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CLASE DEL 70 SGC
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Stardust - John Coltrane
El "acarreo" y las estrategias finales de los comandos para convocar a sus adherentes a votar en las primarias
En la antesala de la realización de las primarias presidenciales de la Alianza y de la Nueva Mayoría, los equipos de campaña y adherentes continúan trabajando.
El foco de estas últimas horas previas a la votación es incentivar a las personas a que concurran a las urnas este domingo.
por Carolina Mascareño y Pablo Cádiz -
Un café en Providencia fue el escenario en que se dieron cita el candidato presidencial de la UDI,Pablo Longueira, junto a un grupo de esposas de autoridades y adherentes. ¿El motivo? Entregarles un dossier para que llamen a sus contactos y los motiven a que este domingo 30 de junio asistan a votar por el abanderado del gremialismo en la primaria de la Alianza.
Esta petición a los adherentes ha sido formulada por todos los candidatos que disputan el cupo de la Nueva Mayoría, y las dos cartas de la Coalición por el Cambio, y fue uno de los mensajes centrales en sus cierres de campaña.
En ese sentido, a nivel de partidos, el consenso es incitar a que las personas concurran a las urnas, enfatizando que "esta no es una elección cualquiera" y que un sólo voto puede marcar la diferencia.
En el caso de Andrés Allamand, por ejemplo, sus adherentes citan el triunfo del alcalde de Ñuñoa, Pedro Sabat, quien logró continuar en otro periodo a cargo del Municipio, tras una revisión de los votos que le dio una ventaja de treinta votos.
LA DISYUNTIVA DE LOS VOTANTES DEL OFICIALISMO
El senador y jefe territorial de la campaña de Allamand, Francisco Chahuán,afirmó hoy que "hemos constatado que hay muchos adherentes de la Alianza que pretenden ir a castigar a Bachelet votando por sus compañeros de coalición en la primaria de la Concertación".
A través de las redes sociales, simpatizantes de la Alianza han impulsado la idea de votar en las primarias de la oposición, ya sea por Claudio Orrego yAndrés Velasco, para intentar impedir un triunfo de Michelle Bachelet en la Nueva Mayoría.
No obstante, el argumento que han sostenido tanto Longueira como Allamand, es que, desde esta lógica, sólo se contribuye a capitalizar una mayor concentración de votos en el bloque opositor, en desmedro de sus opciones.
Según han afirmado, de resultar vencedora Bachelet, todos los candidatos de su pacto entregarán un respaldo que daría una señal de fuerza, al sumar los votos obtenidos por el sector.
"Sufragar por los candidatos de la Concertación sería completamente perjudicial para la expectativa de ganar la elección presidencial en noviembre", aseveró Chahuán.
Algunos al interior de ambos partidos han planteado que la definición se resolverá entre quienes más logren llevar a votantes, advirtiendo de posibles traslados masivos de personas a los recintos de sufragio.
EL SONDEO Y LAS INSTRUCCIONES DE LA ALIANZA PARA LOS TRASLADOS
Ante la segunda votación que los chilenos enfrentarán con el sistema de voto voluntario, se mantiene una incertidumbre en torno a las cifras de personas que concurrirán a sufragar.
Por ello, en RN y la UDI han diseñado respectivamente, estrategias para facilitarel traslado de adherentes, a nivel nacional.
En el gremialismo, por ejemplo, se maneja un listado de los dirigentes que han ofrecido transporte a adherentes que tienen dificultades para trasladarse hasta su local de votación.
Asimismo, durante la semana el comando de Longueira difundió imágenes del candidato realizando llamadas a sus electores, desde el call center especialmente habilitado para centralizar las peticiones.
En RN también se cuenta con una central de llamadas, desplegado en el tercer piso de la sede de RN, en calle Antonio Varas. Todos los días, se ha llamado a personas que figuran en los registros del partido como votantes del sector, una cifra que alcanza - según las estimaciones de la tienda- a 50 mil sufragantes.
Al mismo tiempo, se ha consultado por la posibilidad de que las autoridades de RN - alcaldes, concejales- y dirigentes de base del partido, junto con militantes, faciliten sus vehículos para traslado de adherentes.
LAS MEDIDAS ADOPTADAS EN LOS COMANDOS DE LA NUEVA MAYORIA
Los dirigentes de los partidos a los que representa Michelle Bachelet,- PS-PPD- PC-MAS-IC, han llamado a que sus adherentes a nivel de autoridades contribuyan a incentivar la participación de electores, a nivel nacional.
En el caso de Claudio Orrego (DC) , los esfuerzos se concentraron en 64 comunas que fueron definidas como prioritarias, y donde se fijó un excel con partidarios y militantes, y se definieron metas de votación para cada alcalde o concejal. De acuerdo con las cifras de este documento, si todas las figuras del partido siguieran estas instrucciones, el candidato podría posicionarse en el segundo lugar, con 317 mil votos.
Un balance más moderado es el del propio comando, donde estiman que la votación doblará los votantes de la primaria interna de enero, alcanzando así los 120 mil sufragios.
Al igual que en los otros partidos, hasta ayer estuvo funcionando el call center del comando, que tuvo por misión ponerse en contacto con los cerca de 15 mil adherentes (no militantes) inscritos en las redes de Orrego, con el objetivo de fidelizarlos y asegurar su asistencia a las urnas este domingo.
Desde el equipo descartan "acarrerar" votantes, debido a las dificultades logísticas que implicaría. Según argumentan, esto se debería a la imposibilidad de hacer ellos un registro detallado de los electores, debido a la cantidad de locales de votación.
