por Ernesto Ayala
Diario El Mercurio, Artes y Letras, domingo 10 de agosto de 2014
En el cine no todo está dicho. Aunque se conozca bien lo que funciona y lo que no funciona, todavía quedan áreas de misterio, de incerteza, donde la realidad se filtra y pasan cosas donde a veces no se esperaban. Una película como "El pasado", de Asghar Farhadi, por ejemplo, recién estrenada en Santiago, tenía en apariencia todo para ser un suceso cinematográfico: un cuidado guión, actuaciones impecables, un director con experiencia, oficio y sensibilidad, cuya cinta anterior, "La separación" (2011), ganó el Oscar a mejor película extranjera y el Oso de Oro de Berlín y nos había mostrado cómo se puede hacer un cine inteligente, brillante incluso, con una historia muy cotidiana, de desencuentros entre familias, caracteres y clases sociales. Sin embargo, pese a estos antecedentes, algo se siente constreñido, rígido y un poco muerto en "El pasado". Otra cinta estrenada el jueves, mucho menor, un documental chileno-canadiense, filmado por un debutante como Carlo Guillermo Proto, parece, en cambio, respirar mejor y encontrar, pese a sus imperfecciones, momentos de cine mucho más verdaderos.
"El pasado" relata el regreso de Ahmad (Ali Mosaffa) desde Teherán a París, para firmar, después de cuatro años de separación, su divorcio con Marie (Bérénice Bejo). Pronto, sin embargo, comienza a ser evidente que Ahmad no ha podido separarse afectivamente de Marie ni de sus hijas y, sin ser su padre sanguíneo, vuelve a verlas y abrazarlas como un progenitor cariñoso que llega del exilio. Marie, en tanto, está con otro hombre y, aparentemente, ha dado vuelta la página. Como lo anuncia el título, la cinta poco a poco comienza a revelar hechos del pasado y arma un sofisticado entramado de relaciones, dolores y deudas. Tal como en "La separación", Farhadi se muestra como un escritor y director virtuoso en el uso del punto de vista, capaz de sacar a la luz las razones de cada cual, de modificar la simpatía o distancia que establecemos con cada personaje, en fin, de cambiar literalmente cada diez o quince minutos la forma en que entendemos la historia. Este despliegue de curvas, brillante como es, no se logra sin embargo sin costos. La cinta entra lenta pero consistentemente en el terreno del melodrama televisivo, donde la intimidad y el matiz arriesga a ser reemplazado por el énfasis y lo brutal; el relato se concentra, por evidente necesidad, en los momentos en que se releva información, momentos que comienzan a acumularse uno sobre otro como quien construye un Lego; y el cine propiamente tal, que necesita de pausas y espacio, se vuelve puramente funcional a la historia: contemos todo esto de la manera más efectiva posible. Si en "La separación" Teherán era un personaje más, aquí ni siquiera hay espacio para la ciudad. Así, pese a ser un interesante dibujo del pasado como un río de corriente lenta pero persistente contra el que es muy difícil remar, la cinta de Farhadi termina por amarrar su trabajo con las pesadas cadenas de una inteligencia abrumadora.
Casualmente, "El huaso" es también una cinta sobre personas que buscan liberarse del pasado. El documental nace cuando el director Carlo Guillermo Proto ve que su padre, Gustavo Guillermo, comienza a hablar de suicidarse al creer que podría tener los síntomas del alzhéimer. Gustavo es un inmigrante chileno en Toronto, casado hace más de 30 años, padre persistente y fundador de una exitosa empresa de transportes. Con cerca de sesenta años de edad, comienza a justificar el suicidio en el temor de volverse una carga para su familia. De nuevo, el pasado comienza a revelarse y lo que vemos se complejiza. Pero no hay grandes giros ni sorpresas, sino la continua persistencia de nuestra historia, la lealtad invisible con nuestros padres. Hay ripios aquí y allá, y algunas situaciones se sienten evidentemente reconstruidas con el fin de armar un relato más claro. Con todo la cinta sabe detenerse, sabe dejar la cámara tranquila cuando hace falta, y poco a poco, sin espectacularidad alguna, a puro pulso, siguiendo intuiciones arriesgadas, termina por relevar más y mejor, en mi modesta opinión, que la compleja y elaborada construcción de Farhadi. En el cine no todo está dicho, y es una buena noticia.
El Pasado
Dirigida por Asghar Farhadi.
Con Bérénice Bejo, Ali Mosaffa, Tahar Rahim y Pauline Burlet.
Francia,
2013.
El Huaso
Dirigida por Carlo Guillermo Proto.
Con Carlo Guillermo Proto y Gustavo Guillermo Proto.
Chile y Canadá, 2012.
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