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La pelea del rey del rock

Ya no puede caminar ni mover extremidades y pronto podría perder la voz. Peter Rock sufre ELA (esclerosis lateral amiotrófica), la misma que afecta al físico Stephen Hawking. Así lo cuenta el cantante desde Reñaca, donde es cuidado 24/7 por su cuarta esposa y actual mujer, Nileya Morales, a quien conoció a principios de los 80, cuando ella, estilista de oficio, lo peinó en su peluquería. Con ella se reencontró 20 años más tarde, después de que Peter quedara viudo de su tercer matrimonio. Hoy enfrentan juntos el vertiginoso avance de la enfermedad. "Peter Rock no se va a morir nunca, es inmortal. Yo, Peter Mociulski, soy el que me voy a morir y ahora me toca vivir dignamente LO QUE ME QUEDA".   
Por Muriel Alarcón Luco. Fotografía: Sergio López i.  Diario El Mercurio, Revista Ya. martes 3 de marzo de 2015http://diario.elmercurio.com/2015/03/03/ya/_portada/noticias/07C55D6E-3BC6-4718-8350-B386703EA384.htm?id={07C55D6E-3BC6-4718-8350-B386703EA384}
En el estudio de grabación que acondicionó en su departamento en Reñaca ya no quedan instrumentos. Peter Mociulski von Remenyk (69), más conocido como "Peter Rock", se deshizo de casi todos. De su batería, de su teclado, de sus flautas, de sus guitarras. Algunos los vendió. Otros los regaló. Hace exactamente un año dejó de tocarlos. Y no podrá hacerlo nunca más.
En noviembre del año pasado Peter fue diagnosticado con ELA (esclerosis lateral amiotrófica), la misma enfermedad que afecta al físico inglés Stephen Hawking. Su deterioro ha sido vertiginoso. Ya no puede caminar ni mover extremidades y pronto podría perder la voz. Hoy habla, aunque con mucha dificultad y lento. En dos meses ha bajado 13 kilos y solo se moviliza en silla de ruedas. Ahí se pasa los días observando desde su terraza del octavo piso el inmenso pedazo de costa que entra por su balcón. Entonces recuerda cuando, en 1955, con nueve años, arribó al país junto a su familia austríaca y al poco tiempo, se convirtió, siendo aún adolescente, en el Elvis Presley chileno.
Peter ahora escucha, desde su pieza, música de relajación.
-En mi casa ya no tengo instrumentos. Físicamente ya no hacen falta -dice-. Yo cierro los ojos y escucho en mi mente una orquesta. Guitarras, flautas, trompetas, batería, teclado, bajo, todo lo que tocaba yo. Con la mente, al final, puedes hacer lo que quieras.
Peter también ve las puestas de sol. Las ve con su cuarta esposa y mujer hace trece años, Nileya Morales (63), estilista de oficio, y su principal cuidadora hace poco menos de un año. Él la llama "mamá" y ella, de vuelta, le dice "papá". Nileya le pega unas palmaditas en la espalda cuando él se atraganta. Le arregla el pelo cada vez que se le desordena. Le estira los dedos cuando se le ponen tiesos. Le rasca los ojos cuando empiezan a picarle. En los últimos meses, Nileya dice que la picazón es constante, en todo el cuerpo, a toda hora.
-A veces no entiendo lo que me dice. Lo repite tres veces y no le logro entender. Eso lo desgasta mucho -dice.
A Nileya la desespera la velocidad de la enfermedad que, día a día, paraliza los músculos y atrofia los nervios de su marido. Hasta hace unas semanas ponía el codo en la mesa para comer y podía levantar el pie derecho. Pero ya ni esas cosas puede hacer.
-Ella es mi ángel- dice él.
Eterna juventud
 Nileya notó rara su voz. A fines de 2013 y haciendo alarde de su "eterna juventud", de su "cuerpo sin edad", Peter protagonizó la campaña del Ministerio de Energía "Rock the future", donde se interpretó a sí mismo, como el último ser humano vivo sobre la Tierra en un futuro 3050. Para ese año, tenía la misión de retroceder en el tiempo para enseñar sobre ahorro energético. En la grabación casi no es perceptible, pero Nileya notó algo raro en su voz.