Por su parte, el comando de Andrés Velasco (IND) optó por contratar a una empresa de call center que llamó desde el lunes a todos aquellos que se inscribieron en la página web del ex ministro ofreciéndose para colaborar distintas áreas de la campaña.
Asimismo ellos también se les están enviando mails desde ayer, lo que se reforzará el sábado. El mensaje es para insistir en la necesidad de que voten el domingo y que activen las redes de simpatizantes de la campaña.
Como el economista no cuenta con la estructura de un partido, incluso en su sitio web plantea que "no tenemos micro, no acarreamos gente, sólo contamos con tu entusiasmo", la idea es aprovechar al máximo la plataforma digital que desplegaron en la campaña.
En cuanto al candidato del partido radical, José Antonio Gómez (PRSD), la tienda no ha contemplado una iniciativa para transportar electores, más allá de los llamados a participar y los mensajes transmitidos a través de la franja y las redes sociales.
Contemplar el Evangelio de hoyDía litúrgico: Domingo XIII (C) del tiempo ordinarioEscuchar audioTexto del Evangelio (Lc 9,51-62): Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Jesús se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.
Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». Él respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».
Comentario: Pbro. José MARTÍNEZ Colín (Culiacán, México)
Sígueme
Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar sobre nuestro seguimiento de Cristo. Importa saber seguirlo como Él lo espera. Santiago y Juan aún no habían aprendido el mensaje de amor y de perdón: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» (Lc 9,54). Los otros convocados aún no se desprendían realmente de sus lazos familiares. Para seguir a Jesucristo y cumplir con nuestra misión, hay que hacerlo libres de toda atadura: «Nadie que (...) mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios» (Lc 9,62).
Con motivo de una Jornada Misionera Mundial, Juan Pablo II hizo un llamamiento a los católicos a ser misioneros del Evangelio de Cristo a través del diálogo y el perdón. El lema había sido: «La misión es anuncio de perdón». Dijo el Papa que sólo el amor de Dios es capaz de hermanar a los hombres de toda raza y cultura, y podrá hacer desaparecer las dolorosas divisiones, los contrastes ideológicos, las desigualdades económicas y los violentos atropellos que oprimen todavía a la Humanidad. Mediante la evangelización, los creyentes ayudan a los hombres a reconocerse como hermanos.
Si nos sentimos verdaderos hermanos, podremos comenzar a comprendernos y a dialogar con respeto. El Papa ha subrayado que el empeño por un diálogo atento y respetuoso es una condición para un auténtico testimonio del amor salvífico de Dios, porque quien perdona abre el corazón a los demás y se hace capaz de amar. El Señor nos lo dejó dicho en la Última Cena: «Que os améis los unos a los otros, así como Yo os he amado (...). En esto reconocerán todos que sois discípulos míos» (Jn 13,34-35).
Evangelizar es tarea de todos, aunque de modo diferente. Para algunos será acudir a muchos países donde aún no conocen a Jesús. A otros, en cambio, les corresponde evangelizar a su alrededor. Preguntémonos, por ejemplo, si quienes nos rodean saben y viven las verdades fundamentales de nuestra fe. Todos podemos y debemos apoyar, con nuestra oración, sacrificio y acción, la labor misionera, además del testimonio de nuestro perdón y comprensión para con los demás.
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Apuntes de una entrevista a Roberto Merino en su reencuentro con Santiago
No tengo una respuesta para este fenómeno.
Cierta belleza que puede tener la ciudad aparece en algunas ocasiones.
Antes del esmog siempre hubo en Santiago polvo en suspensión.
No contamos con una claridad permanente.
No sé cómo hemos podido integrar la cordillera
a una especie de normalidad tan indiferente.
Nos aísla y se nos viene encima.
Creo que en términos psicológicos
esta especie de negación monstruosa
algún día nos va a pasar la cuenta.
No sé cómo no hay más misticismo,
algún día nos va a pasar la cuenta.
No sé cómo no hay más misticismo,
cómo no nos hemos convertido en tibetanos.
Vivimo como si no existiera.
Vivimo como si no existiera.
Diario El Mercurio, VD, sábado 29 de junio de 2013
Gustos de candidato
Soluciones de negocios para los pobres...
