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Una entrevista y una columna - Control de Daños‏

Entrevista a José Luis Daza
por S.Celedón y C.Miranda 
Diario El Mercurio, Economía y Negocios, domingo 27 de julio de 2014
http://diario.elmercurio.com/2014/07/27/economia_y_negocios/_portada/noticias/118BDEA0-7002-4F3F-A615-8E9D864DBB2F.htm?id={118BDEA0-7002-4F3F-A615-8E9D864DBB2F}


El proyecto de reforma tributaria mejoró, 
pero sigue siendo malo, 
señala el economista chileno 
José Luis Daza desde Nueva York, 
ciudad donde se radicó hace más de 10 años. 


Una lejanía que no le impide 
estar pendiente de la coyuntura chilena, 
que en esta entrevista por escrito 
desmenuza, como siempre, con franqueza. 


Que la economía local crecerá menos, 
que Chile no es el mismo para los inversionistas 
y que no ve propuestas que vayan en la dirección 
de mejorar la distribución del ingreso, 
son parte de un diagnóstico 
en que ni siquiera queda absuelto su gremio: 


"Los economistas no tenemos buenas herramientas 
para hacer pronósticos numéricos puntuales", señala... 
No los hace, pero sí advierte de los riesgos para la economía chilena.


Conocedor de Wall Street, 
fue jefe del Departamento de Investigaciones 
en Mercados Emergentes de JP Morgan y de Deutsche Bank. 


Hoy lidera QFR Capital Management, 
una empresa de administración de activos 
basada en Nueva York, que invierte en todo el mundo.


Por estos días vendrá a Chile, 
para exponer en el XII Seminario Internacional 
de Inversiones de Moneda Asset Management, este jueves.


-Con los cambios incorporados en el protocolo, 
¿estamos frente a una buena reforma tributaria entonces?


"Hay consenso en que la reforma inicial 
era muy negativa para nuestro desarrollo. 


Los cambios son positivos, 
pero la reforma aún es mala para el ahorro, 
la inversión, y va en contra de la tendencia mundial. 


La competencia entre países 
por atraer capital y tecnología 
gatilló en las últimas décadas una tendencia 
a la baja en la tasa de impuesto a las empresas. 


Los países que no han bajado tasas, 
como Estados Unidos y Japón, 
están viendo su inversión afectada".


-El ministro de Hacienda, Alberto Arenas, 
ha asegurado que la reforma tributaria 
no afectará la inversión.


"Esa afirmación 
me parece muy alejada de la realidad 
de quienes asignan capital a nivel global; 
quienes invierten capital se basan 
en expectativas de retorno netas 
de impuesto y ajustadas por riesgo. 


Sin ir más lejos, en Estados Unidos 
las empresas tienen alrededor 
de 2 trillones de dólares fuera del país, 
que no traen de vuelta 
por las altas tasas de impuestos. 


Entre Google, Microsoft, GE, Apple y Cisco 
tienen unos $500 billones en cash en el mundo 
que no llevan a Estados Unidos por razones de impuesto. 


A lo mejor nuestras autoridades saben algo 
que estos gringos pajarones no se dan cuenta, 
y les convendría pagar altos impuestos. 


La estructura y tasas impositivas 
afectan las decisiones de empresas".


-Pero la tasa de impuesto a las empresas 
será solamente un poco mayor 
que el promedio de la OCDE.


"La tendencia en la OCDE 
ha sido a la baja y así seguirá. 


Pero no hay que perder de vista 
que las comparaciones 
con promedios de la OCDE 
son improcedentes. 


No hay ninguna contextualización 
de las grandes diferencias entre países: 
Japón, Turquía, Suiza, Chile, Alemania 
tienen realidades muy distintas. 


En la OCDE hay gatos, perros y conejos. 


Si tienes un conejo, 
y comparas su cola 
con el promedio de la OCDE 
es incorrecto concluir 
que tiene la cola corta 
pues es más chica que el promedio. 


Hay que comparar gatos con gatos".


-¿Cuánto afectarán el crecimiento 
del país los ajustes impositivos?


"Con la información que tenemos 
y frente a la escasez absoluta de estudios 
y estimaciones de elasticidades y otros parámetros, 
podemos evaluar la dirección del impacto, 
pero no la magnitud: la economía crecerá menos, 
los salarios crecerán menos, el empleo crecerá menos, 
pero no sabemos cuánto menos. 


A pesar de lo que dicen las autoridades, 
tampoco sabemos cuánto será la recaudación 
ni cómo se usarán esos recursos".


"El FMI no tiene ninguna ventaja comparativa 
en estimar crecimiento de Chile"


-¿Cómo ve la situación económica de Chile?


