"Habrá una “Ley de Solidaridad Habitacional” que impedirá que algunos tengan casas mucho más cómodas y grandes que otros, pues ello se traduce en una diferencia sustancial en calidad de vida y oportunidades..."
Marzo, 2041. La “Coalición por la Igualdad Igualitaria” (CII) ha iniciado la ejecución de su célebre “Programa para la Construcción de un Orden Meritocrático e Igualador de Oportunidades”. El objetivo es corregir definitivamente las escandalosas e injustas desigualdades de cuna existentes en la sociedad chilena. En el primero de sus 999 capítulos, el programa contempla la creación de una Escuela Nacional Unificada (ENU) a cargo del nuevo Ministerio de Programación Intelectual y Educativa (MPIE).
El MPIE eliminará la educación particular pagada y toda la educación particular subvencionada, pues ambas permiten a aquellos padres con mayores recursos financiar una educación de mejor calidad a sus hijos transfiriéndoles de este modo ventajas que estos no merecen.
Con la ENU habrá un solo sistema estatal que asegurará a todos la misma calidad de educación, impidiendo que aquellos niños que no tienen ninguna culpa por haber nacido en familias sin recursos, partan con desventaja. La ENU, al prohibir a los padres invertir en la educación de sus hijos corregirá, en buena medida, las intolerables desigualdades de origen que nos aquejan. Adicionalmente, los comisarios del MPIE asumirán el rol central en la formación de hábitos de estudio de todos los niños del país, impidiendo que esta tarea quede a cargo de los padres. El MPIE explica que no es justo para aquellos niños con padres irresponsables o ignorantes que otros niños los aventajen gracias a la dedicación de padres más responsables y mejor informados. Todos deben tener las mismas oportunidades de aprendizaje.
La ley también prohibirá los posgrados en el extranjero para sustituirlos por estudios en universidades populares del Estado. El MPIE informa que quienes asisten a universidades tipo Harvard, Yale o Princeton, en su gran mayoría pertenecen a una élite económica y social que cuando vuelve al país obtiene ingresos sustancialmente superiores al resto de la población.
Los ingenieros de la igualdad o Gleichmacher, han dicho que no tolerarán el “descreme” que hacen estas universidades elitistas extranjeras, menos aún las ventajas inmerecidas que sus graduados transfieren a sus hijos. Esta disposición no se aplicará a los futuros Gleichmacher.
En materia de salud, el Estado, a través del Ministerio de Higiene Mental y Corporal, establecerá por ley un sistema de salud universal e igualitario para todos, prohibiendo las clínicas y servicios privados que, como es sabido, dan una ventaja inconmensurable a aquellos con capacidad de pagar. La posición de la CII es clara: donde haya salud privada, es decir, salud para ricos, jamás habrá igualdad de oportunidades.
En el área vivienda se creará una “Ley de Hermandad e Integración Urbana”, que terminará con la tan inmoral segregación en las ciudades. De esta forma, el Ministerio de Inclusión Urbana forzará a las comunas más ricas de Chile a construir soluciones habitacionales en sus mejores barrios. Como en el caso de la salud, la existencia de barrios para ricos y barrios para pobres no tiene cabida en una sociedad meritocrática, donde todos deben tener las mismas condiciones de partida.
Además, habrá una “Ley de Solidaridad Habitacional” que impedirá que algunos tengan casas mucho más cómodas y grandes que otros, pues ello se traduce en una diferencia sustancial en calidad de vida y oportunidades, especialmente en familias numerosas. No es justo que una familia con un hijo e ingresos de varios millones de pesos al mes viva en una mansión, mientras una familia de seis hijos con salario mínimo vive hacinada en un par de metros cuadrados. Por lo mismo, la nueva ley considerará en casos calificados la opción de obligar a aquellos propietarios con espacio disponible en sus casas, o con segunda vivienda, a otorgarle espacio habitable gratuitamente a quienes no tienen techo o viven en situaciones precarias.
En materia tributaria se introducirá como primera medida un impuesto a la herencia de 100%, cuyo cumplimiento estará a cargo del SATI, Servicio para la Administración Tributaria Igualadora. El gobierno explica que ningún orden social que se tome en serio la igualdad de oportunidades y los méritos puede permitir la herencia, pues nada desempareja más la cancha que un montón de dinero heredado de los padres y nada puede ser menos meritorio que la condición de heredero.
En la misma línea de combatir desigualdades heredadas, el futuro Departamento de Planificación Embrionaria aplicará políticas de “homogenesia”. Estas tendrán por objeto rediseñar la configuración genética de todos aquellos que están por nacer, de modo que ninguno comience con ventajas naturales que no merece. Según el gobierno, es bien sabido que el talento, el aspecto físico, la salud y la inteligencia tienen un componente genético importante que desiguala enormemente las oportunidades, dando ventajas inmerecidas a unos y perjudicando a otros.
Los Gleichmacher explicarán oportunamente a la población que no aplicar la homogenesia implicaría dejar a la suerte y la arbitrariedad, y no al mérito, el desempeño de las personas en la carrera de la vida. Ello, no solo sería injusto sino que tendría el indeseado efecto de restar efectividad a las otras medidas con las que el Estado igualador buscará emparejar la cancha.