paul polak | |||
El rebelde | |||
Paul Polak | |||
Su padre escapó del Holocausto; Paul, de la vida confortable. Era un psiquiatra destacado en Canadá, que ayudaba a los enfermos mentales, cuando decidió dejarlo todo y dedicarse a ayudar a los que viven con menos de dos dólares al día. ¿Cómo? Vendiéndoles productos a precios a su alcance. Para Polak, tratarlos como consumidores es la verdadera revolución. Paula Escobar Chavarría Diario El Mercurio, Revista Sábado, 29 de junio de 2013 http://diario.elmercurio.com/2013/06/29/el_sabado/el_sabado/noticias/9B16677C-438B-45D8-A233-03C9043A7769.htm?id={9B16677C-438B-45D8-A233-03C9043A7769} Con su corbata de lunares, aire despreocupado y sereno, y una energía constante a sus 80 años, Paul Polak podría parecer un actor de Hollywood, un filántropo, un filósofo. Pero es un empresario multinacional, basado en Estados Unidos, pero que viaja por todo el mundo. Y uno que ha golpeado a la cátedra rompiendo los paradigmas entre negocio, filantropía y ayuda humanitaria. Trabajó durante 23 años como psiquiatra; quizás de ahí su compulsión a escuchar y la neutralidad de su rostro mientras lo hace. Es fundador de International Development Enterprises (IDE) en EE.UU. y de D-Rev, Design Revolution, empresa que diseña servicios y productos a gente que vive con menos de US$2 por día, para la que reclutó a grandes talentos del diseño, aburridos, según dice, de crear para el 90 por ciento que lo tiene todo. Durante los últimos 30 años, Polak ha trabajado con miles de agricultores alrededor del mundo, incluyendo países como Bangladesh, India, Cambodia, Etiopía, Myanmar, Nepal, Vietnam, Zambia y Zimbabue, y sus productos han sacado a 17 millones de personas de la pobreza. Actualmente es fundador y CEO de Windhorse International, y también es el autor de Out of poverty, what works when traditional approaches fail. Ha recibido muchos galardones y honores, como el Entrepreneur Of The Year en la categoría de responsabilidad social de Ernst & Young. Fue nombrado una de las 50 personas líderes de políticas culturales en Scientific American y elegido uno de los "Brave Thinkers" de la prestigiosa revista norteamericana Atlantic, junto a Steve Jobs, Obama y otras grandes leyendas. Dijo la revista Atlantic: "Su reclamo hacia las organizaciones benéficas tradicionales es que no han logrado concebir los potenciales de los mercados de los 2,7 billones de pobres. Tratar a los pobres como potenciales consumidores y emprendedores, cree Paul Polak, es la mejor manera de que logren ser autosuficientes". Operando bajo el lema "barato es bello", sus empresas venden herramientas asequibles y útiles, como bombas de pedal manuales para irrigar, o purificadores de agua que operan con paneles solares, para que la gente pueda ganarse la vida vendiendo productos. "Para cualquier problema social, los primeros tres pasos a seguir son los mismos: ir al lugar del suceso; luego, hable con la gente y escuche lo que tienen que decir, y aprenda todo lo que existe sobre el contexto específico del problema. Eso hice. Empecé, con IDE, a trabajar con agricultores con terrenos de menos de un acre, quienes tenían menos de un dólar al día. Entonces voy al pueblo con alguien que es respetado allí y me junto con una familia típica y comparto siete horas con ellos. Camino por sus campos, miro sus cosechas y tomo té, y aprendo todo sobre ellos: qué le dieron a comer a su perro, qué desayunaron, qué tan lejos tienen que viajar sus hijos para ir al colegio, quiénes se enfermaron. Y cuando empezamos a conocernos y a ser amigos, les pregunto por sus fuentes de ingresos y cómo gastan su dinero. Luego, entrevisto a otras seis o siete familias durante una hora y media", dice Polak. Explica que eso requiere escuchar de una manera distinta: "El 90 por ciento de la información es no verbal. Cada vez que lo he hecho, he podido tener al menos una idea transformacional que puede aplicarse a ese pueblo y otros". Por qué la caridad no sirve "Todo empieza con dar a la gente pobre el respeto que se suele dar a los clientes. Desde ahí, he visto muchos enfoques; he probado el enfoque de la caridad, he mirado los enfoques de los gobiernos y la mayor parte de las veces el desarrollo convencional ha fallado: la caridad no saca a la gente de la pobreza, la responsabilidad social empresarial es en gran parte cosmética y las inversiones de impacto social tienen grandes confusiones sobre el impacto social versus la rentabilidad", dice Paul Polak. -¿Qué tiene de malo la caridad? -No tiene nada de malo, pero tomemos el caso del agua potable. Si quisieras suministrar una bomba de agua manual al billón de personas que lo necesita, no sería posible, porque no hay dinero en el mundo como para poder pagarlo. En segundo lugar, veamos qué pasa con la beneficencia: he visitado muchos pueblos que tenían una bomba de agua instalada por UNICEF o por el gobierno, y en el 75 por ciento de los casos no funcionan después de dos años. El problema principal es que las bombas manuales de agua siempre se rompen, y si la gente siente que es de UNICEF o del gobierno, no hay nadie que la arregle. Muchas veces las organizaciones benéficas son útiles para algunas situaciones, pero no sacan a la gente de la pobreza. Generalmente los pobres deben invertir su propio dinero y tiempo para hacerlo. Nosotros podemos estar ahí para entregarles los ingredientes que les faltan, pero el respeto mutuo que nace a partir de las transacciones justas y abiertas funciona mucho mejor que intentar hacerlo a través de la caridad. -Usted fue un psiquiatra que trabajaba con gente con enfermedades mentales. ¿Por qué decidió cambiar su vida? -No cambié mi vida. Nunca supe qué iba a estar haciendo al día siguiente. Parte de mi trabajo como psiquiatra era manejar un centro de salud mental para una población de 100 mil personas. Algunos vivían en la calle. Aprendí rápidamente que su pobreza era más determinante para el éxito de su adaptación que su enfermedad mental. Empezamos a crear distintas maneras de mejorar el acceso a viviendas, oportunidades hechas a la medida para personas con distintos niveles de discapacidades mentales y de autoestima, y eso demostró ser muy útil. Empezamos a trabajar la pobreza en el centro de salud mental y luego me di cuenta de que en Denver, Colorado, había gente que vivía con 600 dólares al mes que eran pobres. En Bangladesh eran