Diario El Mercurio, Domingo 23 de marzo de 2014
La mano que mece la cuna
"Guido quiere ser el próximo candidato presidencial de la Nueva Mayoría. Eso es demasiado obvio. Y lo hará con o contra Bachelet. Es que simplemente han dejado que sea él quien se haga cargo de la mecedora..."
Mucha gente piensa que “La mano que mece la cuna” es un filme norteamericano de 1992, un thriller sicológico que marcó época.
Y no se equivocan. Pero les falta contexto. Más importante que la película es el poema.
Se titula así: “La mano que mece la cuna es la mano que gobierna el mundo” y fue escrito por William Ross Wallace en 1865. Era como un homenaje a las mujeres, especialmente a las madres que, según el texto, tienen el poder de cambiar el mundo, porque ellas son las que educan a los líderes del futuro.
La película de 1992 está inspirada en el poema. Se trata de una mujer que contrata a una niñera a quien le entrega el poder de criar a sus hijos. Termina casi expropiándoles a su marido y a sus niños. Todo por no escuchar a una vecina que le advirtió: no metas a una mujer atractiva a tu hogar, porque “la mano que mece la cuna es la que gobierna el mundo”.
No pude dejar de pensar en todo esto cuando vi esta semana cómo Guido Girardi se metía en el living, la cocina y el dormitorio del gobierno de Bachelet.
Todos hemos sido testigos del lamentable incidente de los gobernadores mal nombrados que tuvieron que ser exonerados. Observamos con angustia y lástima cómo el ministro del Interior estiraba y estiraba el chicle como intentando que el paso del tiempo lograra reparar el estropicio de haber escogido erróneamente a las nuevas autoridades. Y cuando, finalmente, se decidió a cortar por lo sano no pudo anunciarle él al país —o su vocero— la determinación: Guido se adelantó y lo comunicó en TVN.
Pero antes Guido había solidarizado y defendido en privado a uno o dos de los gobernadores cuestionados. Es decir, para el interior de las huestes de la Nueva Mayoría actuó como el líder “paleteado” que se la juega por “el personal” a todo evento. Y, luego, ante la opinión pública se trató de llevar los aplausos dando a conocer la noticia de que se había reparado el daño causado a la fe pública al nominar a personas que no merecían un cargo público. Ojo con eso. Lo que yo veo es que Guido está intentando robarle a la Presidenta el cariño de unos y de otros.
Ella ha actuado con frialdad y distancia con los partidos. No los ha escuchado mucho y se ha rodeado solo de incondicionales. Y, para peor, cuando hay problemas culpa a las colectividades que integran la Nueva Mayoría. Así, le ha dejado el camino libre a Guido para que él se haga querer dentro de la coalición. Para que se pasee como un “lindorfo” y le termine robándole todo. Como a la sufrida dueña de casa de la película.
Guido quiere ser el próximo candidato presidencial de la Nueva Mayoría. Eso es demasiado obvio. Y lo hará con o contra Bachelet.
Es que simplemente han dejado que sea él quien se haga cargo de la mecedora. Él definirá si se cumplió o no “El Programa” según lo prometido. Él intentará ser quien le dé la señal a “la calle” para que proteste. Él tratará de quedarse con todo.
No les voy a contar cómo termina la película. Pero si no logran encontrarla para volver a verla avísenme. Al menos les puedo conseguir el poema.
Y no se equivocan. Pero les falta contexto. Más importante que la película es el poema.
Se titula así: “La mano que mece la cuna es la mano que gobierna el mundo” y fue escrito por William Ross Wallace en 1865. Era como un homenaje a las mujeres, especialmente a las madres que, según el texto, tienen el poder de cambiar el mundo, porque ellas son las que educan a los líderes del futuro.
La película de 1992 está inspirada en el poema. Se trata de una mujer que contrata a una niñera a quien le entrega el poder de criar a sus hijos. Termina casi expropiándoles a su marido y a sus niños. Todo por no escuchar a una vecina que le advirtió: no metas a una mujer atractiva a tu hogar, porque “la mano que mece la cuna es la que gobierna el mundo”.
No pude dejar de pensar en todo esto cuando vi esta semana cómo Guido Girardi se metía en el living, la cocina y el dormitorio del gobierno de Bachelet.
Todos hemos sido testigos del lamentable incidente de los gobernadores mal nombrados que tuvieron que ser exonerados. Observamos con angustia y lástima cómo el ministro del Interior estiraba y estiraba el chicle como intentando que el paso del tiempo lograra reparar el estropicio de haber escogido erróneamente a las nuevas autoridades. Y cuando, finalmente, se decidió a cortar por lo sano no pudo anunciarle él al país —o su vocero— la determinación: Guido se adelantó y lo comunicó en TVN.
Pero antes Guido había solidarizado y defendido en privado a uno o dos de los gobernadores cuestionados. Es decir, para el interior de las huestes de la Nueva Mayoría actuó como el líder “paleteado” que se la juega por “el personal” a todo evento. Y, luego, ante la opinión pública se trató de llevar los aplausos dando a conocer la noticia de que se había reparado el daño causado a la fe pública al nominar a personas que no merecían un cargo público. Ojo con eso. Lo que yo veo es que Guido está intentando robarle a la Presidenta el cariño de unos y de otros.
Ella ha actuado con frialdad y distancia con los partidos. No los ha escuchado mucho y se ha rodeado solo de incondicionales. Y, para peor, cuando hay problemas culpa a las colectividades que integran la Nueva Mayoría. Así, le ha dejado el camino libre a Guido para que él se haga querer dentro de la coalición. Para que se pasee como un “lindorfo” y le termine robándole todo. Como a la sufrida dueña de casa de la película.
Guido quiere ser el próximo candidato presidencial de la Nueva Mayoría. Eso es demasiado obvio. Y lo hará con o contra Bachelet.
Es que simplemente han dejado que sea él quien se haga cargo de la mecedora. Él definirá si se cumplió o no “El Programa” según lo prometido. Él intentará ser quien le dé la señal a “la calle” para que proteste. Él tratará de quedarse con todo.
No les voy a contar cómo termina la película. Pero si no logran encontrarla para volver a verla avísenme. Al menos les puedo conseguir el poema.
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