Derecho, autonomía sobre un tercero y aborto
Dos cartas al diario El Mercurio
Martes 27 de enero de 2015
Señor Director:
El Dr. Fernando Zegers tuvo oportunidad
de expresar su postura sobre el aborto
en un seminario organizado en el antiguo Congreso.
Reiteró sus ideas recientemente en su diario,
señalando que su moral particular considera
que «los cuidados con el embrión
son de menor exigencia que el derecho
a los cuidados que tienen las personas,
en este caso, la mujer»,
quien tendría derecho a decidir
sobre la vida del embrión/feto,
en base a «su autonomía
para decidir según sus propios valores».
El principio de autonomía
es un valor fundamental en la práctica médica
y constituye uno de los pilares de la bioética.
Sin embargo falta clarificar
cómo se entiende esa autonomía
sobre un tercero.
En efecto, el principio de autonomía
hace referencia a la capacidad que uno tiene
para decidir sobre sí mismo.
En el caso de un tratamiento, por ejemplo,
de aceptarlo o rechazarlo.
Pero cuando se está frente al dilema del aborto,
la decisión de la mujer ya no sólo la afecta a sí misma,
sino que también afecta directamente a un tercero.
A estas alturas del desarrollo médico,
es evidente que el embrión/feto
no es parte del cuerpo de la mujer
como lo es el hígado, bazo o tumor.
Cuando se actúa sobre el niño
que está por nacer,
no se actúa sólo
sobre el cuerpo de la mujer,
se actúa también sobre
un tercero distinto
e identificable de la mujer,
aunque sea dependiente de ella.
Nuestro deber es cuidar a ambos.
Es ahí donde comprobamos
una falencia propia de nuestra sociedad,
y particularmente de la práctica clínica:
reconocer a la mujer su capacidad única
de poder albergar a un nuevo ser humano,
ofreciéndole el apoyo y acompañamiento
adecuados en cada embarazo,
especialmente en aquellos que son
más complejos y difíciles,
en los que se sienta más vulnerable.
Ese es nuestro verdadero desafío,
al que debiéramos estar abocando
nuestros principales esfuerzos.
Dr. José Antonio Arraztoa
Médico Jefe Servicio de Obstetricia y Ginecología
Clínica Universidad de los Andes
Señor Director:
En carta publicada el sábado,
el Dr. Fernando Zegers señala
que los embriones son sujetos
de protección, cuidado y profundo respeto,
pero no son sujetos de derecho.
Desde esta aseveración
sustenta el resto de sus posturas.
El planteamiento que subyace a esta afirmación
el embrión sería algo que se construye,
controlado por agentes externos inespecíficos
que van ensamblando los diferentes componentes embrionarios,
y que gradualmente iría adquiriendo los derechos
que asisten a todos los individuos de la especie humana.
Sería interesante saber, en su particular visión,
desde qué momento adquirimos esos derechos.
Sin embargo, un debate honesto sobre el aborto
implica que los valores particulares estén basados en hechos.
Por ello, no es posible soslayar toda la evidencia
que señala que el embrión es un individuo
de nuestra especie desde la fecundación.
Esta evidencia
nos muestra claramente
que el embrión humano
es ya un individuo
diferente de la madre
desde la concepción;
que se desarrolla en forma continua
desde ese momento hasta la vida adulta;
que posee toda la información necesaria
para este desarrollo desde la fecundación;
que esta información no varía
con los procesos de división celular
que permiten su crecimiento
y que la expresión genética
de este nuevo individuo
durante el embarazo
no está determinada
por el intercambio fisiológico
con el organismo de la madre.
Por lo tanto, el embrión se presenta
como una realidad biológica única
y definida ya como individuo
totalmente humano en desarrollo,
que autónomamente,
momento tras momento,
sin ninguna discontinuidad
actualiza su propia forma
realizando un designio
presente desde la fecundación.
El embrión se demuestra desde el inicio
como protagonista de su propia existencia.
Cualquier alternativa que no considere
esta realidad evidente lleva a discriminaciones
que no son aceptables en la sociedad igualitaria
que intentamos construir.
Sebastián Illanes
Especialista de Medicina Fetal
Profesor Titular de Medicina
Universidad de los Andes
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