Meses después, durante una presentación en la Patagonia, como era de rutina hasta hace un año, Peter, después de ser peinado y maquillado tras bambalinas por Nileya, subió al escenario a hacer lo que sabía. Pero entonces, de un segundo a otro, ya no pudo sostener el micrófono en su mano. Se le cayó. Tampoco pudo recogerlo, pero como el show debía continuar, pidió a uno de sus espectadores que se lo sostuviera. Pareció una humorada de Peter. Una técnica que solía usar, por lo demás, durante sus shows. Él era de hacer participar a su público, de entrometerse en las graderías. El episodio no trascendió para nadie, salvo para él, quien notó el descontrol. No quiso preocupar a su mujer. Tiempo después, sin embargo, las cosas empezaron a caérsele de las manos. Empezó a tropezarse de la nada en el departamento. Una vez fue tanto que Nileya solo pudo pararlo con la ayuda del conserje. Peter entonces empezó a ocupar un bastón para moverse. Pensó que era algo pasajero. Había palabras que le costaba pronunciar, la voz se le había desfigurado.
La respuesta de los médicos no fue inmediata. Después de un peregrinaje por distintos especialistas y de recibir varios diagnósticos, a Nileya le dijeron, en privado, que su marido tenía "ELA". Entendieron de qué se trataba cuando lo buscaron en Google.

Cambio de lookNileya tenía siete años cuando Peter interpretaba, con 13, "Entre la arena y el mar". Comenzaba su precoz carrera musical. Su padrastro le sugirió ponerse "Peter Rock". Era un nombre doblemente imbatible: "Peter", según la traducción bíblica, significaba "piedra", al igual que "rock" en inglés. Además él quería ser un rockero, en una época dominada  por el bolero y, para eso, tenía que cantar en inglés. Era un apodo que le venía. Con ese nombre, fue fundador del mítico movimiento musical Nueva Ola y el primero de ese grupo en grabar un disco en Chile. Tenía 14. Fue con ese nombre, también, que internacionalizó su carrera. Con sus hermanos actuó en Europa y Estados Unidos. En Londres conoció a su primera esposa, Frankie Leigh, quien fue la asistente personal de Brian Epstein, manager de Los Beatles. De ese primer matrimonio, nació Justin, su hijo mayor, quien hoy, con 40 años, es productor musical y vive en Beverly Hills. A Nileya la conoció a principios de los 80. Peter había regresado temporalmente a Chile, después de que lo invitaron a participar en TV y él quiso quedarse, un tiempo, trabajando de productor. Estaba divorciado.Nileya, comenzando sus treinta, se había separado ya de su segundo marido. El primero, con quien se había casado a los 16, había fallecido de cáncer. Nileya tenía 3 hijos, el menor tenía 4 años. Se había dedicado desde los 16 a la peluquería e incluso había hecho cursos de perfeccionamiento en el extranjero, con Alexandre de Paris y Vidal Sassoon. Nileya se hacía un nombre como estilista. "Tenía que sacar adelante a mis hijos", dice.Se conocieron porque Peter quería un cambio de look y un amigo le sugirió ir al salón donde trabajaba Nileya. Ella usaba un mechón verde sobre la frente.-Voy al salón y me encuentro con esta mijita rica. La invité a cenar y empezó un pololeo. Nada serio. Yo no vivía ni pensaba vivir en Chile -dice Peter. En ese tiempo, el cantante se volvió cliente frecuente de Nileya.-Para mí Peter era como Elvis Presley. Era un bombón. Llegaba al salón y me decía: "Tócame la guata". Quería que yo notara sus abdominales -dice ella.La relación duró nueve meses y cuando terminaron siguieron siendo amigos. Él siguió cortándose el pelo con ella. Ella le sugería nuevos peinados. Y siempre conversaban. Además de cantante, Peter se había convertido en una figura televisiva. Conducía programas; era invitado frecuente. Tiempo después, Peter abandonó el país y tuvo una relación fugaz, "un matrimonio loco", como él dice, que duró un solo año. Peter se volvió a casar en 1991 y recién ahí se radicó en el país. A su tercera mujer, Patricia Yunis, la conoció gracias a Nileya, quien solía ofrecer su casa para reuniones sociales.La reconstrucciónEn su propio salón de belleza, Nileya peinó para su matrimonio a la tercera esposa de Peter. Patricia era empresaria y con el tiempo se convirtió en la manager del artista. No había rencor, con Peter las cosas habían quedado claras.