US$30 al mes, entonces me interesaba saber qué era la pobreza en Bangladesh, y me fui para allá con unos amigos de mi esposa. Conocí a unos pequeños agricultores, a quienes les pregunté por qué pensaban que eran pobres. Me respondieron que no tenían el dinero suficiente, y les creí; que necesitaban acceder a sistemas de control de agua para sus cosechas para aumentar sus ingresos de la agricultura. Empezamos a averiguar cómo proveerles herramientas de irrigaciones radicales y asequibles y una cosa llevó a la otra. -¿Por qué cree que es tan importante ayudara la gente a través de los mercados y no a través de darles dinero o las vías tradicionales? -Es muy natural si hablas con ellos. Empecé con agricultores que ganaban la mayoría de sus ingresos con terrenos de menos de un acre y son emprendedores. Algunos no son emprendedores exitosos, pero deben tomar decisiones de negocios a diario, deben decidir qué plantar, cuánto dinero destinar a las semillas o fertilizantes o pagar los remedios si uno de los hijos está enfermo. Son emprendedores naturales. Vengo de un background donde mi padre sobrevivió porque pudo ver qué venía cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, y nos escapamos como refugiados. Sus orígenes son de una familia campesina en Checoslovaquia, donde los animales estaban abajo y la gente arriba. Creo que tengo afinidad con los agricultores con que he hablado. Necesitan acceso a mercados, necesitan una mejor planificación, mejores márgenes, necesitan más ingresos, y eso es lo que los motiva. Nosotros, simplemente, nos acomodamos a lo que ya está ahí. -¿Por qué es importante que sus negocios sean con lucro? ¿Por qué es tan esencial? -El mayor desafío que enfrenta el desarrollo son las escalas. La forma de lograr escala es a través de crear una empresa que sea lo suficientemente rentable para atraer un capital comercial global, no dinero de caridad, sino que capital. Esos son fondos de dinero mucho más grandes. Yo solo me intereso en crear empresas multinacionales que sirven a la gente que vive con 2 dólares al día, que pueden alcanzar cien millones de clientes y transformar sus vidas. Eso requiere de las otras dos características de cada una de estas empresas: que sean capaces de generar 10 mil millones en ventas anuales y las ganancias suficientes como para atraer capital comercial internacional. -¿Por qué a las empresas tradicionales no les importa venderle a la gente más pobre? -He hablado con muchas de las corporaciones multinacionales y hay tres razones. Primero, no creen que se pueda generar ganancias con clientes que viven con dos dólares diarios. Segundo, la mayoría de las corporaciones no tienen idea de cómo diseñar productos y servicios que sean radicalmente asequibles para esa gente, lo que es un prerrequisito necesario para el éxito; y tercero, está el problema de la distribución, pues nadie ha encontrado la manera de entregar productos y servicios a pueblos de 200 o 300 hogares, y hacerlo de manera que genere ganancias. Sin embargo, son problemas que se pueden solucionar. Lo que yo disfruto en la vida es que me digan que algo no se puede hacer: gozo tratando de hacerlo realidad. -Su actual proyecto es de agua potable en la India. -Sí, una de mis cuatro empresas está diseñada para vender agua potable a un precio atractivo para personas que ganan dos dólares diarios. Vendemos agua potable a menos de un centavo el litro, que se distribuye a los hogares de la gente y cuando lo haces a escala se puede ganar dinero de eso. La empresa Spring Health básicamente está enfocada en pueblos rurales en el este de India, donde hay 350 millones de clientes que necesitan agua potable segura; entonces, se parte con crear una tecnología radicalmente asequible. Luego está la distribución: no hicimos kioscos especializados en un solo producto, porque cuesta demasiado caro. Simplemente, entramos en asociación con los negocios de propiedad familiar o almacenes. En India se llaman "korana shops" y suman 10 millones... Ese dueño a su vez contrata gente local con triciclos con plataformas para entregar agua a los hogares. Cobramos 4 rupias por 10 litros de agua, que es suficiente para una familia de 5 personas. Luego dividimos las ganancias con el dueño. De hecho, tomamos el 75% por los primeros mil litros y es 50%-50% después de eso. Así funciona. Trabajamos en bloques de 50 pueblos. Queremos llegar a diez mil pueblos en dos o tres años y así llegaremos a cien millones de personas solo en la India, y a otros cien millones en otros países. Pero debes diseñar a escala desde el inicio, no puedes hacer algo en tres pueblos y esperar que se extienda. ¡Hay que diseñar a escala! -¿Cómo se parte diseñando a escala? -Bueno, si hablas con gente del pueblo, como yo te describí, puedes tener 10 proyectos importantes, pero seleccionas el que se puede aplicar en mil pueblos, no solo en ese pueblo. Optas por el que ayuda a más gente versus el que ayuda solo a ese pueblo. Luego creamos un manual de operación tan grande como los que ocupan los pilotos comerciales cuando ingresan a la cabina de mando. Pensamos en cómo producir masivamente el marketing que se requiere para llegar a la venta de 1000 litros de agua. Si empezamos a pensar en estos términos, es así: si pido sacarles punta a tres lápices, no es un desafío. Si afilas 25, no es un desafío, pero, ¿qué pasa si te pido que les saques la punta a mil lápices? Capaz que apliques otra estrategia. Quizás necesitarías más sacapuntas. Si te pido 100 mil lápices, ¿cómo te organizarías? No es tan complicado. Tienes que aplicar ese método de pensar paso a paso,para lograr que cada parte del proceso logre la escala. -¿Cómo recluta a su equipo? ¿Cómo elige a sus miembros y cómo los deja irse de la empresa para ir a la siguiente etapa? -En el mundo del diseño hay un movimiento imparable de estudiantes que quieren hacer una diferencia. Eso es algo que muchas universidades no han captado. En todo lo que hago busco a los mejores en el mundo y simplemente los llamo. Muchos dicen que sí y es sorprendente. Tengo un equipo de diseñadores en el cual está la persona que más sabe de la irrigación; un equipo de ingenieros aeroespaciales de Ball Aerospace, que hicieron mucho del trabajo para el telescopio Hubble, que están trabajando en crear un sistema solar radicalmente asequible. -Quiero saber cómo maneja el fracaso. -Me encanta. -¿Por qué?
