P. Raúl Fredes
Diario El Mercurio, domingo 24 de agosto de 2014
La escena del Evangelio de hoy es determinante en la gestación de la Iglesia. Parte de la consulta de Jesús, especie de encuesta rápida para saber qué piensa la gente de Él. Su interés se deriva de la preocupación por aquellos que serán sus seguidores como dirigentes de la comunidad. La respuesta de Pedro: "Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo", es inédita y revela una visión de fe, "porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo", y a renglón seguido le encomienda la tarea de ser la roca sobre la cual edificará su Iglesia y le confiere el poder de las llaves.
Detrás de todo esto vemos cómo Jesús construye su comunidad eligiendo a hombres muy sencillos y rudos para dirigirla; corresponde al sentido de la Redención, donde la cooperación humana es indispensable: "El que te creó sin ti, no te salvará sin tu cooperación" (San Agustín). Pedro será su representante aquí en la tierra, un hombre débil y frágil, que lo negará tres veces y lo abandona en el momento de su crucifixión. Pero Jesús cree en él y lo hace reafirmar su fe después de la Resurrección, fortaleciéndolo con el envío del Espíritu Santo a él y sus compañeros.
La historia de los papas será entonces mezcla de gracia y pecado, simbolizada en la barca de Pedro navegando por mares tranquilos y tormentosos. Es un árbol con una raíz firme, pero del cual se desgajan algunas ramas, producto de las divisiones y desentendimientos. Pero el timón de Pedro continúa en su tarea. Estará expuesto siempre a la crítica y la condena, como sucede hoy día por la actuación de algunos miembros de la Iglesia.
"Llevamos un tesoro en vasijas de barro", dice San Pablo. Y ese tesoro lo custodia el mismo Jesús dando las señales necesarias para encontrar el camino y no desviarse. Por eso afirma: "Las puertas del infierno no prevalecerán contra ella", y esta renace con nuevas fuerzas. Lo experimentamos en un Papa audaz y con sentido misionero como es Francisco, que se arriesga a emprender nuevos caminos y enfrentar los desafíos de la época actual con nuevos bríos. Lo hemos visto en Corea del Sur haciendo un llamado a la paz y a la reunificación. Su popularidad crece, como lo demuestran los 15 millones de seguidores en su Twitter.
Estamos llamados a seguirlo como a Pedro, realizando sus anhelos de "salir" y hacernos misioneros. "La misión territorial" en Chile nos da una gran oportunidad para ello.
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