-Yo me olvidé de que habíamos sido pololos. Cuando él estuvo casado jamás se insinuó -dice Nileya.-Nosotros seguíamos siendo amigos pero sin ventaja. Siempre he sido un perro fiel -dice Peter.De ese tercer matrimonio nació Natalie, la segunda hija de Peter, hoy actriz y cantante de 25 años. Peter creó con Patricia la productora Peter Rock Productions.-Trajimos 50 artistas de Estados Unidos en diez años -recuerda.En 1999, a Patricia le diagnosticaron cáncer al pulmón.-Vi en sus ojos un ataúd. La enfermedad la deprimió mucho. Yo lo único que hacía día y noche era levantarle el ánimo, me hacía el gracioso. Nunca le dije: "Qué pobrecita"-recuerda Peter-. Pero por dentro estaba destruido. Cuando estábamos en la clínica yo me iba al estacionamiento y me encerraba en el auto a llorar.Cuando empezó con la quimioterapia, Nileya, quien nunca dejó de atender al matrimonio en su salón, le cortó el poco pelo que le quedaba a Patricia y le regaló una peluca con el mismo peinado que ella usaba. Patricia, sin embargo, no resistió la enfermedad y a los dos años falleció. Natalie tenía 11.Nileya pasó a ser la amiga más cercana de Peter. Lo acompañaba a eventos. Y cuando él tenía que viajar, ella cuidaba a su hija.  Años después, Nileya y Peter se casaron. Se fueron a vivir, junto con Natalie, a la casa donde ella tenía además su salón, en Vitacura. Como hizo siempre en sus casas, Peter habilitó en el segundo piso su estudio musical. Nileya siguió atendiendo abajo. Sus clientas pedían que Peter las fuera a saludar. Natalie se adecuó a la nueva pareja de su padre. La conocía de siempre.-Al principio sentí los típicos celos de niña chica, pero al final tuvimos una buena relación. Para mí, más que una mamá fue una amiga. Mi papá siempre dijo: "Nadie va a reemplazar a tu mamá" -dice Natalie.En Santiago, los domingos solían hacer almuerzos familiares, donde llegaban los hijos de ambos. Peter, dicen sus cercanos, siempre tuvo gusto por la buena mesa y era un "excelente cocinero". En todo ese tiempo viviendo juntos Nileya nunca dejó de acompañar a Peter a los eventos. Siempre se encargó del look. Natalie vivió con Peter y Nileya hasta que ellos dejaron Santiago, a principios de 2012. Natalie nunca se imaginó la gravedad del diagnóstico de su padre. Siempre pensó que sus complicaciones se debían a las prótesis de metal que su padre tiene en la columna y el brazo.Ella se tituló de actriz el 25 de enero pasado. Su papá no pudo ir a la ceremonia.InmortalSe vinieron a Reñaca porque Peter se aburrió de Santiago. Quería calidad de vida. Hasta el año pasado eran frecuentes los shows en escenarios en regiones, mínimo dos al mes. Nileya abandonó su próspero salón de belleza y prometió a su leal clientela volver dos veces por semana a atender a Santiago. El plan falló. Desde que la salud de Peter empeoró, Nileya ya no sale de su casa. No tienen una enfermera. Ella hace el aseo de manera obsesiva.-Así evado todo -dice.Como la voz puede írsele en los próximos meses, Nileya está ensayando con Peter comunicarse con los ojos cuando le da de tomar algun líquido. Si él mira hacia arriba significa que quiere que le den más. Si mira para abajo significa que quiere que se detengan.-Yo hubiese hecho lo mismo que está haciendo Nileya por mí si hubiese sido al revés. Esto se llama amor. Nos amamos no solamente en la parte humana, nuestras almas están conectadas -dice Peter.Desde el balcón de su departamento, se escuchan gaviotas. Hay cuadros al óleo pintados por Nileya. Aprendió pintura mirando, pero también dejó de hacerlo.-Yo no estoy preparada para cuidar. Es muy desgastante -dice Nileya-.