentrarse en la contemplación de sus frustrados personajes. La lentitud traduce la vida de cadenas de los hermanos Baze y de sus amigos y vecinos.
El quiebre se produce en el segmento final, cuando Rodney va a pelear en los territorios de Harlan, y no regresa. Russell y su tío "Red" (Sam Shepard) parten a buscarlo. La película deriva hacia una cacería -subrayada por el contrapunto de una jornada para matar a un ciervo- y una peripecia de violencia extrema que estaba mejor cuando solo se la presentía.
Mientras explora en el universo obrero del noreste, con sus seres rústicos, educados en el horno y el acero, enfermos de contaminación y olvidados de la gracia del mercado, La ley del más fuerte es una película aguda y severa. Pero, por razones que solo se pueden atribuir a las ambiciones de la taquilla, de pronto declina hacia una adocenada historia de psicópatas, nada distinta de centenares de cintas que igualan la pobreza no ya con la violencia, sino con la demencia homicida.
Out of the furnace. Dirección: Scott Cooper. Con: Christian Bale, Casey Affleck, Woody Harrelson, Zoë Saldana, Sam S.hepard, Willem Dafoe, Forest Whitaker. 116 minutos
Está ambientada en North Braddock, un pueblo depauperado de Pensilvania que se alimenta de una fundición metalúrgica. En esa comunidad viven el obrero Russell Baze (Christian Bale) y su hermano menor Rodney (Casey Affley), complicado por deudas en apuestas hípicas. El acreedor, John Petty (Willem Dafoe), le debe a su turno fuertes sumas a Harlan DeGroat (Woody Harrelson), un sujeto violento que tiene su base en el estado vecino de Nueva Jersey, en las montañas semisalvajes de Ramapough.
Son todos personajes duros, procedentes del mundo obrero y atenazados por la pobreza y el desempleo. Cierta noche, Russell participa en un accidente de auto, y va a parar a la cárcel. Su hermano Rodney se enlista en el ejército y es enviado a la guerra de Irak. Pasan años. Russell cumple su condena y regresa a trabajar en la fundición. Rodney, que vuelve dañado por la guerra (como los protagonistas retornados de Vietnam en El francotirador, Regreso sin gloria o Taxi driver), no quiere un empleo obrero, y se dedica a las peleas clandestinas.
Los primeros 70 minutos del metraje están consagrados a la angustia de estos hombres que no saben cómo escapar de un destino poco luminoso. La narración se construye sobre fuertes y atrevidas elipsis, grandes saltos en el tiempo que omiten los detalles para concentrarse en la contemplación de sus frustrados personajes. La lentitud traduce la vida de cadenas de los hermanos Baze y de sus amigos y vecinos.
El quiebre se produce en el segmento final, cuando Rodney va a pelear en los territorios de Harlan, y no regresa. Russell y su tío "Red" (Sam Shepard) parten a buscarlo. La película deriva hacia una cacería -subrayada por el contrapunto de una jornada para matar a un ciervo- y una peripecia de violencia extrema que estaba mejor cuando solo se la presentía.
Mientras explora en el universo obrero del noreste, con sus seres rústicos, educados en el horno y el acero, enfermos de contaminación y olvidados de la gracia del mercado, La ley del más fuerte es una película aguda y severa. Pero, por razones que solo se pueden atribuir a las ambiciones de la taquilla, de pronto declina hacia una adocenada historia de psicópatas, nada distinta de centenares de cintas que igualan la pobreza no ya con la violencia, sino con la demencia homicida.
Out of the furnace. Dirección: Scott Cooper. Con: Christian Bale, Casey Affleck, Woody Harrelson, Zoë Saldana, Sam S.hepard, Willem Dafoe, Forest Whitaker. 116 minutos
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