"Las perspectivas para el crecimiento de mediano plazo 
son mediocres en relación a las últimas décadas. 


Chile enfrenta un panorama 
de alta incertidumbre institucional 
en medio de una marcada desaceleración 
del ciclo minero mundial. 


Los economistas no tenemos buenas herramientas 
para hacer pronósticos numéricos puntuales. 


Somos un poco mejores para evaluar 
la asimetría en los riesgos alrededor de tendencias. 


Corremos riesgos de crecer menos 
de lo que las autoridades pronostican. 


Las autoridades parecen estar cometiendo 
el clásico error de asumir 
que las noticias malas son temporales 
mientras que los acontecimientos buenos son permanentes. 


El FMI es la institución campeona del mundo en hacer esto".


-¿No cree en el FMI? 
¿No valida las proyecciones 
de crecimiento de 4,1% para Chile en 2015?


"Para nada. 


El FMI no tiene ninguna ventaja comparativa 
en estimar crecimiento de Chile. 


Tengo mucho más confianza 
en los analistas chilenos. 


Además, el FMI tiene un fuerte sesgo 
a lo que se llama 'reversión al promedio' 
de la tendencia de últimos años".


"Y como dije anteriormente, 
todos los economistas somos malos 
para hacer estimaciones puntuales de crecimiento. 


Hecha esa salvedad, 
creo que corremos un serio riesgo 
de que en los próximos años 
continuamente bajaremos las estimaciones 
de crecimiento tendencial; 
la recaudación será menos a lo esperado; 
tendremos más déficits y más endeudamiento. 


Si la desaceleración se consolida 
y las autoridades llevan a cabo 
los aumentos de gasto anunciados, 
no me sorprendería 
que en tres o cuatro años más, 
las agencias calificadoras 
bajen la calificación del país. 


Ojalá me equivoque. 


La variable que puede alterar esto es el cobre, 
si sube sostenidamente el panorama será mejor".


El mensaje que percibo es: "ganar plata es malo"


-¿Sigue siendo Chile un destino atractivo 
para los inversionistas en la región?


"En los próximos 18 meses, 
Chile corre el riesgo de pasar a ser, 
para los inversionistas, uno de los países 
de mayor incertidumbre política en la región. 


Muchos países están mal 
pero hay perspectivas de status quo 
o de mejoramiento. 


Argentina dejará atrás la pesadilla kirchnerista; 
Dilma continuará en el poder en Brasil 
o habrá un cambio a un gobierno 
con políticas más coherentes. 


Venezuela es la excepción, 
aunque cuesta imaginarse 
un escenario más desastroso que el actual".


"En contraste, no sabemos 
qué cambios de reglas ocurrirán en Chile. 


Tenemos por delante una reforma a la Constitución, 
reforma laboral, reforma educacional en un contexto 
de gran empoderamiento de las voces más populistas. 


La Presidenta hizo una campaña 
con un discurso cargado de ideas y símbolos 
de la izquierda tradicional latinoamericana 
y le van a exigir que cumpla. 


Veo un cuestionamiento 
a derechos de propiedad 
en ciertas áreas y una actitud hostil 
hacia la búsqueda de utilidades monetarias. 


El panorama 
no es particularmente auspicioso 
para la inversión privada. 


Para mal y para bien, 
nos vamos a parecer más 
a la América Latina del Atlántico. 


Por el lado positivo, 
destaco la reacción de la Presidenta 
y de miembros del Senado 
de abrir las puertas al centro 
y crear una plataforma de diálogo".


-¿Hay un giro en cómo se ve a Chile 
desde afuera o es una percepción 
que existe en un determinado nicho?


"Hay un giro hacia un estado más grande 
y un sector privado más chico. 


Entre las razones por las cuales 
Chile se convirtió en el país 
más exitoso del mundo occidental 
en los últimos 30 años 
está la incorporación de capital privado 
a muchas áreas de la economía. 


Hoy se está revirtiendo esta filosofía, 
estamos sacando recursos al sector privado 
para aumentar el tamaño del Estado. 


Se han anunciado aumentos de capital 
en Enap, Codelco, Banco del Estado, 
creación de AFP estatal".


"Hay un discurso político 
claramente antibúsqueda de utilidades, 
antilucro, antiemprendimiento. 


Y la reforma tributaria propuesta 
es una manifestación de esta actitud. 


El mensaje que percibo 
es: ganar plata es malo".


-Uno de los principales 
argumentos del Gobierno 
para sus reformas es la necesidad 
de mejorar la distribución de ingreso 


¿Las medidas conocidas van realmente en esa dirección?


"La evolución de la distribución de ingreso 
es un tema sumamente complejo 
que tiene que ver con cambios tecnológicos, 
stock de capital por trabajador, 
elasticidades de sustitución 
entre trabajo y trabajadores, 
demografía, oferta laboral y educación. 