Él siempre dice: "Ya me viví todo". "¿Qué me puede quedar por hacer?" Pero yo no he asimilado muy bien todo. Siempre hemos estado juntos las 24 horas. Él en su estudio, yo atendiendo a clientas. Solo dejaba de trabajar para ir a sus conciertos. Para prepararle el pelo, su ropa.Natalie notó los cambios en la voz de su papá a distancia. Cuando todo comenzó ya no vivían en la misma casa. Hoy se turna con las hijas de Nileya para acompañar.-Yo lo sigo viendo como alguien inmortal. Sigue viviendo la vida tal cual. Solo han cambiado las cosas prácticas del día a día. Hay que ayudarlo a caminar pero él de repente se pone a mover las piernas intentando bailar. Busca hacernos reír. Todavía tiene energía y él me enseñó que la energía no viene de si estoy bien o mal, viene de adentro -dice Natalie.Peter, de tanto en tanto, interrumpe con bromas.-Si tengo que partir antes, la estaré esperando en la suite nupcial -le dice a su mujer y todos se ríen. Luego gesticula con su rostro, como era característico de sus show. Levanta exageradamente las cejas, abre bien los ojos, hace una "o" con los labios y levanta su pulgar. Es el único dedo que puede mover.Rey del rockLa última vez que Peter tocó guitarra fue hace un año. Y ahí está, la única guitarra con la que se quedó, la del patrimonio familiar, una Yamaha que tiene más de 50 años, "el mismo modelo de Jimi Hendrix", dice, puesta sobre un atril. No puede tomarla, con mucha dificultad intenta rasguear las cuerdas. Esa y una trompeta son los únicos instrumentos que guardó.-Pero está bien. Toqué toda la vida. He aceptado mi condición desde un comienzo -dice tranquilo.En una mesa en el living están algunos de sus premios exhibidos y una foto de él joven, 'photoshopeado' junto a Armstrong y Presley.Han recibido apoyo. De terapeutas que han venido a hacer reiki y acupuntura, sin cobrar. Peter está implantándose células madres, una terapia que ha demostrado atrasar, aunque no curar, el avance de la enfermedad. Justin, el hijo mayor de Peter, habla todas las semanas con su papá. Le envía videos de su hijo, Maxwell, quien, con cuatro años, ha visto filmaciones de su abuelo en el escenario. Lo imita. A él y a Michael Jackson. Así se entretiene, viendo los videos en el celular, los de su nieto, rubio y de ojos azules como él, pero también los suyos, los de antes. Revisa una y otra vez las imágenes en YouTube de sus presentaciones, cuando lo apodaban "el huracán del escenario" y se movía vertiginosamente, ágil, hiperquinético, con saltos y piruetas durante sus shows.Dice que sus amigos, cercanos, privados, artistas, gente de todos lados, le han depositado dinero para este tratamiento que no tiene financiamiento estatal. Ni ella ni él trabajan hace un año. La enfermedad ha consumido sus ahorros.-Me tocó a los 70 años. Si me hubiese pasado 30 años atrás, a lo mejor me hubiese cortado las venas, pero hoy estoy cosechando lo que sembré. Amor y buena onda. Tengo la mejor esposa del mundo. Con sus hijos, mis hijos, todos juntos. Una familia muy unida -dice Peter-. Doy gracias a Dios que no estuve en coma como Gustavo Cerati cuatro años ni me morí como Elvis Presley a los 42. Estoy incapacitado pero no estoy sufriendo, vivo feliz. Me hacen una comida papilla, olvídate, de lujo. Estoy orgulloso de Peter Rock.-Tiene mucha energía. Tiene bajones como todos, le duran un rato y sigue. Y después otra vez está tira para arriba. Al final, después de todo, sigue siendo el mismo de siempre. No podríamos soportar esto de otra forma. Y no sé lo que va a pasar después. Lloro para callado. Lo pasábamos muy bien juntos -se emociona Nileya.-Vine a este mundo a cumplir una misión y ya la cumplí. Mi nombre artístico será recordado durante siglos. Soy parte del movimiento musical más importante de Chile. Peter Rock no se va a morir nunca, es inmortal. Yo, Peter Mociulski, soy el que me voy a morir y ahora me toca vivir dignamente lo que me queda. Físicamente es imposible otra cosa. Jamás me volveré a subir a un escenario. Ya terminó. Peter Rock jubiló con honores. Todo tiene un final y este es mi final.

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