A lo mejor la felicidad me hace mal.
A lo mejor la belleza no pasa por lo lindo.
A lo mejor todo es para peor.
A lo mejor menos es más, es más o menos.
A lo mejor estoy rallando la papa.
A lo mejor estoy peinando la muñeca.
A lo mejor las matemáticas bélicas
dejaron de ser lúdicas (juegos de guerra)
para apoderarse de la teoría de juegos.
A lo mejor una inteligencia maquiavélica
nos está jugando una mala pasada,
haciéndonos creer que somos
nada más -ni nada menos-
cerebros de Boltzmann.
[Un cerebro de Boltzmann
es una entidad hipotética
consciente de sí misma,
que se imagina originada
por fluctuaciones aleatorias cosmológicas
surgidas de un estado caótico de la realidad.]
A lo mejor la medida del Multiverso
somos estos observadores freaks
que no saben de qué están hablando.
A lo mejor somos los ejemplos vivos
de generadores numéricos aleatorios
que degeneran fácilmente
en creatividad o desilusión.
A lo mejor estamos tratando
inconscientemente de hacer calzar
los códigos y estrategias del cerebro
para lidiar con la estructura estadística
del mundo que nos rodea.
A lo mejor nos hemos convertido
en la serpiente que se muerde la cola
cuando tratamos de comprender
los principios fundamentales que gobiernan
lo que llamamos entendimiento y la conciencia.
A lo mejor nos movemos
entre metáforas y ecuaciones
tratando de encontrar las mejores
para sintetizar la inteligencia cósmica
o aspectos fundamentales de los agujeros negros.
A lo mejor estamos confundiendo
estructura y función, con sentido y sensibilidad.
A lo mejor somos un experimento pensado
acerca de la naturaleza del cerebro
o una pesadilla cósmica
que hay que mamarse sin anestesia.
A lo mejor estamos gatillando
una dinámica de avalanchas
cuando imaginamos el cerebro
como un procesador holográfico
-un modelo crítico de plasticidad cerebral-
emergiendo de una red de neuronas idealizadas.
A lo mejor la sociedad humana
se está convirtiendo en un superorganismo
-más o menos incoherente-
que en su infraestructura informativa
está formando un cerebro emergente.
A lo mejor la medida de la tecnología
que nos subyace y nos permea
se transforma inadvertidamente
en algo miles de millones de veces
más poderosa de lo que ya es,
no es más que el cerebro de lagartija
de un futuro organismo.
A lo mejor -más que seguro-
estoy hablando puras cabezas de pescado,
un vulgar y torpe injerto de gato en trucha.
A lo mejor no soy más que un mono
que digita un teclado sin orden ni concierto:
un especie de psicótico robot en red
convertido en intangible materia prima
para la 'Google matrix'.
O a lo mejor todo este ejercicio
es solamente un intento de aprendizaje semántico
viajando a través del universo, hacia ninguna parte
en una especie de ondas gravitacionales descerebradas.
A lo mejor -de esto no tengo dudas-
soy el tontito del cerro Los Piques
-the fool on the hill-
el que con un deteriorado, precario
y limitadísimo cerebro disipativo
se ha embarcado en otra idea navegable
que se va a ir indefectiblemente y con todo a pique...
HAL (solo)
2011 - Odisea del Despacio (i.e. del Lento, Lerdo, Aletargado, Asopado,...)
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