Falla eléctrica y política
por Eduardo Bitran
Diario La Segunda, Martes 27 de Septiembre de 2011
Diario La Segunda, Martes 27 de Septiembre de 2011
http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2011/09/27/falla-electrica-y-politica.asp
La serie de fallas en el sistema de transmisión eléctrica en los últimos dos años es la manifestación de las serias deficiencias que ha tenido en Chile la regulación de este subsector.
La regulación de transmisión eléctrica fue modificada, por ley, a mediados de la década pasada, generando un marco jurídico que en buena medida plasmó el interés de un tipo de desarrollo de generación eléctrica, que tenía defensores corporativos claramente identificables.
El sistema resultante no sigue las mejores prácticas internacionales de los países de la OCDE. El rol del Estado quedó disminuido y la influencia de las generadoras, hipertrofiada. La influencia desmedida de algunas generadoras quedó de manifiesto en la primera fijación tarifaria de transmisión, luego de aprobada la ley, se las arreglaron para limitar la inversión en transmisión a un mínimo, para tener mayor espacio para el margen de generación, comprometiendo la seguridad del sistema, impidiendo inversiones que fueron propuestas y rechazadas por estas empresas, aumentando dramáticamente la vulnerabilidad del sistema y de, paso, limitando la entrada de nuevos actores con oferta más lejana.
El problema está principalmente en la ley. La definición de troncal, el modelo de planificación y el sistema de tarificación generan incentivos para que las generadoras establecidas traten de influir en limitar al mínimo el desarrollo de la capacidad de transmisión. Ahora estamos pagando las consecuencias.
La regulación de la transmisión eléctrica debe velar por varios objetivos: dar señales de localización que incorporen los costos de transporte de energía a los centros de consumo, reducir la inversión en capacidad de respaldo; reducir la vulnerabilidad y aumentar la seguridad del sistema; facilitar el desarrollo de recursos renovables lejos de los centros de consumo y, muy importante, promover la competencia y reducir las barreras de entrada.
La regulación existente se enfoca en minimizar los costos de transporte de energía y no valora adecuadamente los otros objetivos y en particular el aumento de competencia. La implementación de la regulación ha considerado en forma insuficiente la seguridad y mantendrá por los próximos siete años un sistema muy estrecho, con elevadas barreras de entrada y problemas de seguridad.
La regulación no valora el efecto de estabilidad y seguridad de la interconexión de sistemas. Si tuviéramos interconectado el SIC-SING la estabilidad del sistema sería mayor y la recuperación frente a fallas más rápida. Esta discusión se realizó en el Congreso cuando se legisló sobre transmisión, pero se perdió frente a los intereses corporativos más poderosos del sector.
Como consecuencia de esta planificación inadecuada, a partir del 2015 tendremos serias restricciones de Charrúa al Sur, limitando el desarrollo de recursos energéticos renovables y generando mayores costos de energía en las zonas que quedan con restricciones de transmisión.
La captura regulatoria, la vinculación entre negocios y política siguen siendo factores que nos pasarán la cuenta por muchos años en diversos ámbitos.
La solución requiere una mayor sofisticación y capacidad regulatoria del Estado y un rol más activo de éste en la promoción de la competencia. Llegó el momento de modificar la regulación de la transmisión eléctrica, acercándola a las mejores prácticas internacionales y recuperar el rol ineludible de planificación que le corresponde al Estado en este ámbito.