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DOS PUNTOS DE VISTA ACERCA DEL TEMA FIRMADOS POR UN CONJUNTO VARIOPINTO DE PROFESORES

UNIVERSITARIOS
Carta 1
Diario El Mercurio, Domingo 05 de Junio de 2011http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/06/05/matrimonio-igualitario.asp
Matrimonio igualitario
 
Señor Director:
 
Una idea moral básica de nuestra sociedad es que la protección de la
autonomía individual faculta y restringe sin distinción alguna a los
ciudadanos. Establece y garantiza igual libertad para todos. Este
principio es el más importante y fundamental valor en juego en el
debate sobre el reconocimiento de derechos a personas de sexualidades
diversas.
 
El Estado posee la potestad de entregar licencia sobre las
instituciones que norman la vida íntima de los individuos, tales como
la reproducción, la sexualidad y la composición de la familia. Por
eso, un avance del estado de derecho ha sido la eliminación de las
barreras de reconocimiento para acceder al bien social básico de igual
libertad para todos. Primero desaparecieron las condicionantes de tipo
racial, luego la necesidad de pertenecer a un credo religioso,
posteriormente se reconoció la igualdad de los cónyuges y se
establecieron protecciones para que los hijos no fuesen simples
bienes. Hoy corresponde reconocer a las personas de sexualidades
diversas la dignidad que todo individuo sujeto de derechos en una
sociedad merece.
 
Es un paso mínimo para acabar con una situación de discriminación
inaceptable para la vida moderna y su búsqueda civilizadora.
 
Los firmantes poseemos distintas formaciones y actividades, tenemos
diversidad de posiciones políticas y provenimos de distintas
tradiciones, pero tenemos en común el creer que lo que está en juego
en esta oportunidad es la dignidad de nuestra propia sociedad y de
cada uno de sus miembros.
 
Por eso llamamos al gobierno, y muy especialmente al Presidente de la
República, a actuar con justicia. No es un tema para el cálculo
político, sino que un asunto de derechos humanos.
 
Una sociedad decente es la que no humilla a sus ciudadanos. La falta
de respeto a una identidad diversa, que niega el ejercicio de la
autonomía y los derechos básicos, es una forma de humillación
simplemente inaceptable.
 
Cristóbal Aninat, U. Diego Portales
Gabriela Azócar, U. de Chile
Carolina Banks, City University of New York
Mauro Basaure, U. Diego Portales
Antonio Bascuñán, U. Adolfo Ibáñez
Cristóbal Bellolio, U. Adolfo Ibáñez
Andrea Betancor, U. Adolfo Ibáñez
Claudio Bravo, U. de Chile
Gonzalo Bustamante, U. Adolfo Ibáñez
Daniel Chernilo, U. Loughborough
Mario Drago, U. Adolfo Ibáñez
Jorge Fábrega, U. Adolfo Ibáñez
Andrés Gómez-Lobo, U. de Chile
Florencia Herrera, U. Diego Portales
Gregory Elacqua, U. Diego Portales
Marcela Ríos, PNUD
Nicolás Espejo, U. Central
Claudia Sanhueza, U. Diego Portales
Andrés Hernando, Ministerio Planificación
Oscar Landerretche, U. de Chile
Daniel Loewe, U. Adolfo Ibáñez
Claudia Martínez, U. de Chile
Aldo Mascareño, U. Adolfo Ibáñez
María Luisa Méndez, U. Diego Portales
Alejandra Mizala, U. de Chile
Claudia Mora, U. Alberto Hurtado
Javier Núñez, U. de Chile
Guillermo Paraje, U. Adolfo Ibáñez
Laura Reagan, U. Adolfo Ibáñez
Eugenio Rengifo, U. Adolfo Ibáñez
Andrea Repetto, U. Adolfo Ibáñez
Lucas Sierra, Centro de Estudios Públicos
Nora Sieverding, U. Adolfo Ibáñez
Rodrigo de la Fabián, U. Diego Portales
Sergio Fuenzalida, U. Central
 
Carta 2
Domingo 12 de Junio de 2011
“Matrimonio” igualitario
 
Señor Director:
 
En carta publicada el pasado domingo, un grupo de profesores
universitarios sostuvo que la autonomía individual es el principio
“más importante y fundamental valor en juego” en la discusión sobre el
“matrimonio” homosexual. Éste, según ellos, se justificaría porque
“hoy corresponde reconocer a las personas de sexualidades diversas la
dignidad que todo individuo sujeto de derechos” posee, por lo que
dicho reconocimiento constituiría “un paso mínimo para acabar con una
situación de discriminación inaceptable para la vida moderna”, en
tanto “no sería un tema para el cálculo político, sino que un asunto
de derechos humanos”.
 
Los firmantes, también profesores universitarios —de diferentes
edades, profesiones, carreras, universidades, afinidades políticas y
tradiciones religiosas—, comprendemos la libertad como un bien
indispensable para la realización humana. Sin embargo, y precisamente
por ello, entendemos que su esencia, o al menos la finalidad de su
ejercicio, no se agota en la pura autonomía individual o en la
satisfacción de meros deseos. Al contrario, sostenemos que, como seres
racionales, debemos elegir aquellos bienes que nos perfeccionan
auténtica e integralmente, tanto en el plano personal como en la vida
social.
 
Construir una mejor sociedad implica no sólo respetar la intrínseca
dignidad de cada ser humano, sino también disponer los medios que
prudencialmente permitan a sus integrantes ser mejores personas. De
esta dignidad no se sigue aceptar o legitimar cualquier acto y deseo,
sea que provengan de una disposición natural o una libre elección. Por
lo demás, instituciones de interés general como el matrimonio y la
familia no pueden ser reducidas a simples instrumentos que sirvan para
compensar supuestas discriminaciones, cuya arbitrariedad nadie ha
demostrado.
 
