¿Un año más o menos?

por B. B. CooperLa consigna para el día de hoy parece ser “un año más”. Así, al menos,
se corea en ciertas canciones movidas, se quejan —o alegran— algunas
señoras de alcurnia y se honran no pocas instituciones, de la más
variada especie. Sin embargo, y ya que se supone que el día de hoy es
uno de celebraciones, de fiesta, me parece que la consigna debiese
ser, más bien, “un año menos”.
Por ejemplo, un año menos de hipoteca para los deudores inmobiliarios;
un año menos de carrera para aquellos que, en vez de disfrutar su vida
universitaria, la soportan (aunque a los escolares les encuentro toda
la razón que celebren un año menos de colegio...). También es un año
menos para los presos, los que esperan cumplir la mayoría de edad y,
en general, todos aquellos que aguardan prescripción de algún tipo. Un
año menos de soledad para alguien por ahí, un año menos de espera para
otro por allá. Un año menos para que ese tan anhelado proyecto vea
finalmente la luz.
Sin embargo, no pocas personas podrán subvertir la consigna y suspirar
ante la idea de un año menos de vida, un año menos de gobierno, un año
menos de viajes y otro igualmente menos de asados. Pero, en general,
la mayoría de la gente valora lo que falta y no lo que sobra. Pues, y
desde luego, en este largo camino de la vida que se supone debe
conducirnos a un más allá dichoso y eterno, el paso que damos esta
noche es, efectivamente, el de un año menos para lograrlo.