Vecinos de El Monte lo hacen utilizando cajones en altura, que permiten un mejor uso del espacio y son muy fáciles de construir.
por Margherita Cordano
Diario El Mercurio, jueves 30 de agosto de 2012
En casa de Patricia Urtibia (42), todo lleva perejil: las cazuelas, la ensalada de cebolla, el arroz... y los completos. "Los hago para mi familia, pero también los vendo los fines de semana. Mis clientes ya están acostumbrados a que los prepare así", cuenta.
Desde principios de año -cuando su hijo construyó el primer cajón que más tarde llenarían de tierra y semillas-, Patricia se hizo conocida en El Monte como "la tía" del perejil. Tiene tanto, que la mampara de latón que separa su patio de la calle, alguna vez gris, hoy se encuentra rodeada de matas verdes que camuflan las improvisadas paredes.
Cada uno de sus cultivos, que incluyen acelgas, lechugas, cilantro y apio, se encuentran en cajones altos (tres en total, uno en forma de escalera) que junto a una mesa, algunas sillas y las muñecas de su hija, adornan el patio de la casa.
Patricia es temporera y madre de tres hijos de 20, 10 y 5 años. Junto a otras familias de la comuna de El Monte, a 50 kilómetros de Santiago, los Urtibia son parte de la primera etapa de un proyecto que busca enseñar a personas de escasos recursos sobre agricultura biointensiva, técnica para crear huertos en espacios reducidos.
Mayor libertad
La iniciativa es financiada por el Fondo de Cooperación Chile - México que administra la Agencia de Cooperación Internacional de Chile (AGCI). En ella colaboran el programa Autoconsumo del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis) de Chile, la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), el Centro de Innovación en Agricultura Sostenible a Pequeña Escala (Ciaspe) y la Universidad de Querétaro en México.
"La palabra que mejor describe a la agricultura biointensiva es la libertad. El poder estar ajeno a los vaivenes del mercado y no depender de si hay algo en el supermercado. Salir al patio y que sean tu nariz o tus ojos los que te guíen", explica Gabriela Lucas, ingeniero agrónomo y Directora General de Ciaspe. Ella encabezó la delegación mexicana que esta semana estuvo en el país para entregar su experiencia y conocer en terreno a las familias chilenas que participan en el proyecto. Anteriormente, por 10 días, ocho representantes de Chile viajaron hasta Querétaro y fueron capacitados en el método del cultivo intensivo.
"¿Sabes?", le dice Gabriela a Patricia mientras ambas pasan la mano por la tierra en los cajones, "te paso el dato: el perejil limpia los riñones. En México se hacen licuados con piña, ¡una bomba antioxidante!".
Cultivar "sabiamente" significa saber que con poco se puede hacer mucho. Para los cajones por ejemplo, sólo se necesitan semillas, tablas de madera, clavos y tierra. El abono puede conseguirse mezclando guano animal con un poco de agua. Cuando el espacio es poco, lo ideal es construir cajones en altura y dejarlos bien pegados a los muros, cosa de no entorpecer el paso y hacerlos parte de la decoración de la casa. La altura, además, evita que los niños pisen los brotes y que haya necesidad de agacharse cuando se trata de personas mayores.
Pan por verduras
"Es conveniente saber también, que cuando se siembra algo de raíz, lo siguiente debe ser un cultivo de hoja", le aconseja Gabriela Lucas a Raúl Carrasco (61), quien la escucha, pala en mano, mientras ella revisa sus plantaciones de cebolla, ajo, rábano y lechuga, entre otros.
Desde que comenzó con su huerto a principios de año, Raúl y su familia dicen ahorrar hasta $20 mil al mes en compras. Sus hábitos, además, han cambiado. Si en un principio Raúl comía hasta siete panes al día, hoy lo redujo a dos. "El resto son verduras", dice entre risas.
Las diez personas con las que vive, entre hijos y nietos, colaboran en mantener la huerta sin maleza.
"Alejandro, de 3 años, es el encargado de que crezcan sanas", explica Ximena Carrasco. En efecto, mientras la delegación lo observa, el niño toma la manguera y se acerca a regar las plantas.
Hábitos
Más allá de un ahorro significativo, el programa agrícola busca impulsar hábitos alimenticios más sanos dentro de la población. "Se trata de soluciones sencillas, pero muy innovadoras que incentivan una dieta nutricional más equilibrada y balanceada en las personas más vulnerables", explica Claudio Storm, director ejecutivo de Fosis. La delegación mexicana aprovechó su viaje a Chile para conocer más del programa "Elige vivir sano".
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