-Porque aprendes mucho más de él. He tenido muchos fracasos, pero aprendes mucho. Me llamó la atención que en Nepal el 40% de las personas en zonas rurales tenían que caminar entre dos y doce días para traer cosas a sus pueblos. Entonces, testeamos una barcaza a motor de alta tecnología. Ese proyecto fracasó. Al principio me sentí avergonzado, porque no me gusta fracasar, pero luego un amigo que era director ejecutivo de Agricultural Development Bank Nepal me agradeció por haber tomado tantos riesgos para ayudar a su país.
"Lo que yo disfruto en la vida es que me digan que algo no se puede hacer: gozo tratando de hacerlo realidad"
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"Precocidad" espeluznante y aterradora
Los niños-hombres de los jardines en las poblaciones | |||
Rodrigo Fluxá N. fotografía Carla Dannemann Diario El Mercurio, Revista Sábado, 29 de junio de 2013 http://diario.elmercurio.com/2013/06/29/el_sabado/el_sabado/noticias/425D4194-79D5-4256-A604-B78CBB5AAD9A.htm?id={425D4194-79D5-4256-A604-B78CBB5AAD9A}
Alvarito tiene un tajo. Una cicatriz de varios centímetros encima del ojo derecho, sobre cuyo origen hay una explicación, pero no hay certezas: hace un año llegó al jardín infantil un lunes con la herida abierta, con la carne viva y sin haber ido al doctor. Cuando la directora llamó a su casa le dijeron que se cayó de una escalera y en los meses sucesivos cada mañana aparecían nuevos accidentes: arañazos, moretones y quemaduras de plancha.
Esta mañana hace frío en San Joaquín y Alvarito llega al jardín pasadas las nueve de la mañana. La hora de entrada es a las 8 y media, pero en su caso, en la mayoría de los casos, da lo mismo: las tías jamás los devuelven, asumen que siempre estarán mejor acá que en sus casas. Cruza la sala. Lleva unos pantalones anchos y un polerón con gorro. Se cortó el pelo hace poco: está totalmente rapado por los lados y un poco más largo arriba, como los cantantes de reggaeton. Antes tenía una especie de mohicano; él mismo iba al baño para mantenérselo. Camina moviendo los brazos, balanceándose de lado a lado, más como un hombre que como un niño. Saca de su mochila dos tractores naranjas. Es una rareza, nadie recuerda que haya traído juguetes antes.
Detrás entra Lucas, de su misma edad, cinco días menor, su compañero y rival: las familias de ambos tienen una antigua enemistad en la Legua Emergencia. Alvarito anda con un celular de plástico. Una tía se lo pide, él no quiere entregarlo. De mala gana se lo guarda en el bolsillo, pero cada tres minutos se va a una esquina y simula conversaciones con personas imaginarias. A las nueve y media, después del desayuno, comienza la primera actividad del día. El curso, un medio menor de quince alumnos, tiene que ordenarse en un círculo:
-Alvarito, ¿me ayudas a mover las sillas? - le pregunta una tía.
-No.
Ella empieza a entonar una canción, para empezar la jornada:
-¿Cómo está la Dayanira, cómo está?
Dayanira dice: bien.
Alvarito y Lucas no pueden estar quietos. Corren por la sala, invadiendo otros grupos. Son los líderes del curso, pero su relación es volátil: pueden estar jugando juntos y al siguiente ponerse a pelear. En el círculo de sillas quedaron originalmente uno al lado del otro, pero una educadora prefirió sentarse entremedio. Alvarito le grita y le hace un gesto con los dedos, como simulando una W. Lucas le responde con otro símbolo. Más que ofensas, parecen saludos de pandilla.
Las tías siguen cantando:
-¿Cómo está el Rodolfo, cómo está?
Rodolfo dice: bien.
En lo que va de mañana Alvarito ha hecho llorar a tres niños. A uno le quitó una lámina de un león, parte de una actividad de lenguaje.
-¡Alvarito! A los amigos se les quiere, se les hace cariño. Devuélveselo.
Alvarito no quiere. Se va al otro lado de la sala.
La directora del jardín trata de consolar al otro niño.
-Mira, si Alvarito está arrepentido. Está pensando en lo que hizo mal.
Alvarito no parece arrepentido. Retoma el teléfono y después recoge un juguete y se lo tira por la cabeza a otro compañero, comienza a romper el decorado de la sala y trata de botar un diario mural con fotos de las familias del curso.
A otro niño derechamente le pega: no rasguños o empujones, dos puñetazos directamente en la cara. Sabe pelear como en la calle: azota con rapidez y se retira. En los días malos va más allá: amenaza con matar a los compañeros, se envuelve el brazo en un polerón y simula una pelea cuerpo a cuerpo a cuchillazos. "Como en la Peni", dice.
Alvarito tiene tres años y dos meses.
Y las tías cantan:
-¿Cómo está el Alvarito, cómo está?
María Cofré tuvo que sentarse en una silla a ver un video de varios minutos que contaba la historia de un marciano que le hacía la vida imposible al resto de los habitantes del planeta, rompiendo la armonía de un lugar que parecía funcionar bastante bien. Al final, nadie quiere acercarse a ese marciano y, entre todos, deciden enviarlo en un cohete a la Tierra.
La animación es exclusivamente para la capacitación de las educadoras del jardín Teresa de Calcula de La Pintana, pero la directora, Rosa Maldonado, se estaba quedando sin ideas. El hijo de María, Pedro, había llegado ahí desde la sala cuna Los Navíos el 2011 con una fama a nivel comunal como la guagua más problemática del sistema. Con menos de dos años decía garabatos, lanzaba objetos e insultaba sobre todo a las cuidadoras mujeres, que le decían "el señor de la querencia". Tenía excentricidades mayores; no soportaba que nadie le pasara la mamadera en la mano; si alguien lo hacía, en protesta, la lanzaba de vuelta a quien estuviera en frente. La única forma de que la tomase era que se la dejaran sobre la mesa.
