FEDERICO ARENAS, DIARIO LA TERCERA, VIERNES 4 DE ABRIL DE 2014HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2014/04/04/FEDERICO-ARENAS/AVANZAR-HACIA-MEJORES-FORMAS-DE-OCUPACION-TERRITORIAL/

Avanzar hacia mejores formas de ocupación territorial

trás quedaron las imágenes del caos en la población tras una falsa alarma de tsunami producida en Concepción. Muerte de una persona, fuga masiva de la población hacia los cerros y colapso en puentes a causa de un millar de vehículos que intentaba dejar la ciudad, están entre los resultados de una débil cultura sísmica en el país.

La lección, sin embargo, parece haber sido aprendida.Para el terremoto del 27 F, en 2010, la población costera en general demostró que había internalizado el riesgo de vivir allí y tras el fuerte sismo, instintivamente subió hacia los sectores altos.

Hoy, después de los terremotos y alarmas de tsunami ocurridos en el norte del país, hemos visto una población que ha evacuado de manera ordenada, trasladándose hacia las áreas de seguridad, portando sus propios kit de emergencia, con agua, comida y otros elementos básicos.

 En la actualidad poseemos como país una cultura sísmica muchísimo mayor a la de diez o veinte años atrás. En esto han contribuido de gran manera los medios de comunicación, abriendo en los últimos años espacios en programas de audiencia masiva para tratar estos temas, ayudando al surgimiento de un público en general más informado. El ejercicio de la ciudadanía también se expresa en esta dimensión y, en los hechos, la reacción de la población ante los sismos a veces da la impresión de ser mejor que la de las propias instituciones.

Sin embargo, aún falta mucho por hacer y no debemos bajar la guardia. Por un lado, se debe avanzar en educación, esto es, una mejor formación de nuestros niños y jóvenes: que conozcan el territorio, las amenazas naturales presentes en él y los riesgos a los que están enfrentados. Es imperativo que el currículo escolar contenga mayores contenidos de geografía, menos dispersos y de mejor calidad. Esto es básico para entender que no estamos “condenados” por nuestra geografía.

 Por otra parte, la mayor conciencia ciudadana sobre los riesgos de los sismos y tsunamis, se debiera traducir en una mayor exigencia de los ciudadanos hacia las autoridades, tanto comunales, regionales como gubernamentales, respecto de cómo ocupar mejor nuestro territorio, con planes de uso de suelo que recojan adecuadamente la existencia de amenazas naturales y que, una vez definidas las formas de ocupación o las restricciones, se cumplan.

Es inaceptable, por ejemplo, que exista infraestructura crítica en áreas inundables por tsunami, como es el caso de la cárcel de Iquique. No puede ser que ante la alarma de un tsunami y la necesidad de proteger a los reclusos, la solución sea el traslado masivo de reos hacia zonas de seguridad, generando un riesgo adicional, y en el caso de fuga, el despliegue de un dispositivo de seguridad que pudo haberse utilizado en otras tareas durante la emergencia. Lo mismo aplica a otros edificios  sensibles como colegios y hospitales.

La cultura sísmica debe también traducirse en una exigencia en cuanto a criterios mínimos de localización para la infraestructura crítica. La tarea es, sobre la base de la mayor cultura sísmica, impulsar mejores instrumentos, institucionesy políticas en esta materia, lo que a la larga se traducirá en una mejor calidad de vida para todos.

Hemos avanzado en las tecnologías de construcción, en el mejoramiento de  las normas y en la calidad de nuestra infraestructura y hoy las edificaciones cuentan con eficientes sistemas antisísmicos, que les permiten resistir bastante bien los terremotos y solo muy excepcionalmente colapsar ante un sismo de gran magnitud. Sin embargo, hemos fallado en cuanto a la localización, ubicando asentamientos y estructuras en áreas con riesgo de deslizamientos, aluviones o inundables por tsunamis.

Sin duda que la discusión sobre que usos instalar en un sitio dado o donde localizar una determinada infraestructura crítica, deberá marcar la nueva generación de planes reguladores en el país.