por Juan Morales
Diario Las Últimas Noticias, martes 20 de enero de 2015
Hace unos ocho mil años, en la cuenca donde hoy
se emplaza una ciudad conocida como Santiago de Chile,
se produjo un sismo que bordeó los 7,5 grados
en la escala de Richter, y que tuvo como epicentro
una franja de 25 kilómetros de largo que corre
en paralelo a los faldeos de la cordillera de Los Andes.
Esa franja es una falla geológica
y muchos siglos después alguien la
bautizaría con el nombre de falla de San Ramón.
Según los estudios realizados
por el geólogo de la Universidad de Chile,
Gabriel Vargas, aquel sismo fue el último
producido por esta falla geológica.
A primera vista no debió ser tan apocalíptico,
teniendo en cuenta que el terremoto de Cobquecura
del 2010 fue de 8,8 Richter.
Pero Vargas advierte
que dicha proporcionalidad
es por completo falsa y engañosa.
«El próximo terremoto generado
por la falla de San Ramón
puede ser más destructivo aún», dice.
Por varios motivos.
• Profundidad baja.
«El sismo que produce la falla de San Ramón es del tipo cortical,
es decir, ocurre muy cerca de la superficie.
El epicentro del sismo de hace ocho mil años
fue a sólo unos diez kilómetros de profundidad,
y esa cercanía aumenta considerablemente la intensidad».
• Frecuencia de la onda.
«El sismo de la falla de San Ramón
tiene una frecuencia más alta
que la de un sismo común.
Eso quiere decir
que se mueve más en menor tiempo.
Un futuro sismo producido por esta falla
no debiera durar más de un minuto.
Es decir, son cortos, pero muy intensos».
• Nivel de fractura
«El último sismo de la falla de San Ramón
produjo un desplazamiento de tierra de 4,7 metros.
Es decir, en la fractura, un paño de tierra
se montó sobre otro nada menos que 4,7 metros.
Y en la superficie se produjeron dislocaciones de hasta dos metros.
Por dislocaciones hablo, por ejemplo,
de levantamientos de tierra.
Imagine un edificio donde
en la mitad del terreno en que se encuentra,
se produce una dislocación así».
• Área afectada
«Por lo general, en estos sismos
las áreas afectadas son las
inmediatamente próximas a la falla.
En este caso, el sector oriente de Santiago.
En Pudahuel, por poner
un caso del sector poniente,
la intensidad sería un 50% menor».
• Acumulación de energía.
Vargas también logró
calcular el penúltimo sismo
generado por esta falla.
Ocurrió hace 17 mil años.
«Es decir, esta falla genera un sismo
cada más o menos ocho mil años,
por lo que ya existiría la acumulación
de energía suficiente para generar otro terremoto.
Pero evidentemente
no se puede predecir
en qué momento ocurrirá».
• ¿Ejemplos?
«Un caso paradigmático de sismo de tipo cortical
similar al que produciría la falla de San Ramón
es el de 1995 en Kobe, Japón, o el de 2010 en Haití.
El primero de ellos duró 20 segundos,
tuvo una intensidad de unos 6,9 grados
en la escala de Richter y provocó
un gran nivel de destrucción,
con más de seis mil víctimas fatales.
Y estamos hablando de Japón,
un país con una amplia cultura sísmica.
La pregunta es, ¿estamos preparados
para afrontar un sismo de esas características?
En el otro extremo está el terremoto en Haití.
Un país pobre sin cultura sísmica.
Con epicentro a 15 kilómetros de Puerto Príncipe,
la capital de Haití, el sismo tuvo una intensidad
de 7,0 en la escala de Richter y se originó
a 10 kilómetros de la superficie.
Fallecieron más de trescientas mil personas
y unas trescientas cincuenta mil quedaron heridas
y más de un millón y medio de personas
quedaron sin hogar, lo que se constituyó
en una de las mayores catástrofes de la historia.
Ir al sitio http://www.lun.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2015-01-20&NewsID=299509&BodyID=0&PaginaId=10
para observar una perspectiva de la falla
y algunos lugares de referencia.
Pregunta: ¿Qué le ocurriría al reactor de La Reina,
ubicado sobre la falla, en un sismo de la intensidad vaticinada?
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