Humildemente, hasta ahora no he escuchado 
ninguna propuesta que mejore la distribución del ingreso. 


Por el contrario, la pérdida de dinamismo 
en una economía afecta más a los pobres 
y clase media que a los más ricos. 


Menor crecimiento de salarios reales, 
menor creación de empleo, 
son negativos para los más pobres".


Varios escenarios de incertidumbre 
percibe José Luis Daza, 
además de los cambios tributarios. 


Las posibles modificaciones a la Constitución, 
la reforma educacional y laboral, le preocupan.


A su juicio, los cambios que se pretenden hacer 
al mercado laboral, como no permitir el reemplazo 
en huelga o la titularidad sindical, 
son rigidizaciones negativas para la población. 


"Tenemos a nivel mundial un serio problema 
de creación de empleo; la rapidísima incorporación 
de tecnología está reemplazando a personas por máquinas 
en áreas nunca vistas antes y a una velocidad increíble. 


Todas estas medidas (las anunciadas por el Gobierno) 
aceleran ese proceso. Están entre lo más nocivo 
que puede hacer un gobierno y va entre 
los objetivos declarados del gobierno de Bachelet 
de mejorar la distribución del ingreso".


- ¿Y cuál es su opinión de lo que hasta ahora 
se ha conocido de la reforma educacional?


"Más que una reforma educacional, 
hasta ahora se ha escuchado una discusión 
en torno a un experimento de ingeniería social. 


No he visto ningún diagnóstico sobre las razones 
por la que nuestros niños pobres no aprenden; 
ninguna discusión sobre lo que deberían aprender; 
ninguna evaluación sobre el entrenamiento 
y capital humano que deberían tener los profesores; 
ninguna discusión sobre requerimientos mínimos 
para graduarse de educación media. 


Hasta ahora solo se ha visto un esfuerzo 
por desmantelar gran parte de la educación privada 
y nada para mejorar la educación pública".


-¿Cómo ha visto el desempeño 
de los dos ministros -de Hacienda y Educación- 
que están liderando las principales transformaciones en Chile?


"Creo que el equipo económico 
se beneficiaría de la incorporación de personas 
con mayor conocimiento de economía financiera moderna, 
de la realidad práctica de toma de decisiones empresariales. 


Por ejemplo, leí más de una declaración 
donde trataban al capital y crédito como sustitutos. 


El principal rol del capital es amortiguar 
las variaciones desiguales que tienen activos y pasivos 
durante el ciclo económico. 


Acabamos de pasar por una crisis mundial 
justamente por el desbalance entre capital y crédito 
y, curiosamente, empujan una reforma tributaria 
en la dirección de reducir el capital 
en las empresas y subir el endeudamiento".


- ¿Y el ministro de Educación?


"Alabé mucho su gestión en Hacienda. Le tengo aprecio. 
Hoy prefiero no comentar, esperemos su propuesta.


___




Columna del día
Nuevas Políticas: el daño que se está haciendo
por Manuel Cruzat Valdés
Economista
Diario El Mercurio, Lunes 28 de julio de 2014
http://www.elmercurio.com/blogs/2014/07/28/23881/Nuevas-Politicas-el-dano-que-se-esta-haciendo.aspx




Recientemente el Banco Central de Chile 
redujo la tasa de interés de política monetaria 
a 3,75% nominal anual, dejando entrever 
una política monetaria más expansiva a futuro 
y siendo la desaceleración en curso 
del crecimiento del país su verdadero detonante. 


Sin embargo, si se observan los agregados monetarios, 
se puede constatar que el M1 ha venido creciendo 
durante cada uno de los últimos 12 meses 
dentro de un rango de 10% a 15% anual 
-M2 más centrado alrededor del 10%-, 
compatible con un crecimiento real del PIB 
cercano al 5% anual e inflación 
en un rango de 2% a 4%. 


En otras palabras, 
el problema de verdad 
no es de origen monetario 
y he aquí a la entidad emisora 
aliviando de manera temporal 
una desaceleración cuyo origen 
está en el sector real.


La caída de los términos 
de intercambio chilenos ha sido fuerte: 
el petróleo sigue rondando los US$ 100 por barril, 
pero el cobre ha caído casi un tercio desde su peak 
de US$ 4,5 por libra durante el año 2011. 


Para un país que produce anualmente 
5,7 millones de toneladas de cobre 
-12.540 millones de libras de cobre- 
e importa diariamente alrededor 
de 370.000 barriles diarios de petróleo, 
el shock ha sido grande. 


