The Economist
Reproducido en el Diario El Mercurio, Economía y Negocios,
viernes 20 de mayo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/05/20/economia_y_negocios/the_economist/noticias/401AA2F0-A991-41AD-BA70-1AB57CBC7755.htm?id={401AA2F0-A991-41AD-BA70-1AB57CBC7755}
Lo que sea que haya hecho el ex jefe del Fondo Monetario
Internacional, no hay que pasar por alto sus ideas, que son más
importantes.
En la mañana del sábado, Dominique Strauss-Kahn, cabeza del Fondo
Monetario Internacional (FMI), estaba visualizando cinco años en el
Palacio del Elíseo como el próximo Presidente de Francia. Pero el
lunes estaba encerrado en una celda en Rikers Island en Nueva York y
monitoreado para evitar un suicidio, con cargos por abuso sexual,
secuestro ilegal e intento de violación.
Si es condenado por los cargos más serios, podría estar en prisión
tanto como cinco períodos presidenciales.
Tan profunda ha sido la caída de Strauss-Kahn (SK), y aparentemente
tan autodestructiva, que muchos franceses parecen pensar que es
víctima de un complot. SK, de hecho, ha alegado que no trató de abusar
sexualmente a una mucama de un hotel, y claramente serán los
tribunales los que deberán juzgarlo.
Y no será la primera vez que un hombre poderoso -cegado por el hábito
del abuso y la arrogancia del poder- tire todo a la basura y arruine a
personas desafortunadas que se han cruzado en su camino.
Ya sea o no que los fiscales de Nueva York tengan razón en creer que
Strauss-Kahn es culpable, su vida profesional ahora ha llegado a su
fin.
Alegando su inocencia, de hecho renunció al organismo internacional,
que ahora necesita un sucesor, y Francia tendrá que repensar la
campaña presidencial que tiene entre manos. Ambas decisiones afectarán
a millones de personas, y ambas pueden salir muy mal.
Habilidades Técnicas y políticas
Cualesquiera hayan sido sus caídas personales, SK fue un sobresaliente
líder del FMI. Antes de la crisis financiera, el fondo corría el
riesgo de la irrelevancia. Con él en el puesto, nuevamente jugó un rol
central en el manejo de la economía mundial. Combinó las habilidades
técnicas y agudos instintos políticos. Su cargo ahora está
temporalmente en manos del segundo hombre del FMI, el estadounidense
John Lipsky, pero sus miembros necesitan decidir rápidamente sobre un
reemplazo formal.
Los europeos, acosados por las dificultades en la zona euro, están
desesperados porque este cargo una vez más puede quedar en manos de
ellos. Recientemente, las economías emergentes han demandado una
sucesión más abierta. Están en lo correcto.
Mientras tanto, el arresto de SK ha descalificado al político que
estaba mejor posicionado para permitir al Partido Socialista ganar las
elecciones por primera vez desde la reelección de François Mitterrand
en 1988. SK era el candidato con las mayores posibilidades de traer al
paleolítico socialismo francés a la era moderna.
El peligro ahora, en la medida que las alternativas socialistas se
alinean, es que el partido retroceda en sus aspiraciones de
modernidad. A diferencia de los partidos de izquierda en Gran Bretaña
o en Alemania, los socialistas franceses aún deben digerir la amarga
realidad de que la riqueza necesita ser creada antes de ser
distribuida.
Su manifiesto incluye un petitorio para revertir la edad mínima del
retiro en Francia, que acaba de ser aumentada apenas de 60 a 62 años.
El mensaje socialista es decirles a los franceses que necesitan estar
"protegidos" y "blindados". Sin embargo, Francia no puede pretender
para siempre desafiar las leyes de la economía y protegerse a sí misma
con costosos beneficios que sólo amplían una enorme deuda pública para
las futuras generaciones.
La tragedia del país es que SK, que entendió eso, malinterpretó mucho más.
¿Por qué importan los asuntos sexuales?
De alguna manera SK llevó una vida de mujeriego. En el FMI mantuvo una
relación con una mujer más joven de su staff en 2008. Ha sido el único
de sus affairs que ha sido públicamente investigado y una indagación
de abogados externos concluyó que la relación fue consensuada. La
mujer en cuestión dijo que SK era "un hombre con un problema que lo
hace mal equipado para manejar una institución donde las mujeres
trabajan bajo sus órdenes". Esa advertencia ahora parece premonitoria.
Muchos de sus otros amoríos no publicados fueron en Francia, que
tienen sus propios cuestionamientos. Puede ser difícil para las
figuras públicas trazar una clara línea entre lo que está en el
interés público y lo que debería permanecer en el dormitorio. En
general, la determinación de los franceses de respetar esa diferencia
es admirable. Una relación consensuada entre adultos es usualmente
privada, excepto por una hipocresía obvia o por algún genuino interés
público (como la seguridad nacional).
Como contraste, un intento de violación, o violencia sexual, es crimen
público. Eso suena como una poderosa línea que debe ser trazada, en un
país civilizado, y en una prensa civilizada.
En la vida política de cada día, donde los affairs entre poderosas
figuras públicas y subordinados con menos poder son incómodamente
comunes, esa línea se cruza con frecuencia. Las acusaciones de
violencia sexual son difíciles de probar para las víctimas. Lo
inquietante es que el balance en Francia se inclina en desmedro del
conocimiento público, al punto que pocas víctimas de acoso por parte
de figuras públicas se atreven a hablar.
De manera que éste es uno de esos extraños casos donde un juicio por
un caso sexual puede cambiar las normas sociales de una manera
positiva: de hecho, puede que ya lo haya hecho. Pero nada de eso
debería restar el hecho de que Strauss-Kahn merece un juicio justo,
como también las ideas que él defendió, las cuales también podrían
cambiar a Francia.
Cualesquiera hayan sido sus caídas personales, SK fue un sobresaliente
líder del FMI. Antes de la crisis financiera, el fondo corría el
riesgo de la irrelevancia. Con él en el puesto, nuevamente jugó un rol
central en el manejo de la economía mundial.
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