Semana negra

Carlos Larraín: "...una sola cosa es clara: si el electorado moderado quiere tener una representación adecuada, debe activarse. No es posible que el socialismo pueda hincharse como el sapo de la fábula y proponerse como la única porción sana de la sociedad chilena...".

Una semana de ocurrencias parlamentarias desdorosas: elección de una mesa en que la persona cuestionada no declinó, debiendo hacerlo; el grupo "independiente" que, conociendo sus restricciones, propuso a esa persona para obtener lo que entonces buscaba (integrar la mesa de diputados) y luego la retira cuando busca otro propósito: alinearse con la Concertación para conseguir aún otra cosa. Finalmente, aprobar un libelo acusatorio bajo amenaza para algunos de perder sus cupos. Todo feo y malo para el sistema.

Me valgo de la amarga resaca que deja una semana triste para llevar agua a mi molino: la búsqueda de apoyos, los que sean, es consecuencia de que la Alianza no tiene mayoría en el Congreso, la que sí tuvo el Gobierno anterior. No tenemos la mayoría necesaria para gobernar de manera eficaz sin hacer concesiones al cálculo de la izquierda, simplemente porque los principales interesados en consolidar los cambios económicos e impulsar siquiera en algo las correcciones sociales y culturales no hicieron lo necesario para ganar las elecciones parlamentarias hace cuatro años.

Esta debilidad permitió la guerrilla sostenida por la izquierda con tono reivindicativo y triunfalista, agravada por las concomitantes de las protestas de hecho que solo el Partido Comunista logra montar. Cito la frase premonitoria de un dirigente de ese grupo: "La Concertación puede elegir un Presidente, pero la gobernabilidad depende de nosotros". Admitamos que al menos no esconden sus intenciones.

Renovación Nacional batalla por la libertad de comercio, pero también por la libertad en la enseñanza. Por defender la Constitución y los equilibrios que eso requiere. Por un desarrollo que saque a los rezagados adelante. Por la intangibilidad de la vida desde la concepción. Por la preservación del sistema de seguridad social y del sistema tributario que son, ambos, determinantes para acumular ahorro, sostener la inversión (US$ 73 mil millones en 2012) y su consecuencia, el empleo. Los empeños son muchos y rara vez se reconocen.

Es una lástima que los principales interesados en proteger lo conseguido por el país y expandir lo bueno sigan haciéndose los tontos. Especialmente extraño es que los sectores profesionales sigan expandiéndose sin darle un rato, ni tampoco un peso, al duro esfuerzo que supone mantener el esquema de libertad con responsabilidad por los más pobres en lo cultural y económico que nos caracteriza.

Quince millones de pasajeros usaron los aeropuertos en 2012; la banca obtuvo utilidades por más de tres mil millones de dólares. Tres millones de personas hacen declaración de renta para sus impuestos. ¿Razones para incomodarse un poco? La simple aritmética demuestra que, gracias a la abstención, la izquierda obtendría, si votáramos el próximo domingo, 10 doblajes, es decir, 70 diputados. Esto antes del retorno dosificado de Michelle Bachelet que ya causó un alza de 10 puntos en la identificación con la Concertación y pide una "amplia mayoría" para hacer saltar todas las protecciones constitucionales.

Nada es inevitable si se reacciona a tiempo y con ánimo generoso como el que demuestran nuestros precandidatos presidenciales y los grupos que trabajosamente animamos a los partidos de centro-derecha. Pero somos pocos, hasta ahora, y no tenemos los holgados medios que otros tienen para proyectos individuales y muy modestos.

Una sola cosa es clara: si el electorado moderado quiere tener una representación adecuada, debe activarse. No es posible que el socialismo pueda hincharse como el sapo de la fábula y proponerse como la única porción sana de la sociedad chilena.

Ellos dicen tener superioridad cultural (saben para dónde va la historia, hasta que topan con el Muro de Berlín) y superioridad moral (no tienen conflictos de interés, hasta que se hacen cargo del aparato público y lo hacen turumba). Estos follones pueden ser desinflados, pero necesitamos ayuda.

Carlos LarraínPeña

Presidente
Renovación Nacional