María Eugenia Oyarzún no le tiene fe al actual gobierno de Michelle Bachelet a pesar de reconocer que el primero fue bueno y que se hicieron cosas. La periodista teme que la situación actual lleve al país a la misma condición de inestabilidad que existió en el gobierno de la Unidad Popular en 1973. La profesional no se hace dramas en disparar a diestra y siniestra contra las reformas y dice que se está nivelando para abajo y eso es muy peligroso.
Retirada del periodismo hace un tiempo, María Eugenia Oyarzún, fue entrevistada por Revista Caras, donde hizo un crudo análisis del gobierno de Bachelet, del cual tiene muy malos augurios.
La profesional manifestó que no le gusta el ambiente violento que hay en el país y asegura que los políticos deben “ponerse las pilas” para que no lleguemos a lo que ocurrió en el año 1973.
Con 78 años, la ex reportera de La Tercera, que ahora pinta y escribe cuentos opina sobre la tv actual que “no estimo que lo único sea farándula, piluchos y sexo. No estoy en contra del sexo, pero ¿dónde ha quedado el amor?, ¿el pensamiento, la filosofía, la reflexión, la meditación? Nadie piensa, no hay tiempo para eso, ¡todo es desechable!; eso me asusta por mis hijos, nietos y por mi país que tanto quiero”.
Entrando de lleno en la política, Oyarzún manifiesta que “estamos viviendo tiempos difíciles, no toda la gente que está en el poder está preparada, y eso es grave. Son pocos los líderes que se enfocan en el país por sobre sus bolsillos o intereses personales”.
En la misma línea agrega que “las naciones se construyen a largo plazo, se proyectan, sin embargo, aquí los gobiernos deshacen lo que hizo el anterior, ¡y empecemos de cero! Todas las medidas son cortoplacistas”.
Oyarzún asegura que “somos un país sin historia, aspiracional; los pobres quieren ser de clase media; éstos de clase alta, y los de alta, ¡príncipes! Vivimos mirando para arriba, preocupados de cosas básicas, no miramos con la altura de quien sueña… A los políticos les falta soñar con un Chile mejor, sin embargo, en el Congreso están concentrados en aumentarse los cupos con los tremendos sueldos, ¡están locos!”.
Sobre las reformas de Bachelet, asegura que “En la educacional no se han centrado en lo más importante, esto es los profesores, sino en los establecimentos, si hay o no lucro. No me importa que lo hubiese si los docentes enseñaran bien, estuvieran preparados y puedan ser evaluados; y los que no sirven, ¡pa la casa!”.
Con esa mirada crítica del gobierno actual, la periodista agrega que “con las medidas que se quieren tomar están nivelando para abajo, vamos caminando de espalda para atrás que es lo más peligroso. Bueno el ministro Eyzaguirre dijo que no sabía nada de educación… Están apuntando a la Escuela Nacional Unificada (ENU), de la que soy contraria y me opuse, ¡pero nadie hace nada!”.
Oyarzún no ve con buenos ojos el futuro y asegura estar “súper” preocupada: “con todo lo que leo —y leo harto—, me duele la guata. Hay muchas expectativas que si no resultan se pueden transformar en odio y violencia. Además, con las medidas económicas, Chile se está ralentizando, con bajas en el comercio, producción y crecimiento que generará menos empleos. Me pregunto, ¿qué pasará con esos cesantes? No quiero por nada del mundo volver a la época de los 70…”
Nuevamente compara el gobierno actual con la Unidad Popular encabezada por Salvador Allende. Sobre esto declara que “Estamos volviendo a un enojo, a un clima de violencia como en los años de la UP, en que lo mío es lo que vale y lo tuyo no; la política de la retroexcavadora. La gente salía a la calle, hacían barricadas, les pegaban a los uniformados, hay una fotografía famosa de un tipo tirándole piedras con una honda a un carabinero. Por qué mejor no seguimos el camino de Patricio Aylwin de tratar de ponernos de acuerdo; claro, en ese tiempo estaban los militares, no es tanta la gracia, o se ponían de acuerdo, ¡o se ponían de acuerdo! Los políticos deben ponerse las pilas para no caer en lo mismo, ya que varios de ellos fueron responsables de lo que ocurrió, aunque todos se lavan las manos, ¡nadie fue!… Y el costo lo pagaremos todos”.
A pesar de las críticas Oyarzún reconoce que el primer gobierno de Bachelet fue bastante bueno “tranquilo, se hicieron cosas, sin embargo, ahora reina el ideologismo y la politiquería; veo a muchos con apetito político, económico y de poder. Súmale a eso una suerte de laissez faire, de “dejar hacer”. ¿Cómo puede ser que un tipo mate y quede libre? Sebastián Piñera prometió mano dura, ¡no la hubo! Y ahora tampoco. Ni los que investigan ni jueces quieren aplicar la ley. A los tipos que han puesto bombas los han soltado a todos, y si no lo hacen, viene la comisión de DD.HH. o Amnistía Internacional, ¡y los liberan! El escudo chileno debería llevar la palabra “relativo”, porque todo es relativo en este país: el amor, el matrimonio, la sexualidad… Hoy puedes ser de un sexo, mañana de otro, ¡y da lo mismo!”
Sobre quienes apoyaron el régimen militar y ahora lo reniegan, Oyarzún dice que son “Hipócritas nomás”, agregando que “Para mí, lo pasado, ¡pasó! Se requiere unos 100 años para una visión histórica, cuando la evaluación sea desapasionada. El país entero fue culpable, estábamos divididos igual que ahora, por eso me da horror que se repita la historia. Siento que hay mucho odio, en especial en los jóvenes, y eso me da pena. Hay resentimiento de todo tipo. Basta ver la televisión, en que todo apunta a la rabia y odio de clases que, al final, incita a la violencia”.
La entrevista completa se puede leer en Revista Caras
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