En una reciente columna de Francisco Mouat,
en que habla acerca de Ryszard Kapuscinski,
el legendario periodista, historiador,
escritor, ensayista y poeta polaco,
escribe que éste fue un escritor de textos sin apellido
y que siempre intentó hablar con su propia voz.
Una voz personal, amortiguada.
"No sé gritar", afirmaba.
Hablaba en voz baja, según cuenta Mouat
que lo escuchó durante un taller para
periodistas y escritores en Buenos Aires.
"No era particularmente histriónico,
pero se sentía en la sala el peso de su testimonio".
En la última etapa
de la vida de Kapuscinski
cuando empezaba a despedirse del mundo
entre sus últimos poemas,
escribió uno a la vena:
Al final
todos nos encontraremos
sin intercambiar palabras
sin intercambiar miradas
ni gestos
a pesar de que desde entonces
ya para siempre
estaremos juntos.
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