«Yo junto estas palabras
para cuatro personas
Algunos más pueden oírlas
Oh Mundo lo siento por ti
Tú no conoces a estas cuatro personas».
Ezra Pound
Bueno, cuando joven
yo también quise ser genio.
Afortunadamente intervino la risa.
¿Quién soy?
Nada todavía, nada todavía...
En el oficio
la demora es parte del método.
El camino es la meta.
La filosofía siempre llega tarde.
La poesía no llega nunca.
Además, la memoria es fabuladora
(es impresionante las cosas que recuerdo
que nunca ocurrieron; al final las cosas
no son como fueron sino como uno las recuerda...)
En fin, el poeta intenta sólo rozar el cielo con su cabeza
mientras que el filósofo desea meter el cielo en su cabeza,
hasta que ésta estalla...
No tengo ideas
muy claras sobre la poesía,
pero algo he encontrado,
aunque no sé todavía qué:
Los poetas, son, en general,
tipos con problemas de expresión;
que cojean, o tropiezan con la lengua.
En ello reside la gracia de lo que hacen;
por ello el mundo, muchas veces
los deja atrás hablando solos.
La poesía es el único ámbito
en que la persona
(en este caso el o la poeta)
no se ve forzado(a) a (tratar de)
ignorar la opacidad de las palabras;
el ámbito en el que le es posible aceptar
la incapacidad de decir lo que quiere decir
sin callarse.
El poema es ese lugar
en que las cosas se encuentran
en su condición de misterio
o son puestas en duda,
lo que implica una cierta disposición
de la mirada hacia una constatación
del desorden en que vivimos
o en un intento siempre fallido de ordenarlo:
hacer presente la ausencia de una explicación,
hacer valer la redundancia de un esfuerzo inútil.
Las más de las veces lo(a)s poetas
no tienen precisamente aquello
que se conoce como 'facilidad de palabra',
tal vez por eso, insisten en escribir.
¿Y si escribir, en el libro, resulta
hacerse legible para todos
e indescifrable para sí mismo?
Hay poetas malditos que se entretienen,
lanzando pájaros a las piedras
(no se requiere ser poeta
para lanzarle piedras a los pájaros)
y muchos se pasan la vida
jugando continuamente con las palabras,
quemándose algo más que los dedos
con aquel material inflamable que es la tinta
y mandando al diablo al infierno.
Como todos los soñadores
confunden el desencanto con la realidad,
aunque a veces la realidad
tiene que ser peor que la pesadilla
para hacerlos despertar...
Cuando se establece la regla,
inmediatamente el verdadero poema
se sale de los márgenes (o habla entre líneas);
cada poema pareciera ser su propia poética.
La poesía es un desafío a la razón;
el único desafío que la razón puede aceptar.
Obedece a un esfuerzo de inteligencia,
a un control vigoroso de la sensibilidad
y su expresión extrae al ser
del sueño en que se agita.
A la poesía y la música las une la vocación
de darle un pulso y una geometría sonora al tiempo.
Poesía es aritmética que danza a la intemperie
y se pasea por las fronteras de la imaginación
conjugando lucidez y delirio.
Poesía es el instrumento verbal de los sueños
que articula las inflexiones del vacío
y tiene en el amor su cuarto de máquinas.
Poesía es esa alquimia irresponsable
en el uso del lenguaje, un resplandor
que pone de manifiesto la bruma;
un presente en llamas que otorga
al tiempo vigencia continua.
Poesía es darle un nuevo cuerpo a la lengua,
una creación del idioma que equilibra
la propia conciencia de las palabras
con su misteriosa autonomía.
Poesía es la vacilación de nuestra conciencia,
que ilumina nuestras incertidumbres
con su reveladora ambigüedad.
Poesía es la celebración de un acto fallido
y la respuesta a las preguntas que no nos hacemos,
el ideario de un territorio en hospitalarias estrofas.
La poesía sabe que la belleza no pasa por lo lindo,
su misterio evanescente no es manipulable,
se renueva constantemente y, como la felicidad,
está al acecho para cautivarnos en cualquier momento.
Poesía es eso y más, y a la vez, ninguna de las anteriores.
Poesía es lo que surgirá cuando lo olvidemos todo.
No hay solución sino límites,
no hay definición sino posibilidades,
no hay profundidad sino mundos paralelos.
La poesía se escribe para ese que todavía no habla
y para aquellos que no escuchan la voz del fin del mundo.
Los espíritus sensibles brotan como hongos
conmovidos por el testimonio de los tiempos oscuros...
La poesía sirve para nada
aunque le extraiga
el máximo sentido a las palabras...
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Es tal el enredo de citas
con que fue construido lo anterior
(muchas de las cuales es necesario
rastrear a sus autores...información que he extraviado
o, en algunos casos, nunca supe quiénes eran):
Sé que está Jean Paul Sartre, Joseph Conrad, Andrei Tarkovski, Freeman Dyson,
Vicente Huidobro, Rosamel del Valle, Nicanor Parra, Óscar Hahn, Roberto Matta,
Maurice Blanchot, Carlos Germán Belli, Mario Vargas Llosa, Enrique Rojas,
Adolfo Couve, Isabel Galleguillos, Edgardo Anzieta, Sergio Parra,Rafael Rosende,Adán Méndez, Andrés Andwanter, Santiago Barcaza, Yanko González,
Matías Ayala, Alejandro Zambra...y el citado al comienzo...Ezra Pound.
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