Ya en el jardín, con más independencia, su comportamiento fue aún peor, siempre enfocado en su maltrato hacia las mujeres: golpeaba a sus propias compañeras e insultaba a las funcionarias, de la directora para abajo. Como en cada caso, el jardín comenzó a poner atención en el entorno del niño. Pedro Loncomil, su padre, de origen mapuche, tiene un puesto de venta afuera del metro Los Quillayes y el fin de semana vende en el persa del sector. Viven a pocas cuadras del jardín, en un pasaje con presencia de tráfico y delincuencia, pero nadie de su círculo familiar inmediato aparecía asociado a eso. Sí detectaron, a través de terceros, la presencia de violencia familiar entre sus dos padres.
"Si no hacíamos algo, iba a terminar repitiendo para siempre esas conductas" dice la directora. "Peleamos contra todo un entorno acá, contra una forma de ver el mundo. El otro día, unas tías estaban almorzando y comentando que habían allanado la casa de un apoderado. Y, casi como gracia, decían que habían alcanzado a pasar toda la droga al vecino por un tubo. Yo me quedé pensando y me pregunté: ¿es una gracia eso? ¿es algo realmente pare reírse? Por todo lo que pasa acá, uno pierde la capacidad de asombro y eso está mal. Respetamos a todos los apoderados, trabajen en lo que trabajen, pero nosotros tenemos que pensar distinto".
En el jardín decidieron hacer a los Loncomil parte de la situación de su hijo: cada vez que él perdía el control, su mamá tenía que ir al jardín. Ella no sabía cómo tratarlo. Una educadora recuerda que para intentar tranquilizarlo, una vez le mostró un encendedor, a modo de amenaza.
"Yo sabía que se portaba mal", dice su mamá. "Pero me sentí muy discriminada, como que le cargaran todo a él. Me dolía harto que las otras mamás les dijeran a sus hijos que no se juntaran con él, porque era un niñito de tres años. Eran como puñaladas para mí. Les decía a las tías que le pegaran palmetazos no más, pero ellas no querían. Me sentía como enjuiciada, atacada, pensé en sacarlo del jardín".
En junio del año pasado la citaron de nuevo, para hablar de los constantes reclamos de otras apoderadas por las agresiones de Pedro a sus hijas. Una de ellas vio a María en el lobby del jardín y comenzó a increparla duramente, moviendo los brazos. Las dos terminaron a los golpes en el suelo, en pleno establecimiento. Sus hijos, todo el curso, las miraban aterrados. Pedro, hasta hoy, cree que le pegaron a su mamá por su culpa.
Fue el colmo. Después vino el video. Y María lo entendió: su hijo era el marciano y había gente que quería mandarlo a la Tierra.
"Entendí que Pedrito no era un bulto que uno entrega acá para que se lo cuiden, para que le den comida, como creen muchas de las mamás acá. Solucionamos unos problemas que teníamos con mi marido; él trabajó en unos vicios que tenía, que nos hacían mal. Así que si me llamaban al jardín, venía. Y decía: bueno, mañana tendrá que portarse un poco mejor. Porque si no le ponemos un límite ahora, en pocos años íbamos a tener un delincuente en la casa".
Su padre, que antes no aparecía en el jardín, tuvo un rol fundamental. "Todo lo que hacíamos con mi mujer en la casa, las peleas bastante fuertes que teníamos... él se daba cuenta de todo, se le metían en la cabeza. No nos sobra la plata, pero he dejado de trabajar tanto, para poder dedicarme a él".
A la directora, en una mesa frente a los dos padres, se le humedecen los ojos. "Nos pone orgullosos, porque era un caso que en un momento creíamos que no tenía vuelta. Y al mismo tiempo nos angustia lo que viene ahora: irá a un colegio municipal del sector y yo sé cómo es la cosa ahí; van niñitos de ocho años con fierros a clases para defenderse. Y nadie se dará el tiempo que nosotros nos dimos con él, allá es todo anónimo, es una maquinaria: si no se portan bien, los botan. Un alumno nuestro del año pasado, también conflictivo, fue expulsado estando en primero básico. ¡Primero básico!".
Pedro merodea afuera. Nadie aún quiere dar por seguro su cambio, pero las agresiones son ya esporádicas y los garabatos muchos menos. Hace unas semanas, él solo, sin que lo llamaran, apareció en la oficina de la directora. Esta vez no hubo amenazas ni ofensas. Comenzó a contar que estaba pasando un funeral narco por afuera del jardín y que el "Maicol" salió corriendo y que cuando salió corriendo chocó con otros niños que también salían corriendo, que se cayeron, y que era mejor que ella fuera a ver afuera porque había varios llorando.
La directora lo escuchó, sonrió y pensó:
-Ya lo tengo.
-¿Cómo está el Alvarito, cómo está?
Alvarito pega un salto y grita: ¡muy bien!
Su papá está preso. Tiene ocho condenas en su contra y una investigación en vigencia. Su mamá es una consumidora de pasta base. También ha sido detenida. Ingresó a la red de Jardines Integra a principios del año pasado, en el Mariano Puga, de la Legua Emergencia.
En su hoja de ingreso se detalla: La realidad familiar hace necesario que duerma una siesta a las tres de la tarde. Por la línea de negocios, su familia duerme de día y trabaja de noche. Formalmente, la apoderada es su abuela, a la que tampoco se le puede ubicar por teléfono antes de las seis de la tarde. Su pareja también tiene condenas.