Incluso, las finanzas fiscales se han resentido 
por la vía de menores ingresos desde Codelco 
y los impuestos de la Gran Minería: 
en el año 2007 estos llegaron a representar 
un tercio del gasto fiscal con US$ 14.000 millones, 
pero cayeron en el año 2013 
a un 10% de este -US$ 5.800 millones-. 


Lamentablemente, 
frente a este escenario de precios relativos, 
es poco lo que el país puede hacer 
-salvo indirectamente "contribuir" 
con una relativa escasez derivada 
del postergado plan de inversiones de Codelco-. 


La respuesta natural de las empresas mineras 
-que explican un tercio de la inversión extranjera 
directa en Chile- ha sido postergar inversiones 
hasta que sea rentable volver a expandir. 


El ajuste hasta ahora gradual de la economía china, 
que consume casi el 50% del cobre mundial 
y dos tercios del hierro comerciado internacionalmente 
-pero solo un 12% del petróleo mundial- 
explica en parte importante la evolución minera chilena.


Hasta ahí lo externo, pero hay que contextualizarlo: 
la participación de la minería en el PIB ronda el 12% 
y si bien su desarrollo impacta recíprocamente al resto, 
la desaceleración actual no solo está explicada por este sector 
y el impacto del petróleo más caro. 


Es aquí donde las nuevas políticas 
que se quieren implementar 
están ya haciendo daño. 


El caso tributario es elocuente: 
se asume ciegamente que porque se desarrolla más, 
se necesita aumentar el tamaño del Estado 
en 3 puntos porcentuales para llegar al 26% del PIB. 


Y una vez que lo anterior pasa a ser inmutable, 
se intenta convencer de que un aumento de impuestos 
como el propuesto no tendría efectos reales a nivel agregado, reemplazando únicamente el sector público lo que antes 
hacía el sector privado, centrado en la educación. 


Y al final, cuando muchos no aceptan 
toda la dialéctica anterior y los votos no están, 
solo ahí se mejora parcialmente lo propuesto. 


Pero el delgado hilo de la confianza 
se va resintiendo en el intertanto, 
quedando meridianamente claro 
que muchos de la coalición gobernante 
están dispuestos a dar un salto al vacío 
sin tomar mayormente en cuenta 
las consecuencias de aquello. 


Y es ahí donde radica 
la gravedad de lo ocurrido, 
aplicable también al resto 
de las políticas "refundacionales" anunciadas.


Entre los años 2000 y 2013 
el PIB creció a una tasa anual del 4,5%, 
el stock de capital neto -2,2 veces el PIB- al 5,2%, l
a población al 1% -en 2013, al 0,89%- 
y el empleo en los últimos 4 años al 3% anual 
-1,6% en últimos 12 meses-. 


La mayor absorción del empleo 
respondió a un fenómeno cíclico 
de salida de una crisis 
y a uno demográfico explicado 
por la mayor entrada de la mujer al trabajo 
y al reflejo de altas natalidades pasadas, 
pero es un dato de la causa 
que la tasa de crecimiento del empleo 
va a estar presionada a converger al 1% hacia adelante. 


Si ahora, producto de políticas mal concebidas, 
se reduce adicionalmente la inversión 
-en 2013, 24% del PIB- 
y el stock crece consistentemente 
un 1% menos que la tasa histórica, 
y la demografía, para peor mal corregida 
con políticas de control de la natalidad, 
no da más que un 1% anual, 
entonces el crecimiento potencial del país 
se reduciría en aproximadamente 
1% anual, estabilizándose al 3,5%.


Esta caída del potencial de crecimiento 
sí que sería una verdadera tragedia: 
en 12 años la diferencia de crecimiento 
equivaldría al PIB actual de US$ 275 mil millones; 
en 20 años, a US$ 966 mil millones o 3,5 veces el PIB actual. 


La imperfecta reforma tributaria 
de US$ 8.200 millones anuales de recaudación 
palidecería entonces frente a este daño de largo plazo.


Todos queremos lo mejor para todos, 
especialmente entregando herramientas 
y condiciones mínimas a los más desamparados, 
operando bajo un entorno competitivo, 
pero la vía elegida ha sido desastrosa 
y mientras no se corrija, 
lo que era una posibilidad 
va a terminar siendo una realidad. 


Sinceramente, cuesta creer 
que se quiera llevar al país 
a este curso de desarrollo, 
con toda la evidencia disponible 
de cómo se construyen los países 
y de cómo se destruyen, 
lenta pero efectivamente. 


Se debería partir por aceptar 
que los cambios deben ser graduales 
y que requieren mayorías estables que los respalden. 


De lo contrario, se estaría iniciando 
un ciclo de promulgaciones 
y posteriores derogaciones de leyes 
que solo va a consolidar 
el menor potencial de desarrollo en cuestión.


Manuel Cruzat Valdés

Economista

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