Compartimos que una materia de tal relevancia para el bien común del
país no puede ni debe jamás prestarse al “cálculo político”; tampoco
usarse para el posicionamiento mediático, ni menos aún mirarse como
una simple moneda de cambio para dar por cumplida alguna promesa
electoral. Reconocemos, ciertamente, el derecho humano a contraer
matrimonio, para todo aquel que tiene las disposiciones y capacidades
que esta institución, de suyo, requiere para ordenarse a sus bienes
específicos, tal como lo ha reafirmado y reconocido la Corte Europea
de Derechos Humanos en junio de 2010 y la Corte Constitucional
francesa este mismo año.
 
El debate sobre el “matrimonio” homosexual no versa sobre con quién es
lícito contraerlo, sino, y en primer lugar, sobre qué es el
matrimonio; luego, y a partir de ello, si acaso dos personas del mismo
sexo pueden o no acceder legítimamente a él. Al invocar la igualdad y
la no discriminación como argumento final y suficiente se evita e
ignora la discusión de fondo: porque si el matrimonio es cualquier
cosa, y tal palabra no designa más que una práctica social variable y
contingente, resulta claro que cualquier relación afectivo-sexual
libremente consentida entre adultos puede legalizarse como tal. Pero
si el matrimonio no es cualquier cosa, debe analizarse si los miembros
de esa relación pueden ordenarse a la consecución de los bienes
particulares y sociales específicos de la unión conyugal y, por tanto,
contraer un auténtico matrimonio. Esto es lo que deben probar quienes
abogan por un “matrimonio” igualitario.
 
En una deliberación pública de esta naturaleza lo que está en juego es
el bien común de la sociedad chilena. Por ello, no debe ignorarse el
fondo del asunto, repitiendo las consignas de siempre, sino presentar
argumentos racionales sobre la cuestión central, que permitan dialogar
antes que instrumentalizar la razón.
 
Jaime Abedrapo, Profesor Universidad Diego Portales
Gonzalo Aguirre, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
José Tomás Alvarado, Profesor Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Claudio Alvarado, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Julio Alvear, Profesor Universidad del Desarrollo
Eduardo Andrades, Profesor Universidad del Desarrollo
Ángela Arenas, Profesora Universidad Finis Terrae
Claudio Arqueros, Profesor Universidad del Desarrollo
Verónica Benavides, Profesora Universidad Adolfo Ibáñez
Carlos Casanova, Profesor International Academy of Philosophy-PUC Chile
José Manuel Cerda, Profesor Universidad Gabriela Mistral
Ignacio Covarrubias, Profesor Universidad del Desarrollo
Carmen Domínguez, Profesora Pontificia Universidad Católica de Chile
Braulio Fernández,, Profesor Universidad de los Andes
Álvaro Ferrer, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Carlos Frontaura, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Pedro García, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Pedro Gazmuri, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Pilar González, Profesora Universidad Santo Tomás
Patricio Herrera, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Carlos Isler, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Christian Ketterer, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Andrés Kuncar, Profesor Universidad del Desarrollo
Alejandro Leiva, Profesor Universidad del Desarrollo
Gonzalo Letelier, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Antonio López, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Alberto López-Hermida, Profesor Universidad de los Andes
Raúl Madrid, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Pablo Maillet, Profesor Universidad Gabriela Mistral
José Ignacio Martínez, Profesor Universidad de los Andes
Héctor Mery, Profesor Universidad del Desarrollo
Alejandro Miranda, Profesor Universidad de los Andes
Luz María Molinos, Profesora Universidad de los Andes
José Agustín Muñiz, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Maximiliano Murath, Profesor Universidad de los Andes
Jorge Ogalde, Profesor Universidad del Desarrollo
Karina Ordóñez, Profesora Universidad Santo Tomás
Matías Petersen, Profesor Universidad de los Andes
Álvaro Pezoa, Profesor Universidad de los Andes
María Elena Pimstein, Profesora Pontificia Universidad Católica de Chile
Gabriel Rioseco, Profesor Universidad del Desarrollo
Gonzalo Rioseco, Profesor Universidad del Desarrollo
Cristián Rodríguez, Profesor Universidad de los Andes
Alejandro Romero, Profesor Universidad de los Andes
José Antonio Rosas, Profesor Universidad Miguel de Cervantes
Jorge Sahd, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Carolina Salinas, Profesora Pontificia Universidad Católica de Chile
Jorge Sandrock, Profesor Universidad Adolfo Ibáñez
Diego Schalper, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Luis Alejandro Silva, Profesor Universidad de los Andes
Andrés Stark, Profesor Universidad Católica de la Santísima Concepción
Manfred Svensson, Profesor Universidad de los Andes
Teresa Tagle, Profesora Pontificia Universidad Católica de Chile
Cristián Ugarte, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile
Enrique Urbina, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Pablo Urquízar, Profesor Universidad Nacional Andrés Bello
Manuel Uzal, Profesor Universidad de los Andes
Jorge Van de Wyngard, Profesor Universidad Bernardo O´Higgins
Cristóbal Vargas, Profesor Universidad de los Andes
Daniel von Wachter, Profesor International Academy of Philosophy-PUC Chile
José Luis Widow, Profesor Universidad Adolfo Ibáñez
Felipe Widow, Profesor Pontificia Universidad Católica de Chile

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