En la misma ficha de ingreso se lee: Niño con problemas afectivos. Hay que hacerle cariño en la cabeza, que se sienta acompañado. Por casi un año, Alvarito no se dejaba tocar. Y cuando las educadoras lo confrontaban, las tapaba a garabatos, amenazaba con "tirar balazos". En situaciones de estrés, cuando se sentía acorralado, gritaba: ¿Querís que me raje la guata? Hizo cambiar varias reglas de jardín, como prohibir los cubos de madera de juego, porque los usaba para agredir a sus compañeros.
El Mariano Puga ha alcanzado cierta notoriedad por lo riesgoso del barrio y por las balaceras entre bandas rivales. Casi el noventa por ciento de los apoderados están ligados a la actividad, como vendedores o consumidores, según dicen funcionarios. En abril, por ejemplo, varios días se suspendió la extensión de jornada: los mismos vecinos avisan a qué hora comenzarán los enfrentamientos, para que las tías tomen recaudos con los hijos. Hay varios protocolos a seguir, buscar lugares seguros, debajo de mesas, detrás de paredes, dónde escapar de las balas. Pero cuando comienzan los disparos, Alvarito no se esconde; corre al patio, simula tener pistolas en las manos y las apunta hacia el cielo.
El fenómeno es nuevo en Chile. Por el aumento en la cobertura en educación preescolar, de 30 por ciento en 2003 a un 47 por ciento el año pasado, comenzaron a llegar a los jardines niños que antes simplemente no asistían: el crecimiento se concentró en el quintil más pobre. Sergio Domínguez, director ejecutivo de la Fundación Integra, que administra más de mil jardines gratuitos en todo Chile y que acogió el caso de Alvarito, cree que la cobertura no es lo más relevante para explicar estos casos. "El entorno ha empeorado notoriamente: la consolidación de conos periféricos masivos, con presencia de narcotráfico visible, violencia, familias ausentes, ese es el enemigo que tenemos. Es otro tipo de pobreza. La cobertura sola no explica ni soluciona nada; son solo edificios. Nosotros tratamos de romper con el concepto que somos una guardería, y en las zonas más conflictivas hemos puesto igual énfasis en trabajar con la familia del niño. Si no hay eso, es muy difícil tener resultados. El anuncio de kínder obligatorio del Gobierno es muy valioso, un gran paso, pero en este tipo de casos, la intervención tiene que ser antes. Kínder es muy tarde".
Las trabajadoras de los jardines como el Mariano Puga se han tenido que adaptar a la nueva realidad, actuar como una primera línea de integración a reglas sociales. Desde normas de conducta a temas estéticos: cada marzo llegan niños de dos años con cadenas de oro, aros gigantes, manicures hechas, pelos teñidos y hasta tatuajes.
El trato con los apoderados es lejos el punto más problemático y sensible. Sin la intervención parental es muy difícil lograr avances. Ubicarlos ya es complicado: cambian teléfonos cada mes. Muchas veces tienen que ir a la casas, sectores a los que ni la policía ingresa, para saber por qué está faltando un niño. Ninguna circula por ahí sin uniforme: es su especie escudo.
Cuando logran involucrarlos, a veces puede haber problemas. Para la celebración del 18 de septiembre del año pasado la dirección del jardín organizó un acto, con la presencia de las familias, para fomentar su participación en la educación de los niños. Uno de las actividades incluía, como juego, atrapar a un conejo. En medio de la actividad, Alvarito empujó a Lucas, lo que generó una discusión entre ambas bandas, que terminó en una pelea enorme, con agresiones, amenazas de muerte y el jardín desalojado.
Para la ceremonia de egreso, en diciembre, se decidió no hacer competencias. Y sentar a ambas familias en lados separados del patio.
El 23 de abril de este año nadie podía ir a buscar a Byron a su jardín, en una población de Colina. El día anterior, a su hermano de once años lo descubrieron en su colegio con papelillos de pasta base en la mochila. Las autoridades hicieron la denuncia a la PDI y horas después estaban allanando la casa, deteniendo a los padres y a un hermano mayor de edad, en medio de una lluvia de piedras y palos contra los policías.
A pocas cuadras de ahí, en el jardín, Byron no tenía idea del alboroto en el barrio. En noviembre de 2011, cuando se matriculó, a su mamá le preguntaron quién lo cuidaba cuando ella se iba a trabajar. Respondió, por escrito: nadie. Las mismas parvularias que viven en el sector lo sabían: Byron, con dos años de edad, pasaba solo todo el día en la calle. Hoy, con cuatro cumplidos, se queda afuera hasta las doce de la noche.
El entorno de Byron repercutía directamente en la sala: era violento, agresivo y cuando quería llamar a sus compañeros les gritaba: oye hermanito, oye chorongo.
El ambiente no ayudaba; al otro lado de uno de los muros exteriores del jardín se juntaban menores de edad a fumar pasta base. Un compañero de Byron, muy conocido en el jardín, tuvo que dejar el establecimiento de un día para otro, por una mudanza familiar. Cuando una tía le preguntó por qué se cambiaban, él le dijo: es que mi papá se echó a un loco.
La conducta de Byron empeoró a fines del año pasado, coincidentemente con la salida de su hermano de la cárcel, preso por una condena previa por el robo de un camión de valores. Primero fueron garabatos nuevos, después conductas altamente sexualizadas para su edad, que escapaban por mucho a lo esperable en el período de autodescubrimiento: tomaba a sus compañeras por la espalda, las arrojaba al suelo y las embestía, simulando el coito.
"Supimos que el hermano comenzó a llevar muchas pololas a la casa. Y es una casa chica, viven muy hacinados. Tratamos de explicarle, pero un entorno así es muy marcador, tratamos de monitorear", dice la directora.
Una de las formas de mantenerse informados es, cada lunes, preguntarles qué hicieron el fin se semana.