La CII agradece al pueblo el apoyo unánime que este le ha dado anunciando que pronto dará a conocer las 998 partes restantes del plan para la construcción de una sociedad meritocrática e igualitaria.
El MPIE eliminará la educación particular pagada y toda la educación particular subvencionada, pues ambas permiten a aquellos padres con mayores recursos financiar una educación de mejor calidad a sus hijos transfiriéndoles de este modo ventajas que estos no merecen.
Con la ENU habrá un solo sistema estatal que asegurará a todos la misma calidad de educación, impidiendo que aquellos niños que no tienen ninguna culpa por haber nacido en familias sin recursos, partan con desventaja. La ENU, al prohibir a los padres invertir en la educación de sus hijos corregirá, en buena medida, las intolerables desigualdades de origen que nos aquejan. Adicionalmente, los comisarios del MPIE asumirán el rol central en la formación de hábitos de estudio de todos los niños del país, impidiendo que esta tarea quede a cargo de los padres. El MPIE explica que no es justo para aquellos niños con padres irresponsables o ignorantes que otros niños los aventajen gracias a la dedicación de padres más responsables y mejor informados. Todos deben tener las mismas oportunidades de aprendizaje.
La ley también prohibirá los posgrados en el extranjero para sustituirlos por estudios en universidades populares del Estado. El MPIE informa que quienes asisten a universidades tipo Harvard, Yale o Princeton, en su gran mayoría pertenecen a una élite económica y social que cuando vuelve al país obtiene ingresos sustancialmente superiores al resto de la población.
Los ingenieros de la igualdad o Gleichmacher, han dicho que no tolerarán el “descreme” que hacen estas universidades elitistas extranjeras, menos aún las ventajas inmerecidas que sus graduados transfieren a sus hijos. Esta disposición no se aplicará a los futuros Gleichmacher.
En materia de salud, el Estado, a través del Ministerio de Higiene Mental y Corporal, establecerá por ley un sistema de salud universal e igualitario para todos, prohibiendo las clínicas y servicios privados que, como es sabido, dan una ventaja inconmensurable a aquellos con capacidad de pagar. La posición de la CII es clara: donde haya salud privada, es decir, salud para ricos, jamás habrá igualdad de oportunidades.
En el área vivienda se creará una “Ley de Hermandad e Integración Urbana”, que terminará con la tan inmoral segregación en las ciudades. De esta forma, el Ministerio de Inclusión Urbana forzará a las comunas más ricas de Chile a construir soluciones habitacionales en sus mejores barrios. Como en el caso de la salud, la existencia de barrios para ricos y barrios para pobres no tiene cabida en una sociedad meritocrática, donde todos deben tener las mismas condiciones de partida.
Además, habrá una “Ley de Solidaridad Habitacional” que impedirá que algunos tengan casas mucho más cómodas y grandes que otros, pues ello se traduce en una diferencia sustancial en calidad de vida y oportunidades, especialmente en familias numerosas. No es justo que una familia con un hijo e ingresos de varios millones de pesos al mes viva en una mansión, mientras una familia de seis hijos con salario mínimo vive hacinada en un par de metros cuadrados. Por lo mismo, la nueva ley considerará en casos calificados la opción de obligar a aquellos propietarios con espacio disponible en sus casas, o con segunda vivienda, a otorgarle espacio habitable gratuitamente a quienes no tienen techo o viven en situaciones precarias.
En materia tributaria se introducirá como primera medida un impuesto a la herencia de 100%, cuyo cumplimiento estará a cargo del SATI, Servicio para la Administración Tributaria Igualadora. El gobierno explica que ningún orden social que se tome en serio la igualdad de oportunidades y los méritos puede permitir la herencia, pues nada desempareja más la cancha que un montón de dinero heredado de los padres y nada puede ser menos meritorio que la condición de heredero.
En la misma línea de combatir desigualdades heredadas, el futuro Departamento de Planificación Embrionaria aplicará políticas de “homogenesia”. Estas tendrán por objeto rediseñar la configuración genética de todos aquellos que están por nacer, de modo que ninguno comience con ventajas naturales que no merece. Según el gobierno, es bien sabido que el talento, el aspecto físico, la salud y la inteligencia tienen un componente genético importante que desiguala enormemente las oportunidades, dando ventajas inmerecidas a unos y perjudicando a otros.
Los Gleichmacher explicarán oportunamente a la población que no aplicar la homogenesia implicaría dejar a la suerte y la arbitrariedad, y no al mérito, el desempeño de las personas en la carrera de la vida. Ello, no solo sería injusto sino que tendría el indeseado efecto de restar efectividad a las otras medidas con las que el Estado igualador buscará emparejar la cancha.
La CII agradece al pueblo el apoyo unánime que este le ha dado anunciando que pronto dará a conocer las 998 partes restantes del plan para la construcción de una sociedad meritocrática e igualitaria.
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