Nadie cuestiona el centro del modelo, es sobre su contorno que debe darse la discusión...‏

Beltrán Mena
Sólo detalles
Diario El Mercurio, Artes & Letras,
Domingo 21 de mayo de 2006


El modelo de mercado
simplifica la realidad,
así son los modelos.

¿Y qué se pierde al simplificar?

La primera víctima
es el detalle, la excentricidad,
precisamente lo que más amamos.

Porque de eso nos enamoramos:
de un diente levemente chueco,
de una nariz algo grande.

La respuesta del economista
es que el detalle
es territorio de cada uno.

Pero sabemos que ese territorio
se minimiza en un sistema como este.

Hace poco hice un viaje al futuro,
visité a un amigo en su condominio de Miami.

Las casas y sus jardines eran todas idénticas,
sólo un detalle las distinguía: el buzón.

Este era el espacio del individuo.

Buzones halloween, buzones Snoopy...
un catálogo de compras
dedicaba 4 páginas a los buzones.

¿Cómo encontrar un espacio personal
en un sistema que busca la optimización,
si sabemos que la optimización
requiere la estandarización?

Para encontrar un espacio
en las orillas del modelo,
necesitamos que el modelo tenga límites,
debemos conocer su contorno, su figura.

Y al parecer,
estamos comenzando
a vislumbrar esta silueta.

En varias conferencias recientes
de expertos liberales, me enteré
de que el mercado no consiguió regular
el sistema de transporte público,
ni el crecimiento de la ciudad.

También supe que a los economistas
no les gusta mucho la idea
de forzar a los ciudadanos
a ahorrar para la vejez,
pero reconocen que de otro modo
ese ahorro no existiría.

Estas observaciones me tranquilizaron,
porque así como en las películas,
sólo tememos al monstruo
mientras no lo vemos,
así un sistema con límites
se vuelve un ser
con el que se puede conversar.

Nadie cuestiona el centro del modelo,
es sobre su contorno que debe darse la discusión.