-Fui al circo-, responde este lunes Byron.
-¿Te gustó?
-Me dieron pena los dinosaurios.
-¿Con quién fuiste?
-Con mi mamá y mi papá.
-¿Y tu hermano?
-Él no po.
Tras el allanamiento, el hermano mayor fue procesado por narcotráfico y volvió a la cárcel. Sus dos padres quedaron libres.
-¿Qué más hicieron? - vuelve a preguntar la tía.
-Yo encontré un cuchillo - responde una niña.
-Pero Fernandita, no hay que tomar los cuchillos. Los cuchillos no son para los niños.
-No, son para los papás-, grita Byron.
La tía, entonces, comienza a contar algo que vio el fin de semana a pocas cuadras del jardín. Dos jóvenes, enojados porque un perro les ladraba, sacaron una pistola para ahuyentarlo. Es una parte importante del trabajo en esos sectores: tratar de que pasen la menor parte del tiempo posible en la calle y más en sus casas.
Terminada la actividad, Byron va a hablar con la tía. Le cuenta que apareció una guagua nueva en la casa la semana pasada y que al parecer es de su hermano, que la tuvo antes de irse preso.
-Entonces eres tío.
Byron levanta los hombros y empieza a contar que a su hermano, los "pacos" lo tiraron al suelo y le pegaron palos y que él lo único que quiere es tener palos para pegarles de vuelta. La tía le explica que se dice carabineros y que ellos no son malos, que están para ayudar.
-Uno intenta que le queden algunas cosas. Él ha mejorado harto, casi no dice garabatos, está mucho más obediente. La verdad es que le sirvió mucho que su hermano cayera preso de nuevo. Ha sido un trabajo bien duro, pero vamos avanzando.
La sala está llena. El jardín se está ampliando, así que se tuvieron que fusionar temporalmente dos niveles. Por lo mismo, los programas de actividades están también alterados. Hoy, por ejemplo, los dejan jugar libremente. Un grupo arma un zoológico de juguetes, otro simula un casino en una cocina de madera. Byron comienza a apilar las pequeñas sillas de madera en una fila, conformando una especie de muro. Toma a sus compañeros y los pone detrás. Se sienta con ellos, les toma la mano y, por primera vez en toda la mañana, hay un minuto de calma: se quedan en silencio un momento.Una niña que está a su lado habla. Byron la interrumpe:
-Shhhh. Que vienen los pacos.
Pasado el mediodía, cuando el sol comienza a calentar en San Joaquín, el curso de Alvarito sale al patio a jugar. Él corre como desaforado de un lado al otro; pasa a llevar a dos niñas. Una se pone a llorar.
Cuando alguien le pregunta por qué lo hizo, Alvarito frunce el ceño: el tajo se nota más que nunca. Endurece la mirada y dice:
- Qué mirai voh sapo c... .
Está en este nuevo jardín desde marzo. Su año se resume perfectamente en el cuaderno de novedades que llevan las funcionarias. Una de ellas respira profundo, lo toma y enumera:
11 de marzo. Llega con una quemadura de plancha.
16 de marzo. Sinceramente me siento sobrepasada por el comportamiento de algunos niños. Las agresiones de Álvaro ya sobrepasan cualquier límite.
3 de abril: Alvarito utiliza groserías. Alvarito se autoestimula. Alvarito se escapa de la sala.
5 de abril. Alvarito se autoestimula; se baja los pantalones en medio de la sala y juega con su pene.
12 de abril. En la hora de la experiencia central, el niño empieza a quitarle materiales a sus compañeros y los patea en la espalda.
15 de abril. Alvarito se escapa y golpea a varios de sus amigos al regresar.
16 de abril. Alvarito pasa a llevar a un compañero y en la caída pega en el labio inferior. Muestra su pene a otros compañeros.
22 de abril. Alvarito le pega a la tía Rosanna y la escupe. Agredió a varios compañeros, pateándolos, diciéndoles groserías y escupiéndolos.
29 de abril. Alvarito llega con tres rasguños profundos en la cara.
3 de mayo. Alvarito se refiere a un compañero utilizando groserías muy fuertes para su edad. Todos lo imitan.
7 de mayo. Alvarito ingresa a la sala molestando y apedreando a los compañeros, escupiendo sin provocación.
17 de mayo. Le dice a una compañera: bájate los pantalones y le muestra la "p...". Después se arranca: la tía Astrid lo sigue y conversa con él. La escupe en la cara.
2 de junio. Está muy alterado todo el día. Dice groserías y le pega a sus pares. Nos insulta a las tías.
11 de junio. Abro la mochila de Alvarito y hay deposiciones en su ropa de cambio.
La educadora se detiene y dice:
-¿Dónde está esa anotación? Estaba por acá.
Recorre páginas y páginas del cuaderno.
-Por acá estaba. Esa sí que es rara.
La hermana menor de Alvarito ya entró al jardín; tiene desnutrición y un posible problema de aprendizaje a causa de consumo de pasta base durante el embarazo. Su hermano mayor dejó el colegio.
-Acá está. Un verdadero milagro. Para esto trabajamos.
24 de mayo. Alvarito llega de buen ánimo. Se ve feliz.
"Porque si no le ponemos un límite ahora, en pocos años íbamos a tener un delincuente en la casa"
"Nos angustia lo que viene ahora: irá a un colegio municipal del sector y yo sé cómo esa la cosa ahí; van niñitos de ocho años con fierros a clases para defenderse. Y nadie se dará el tiempo que nosotros nos dimos con él, allá es todo anónimo, es una maquinaria: si no se portan bien, los botan".
Rodrigo Fluxá N. fotografía Carla Dannemann. |
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