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El boom de las ilustradoras




Dibujan con una pasión desbordante. Ilustran con acuarela, grafito, telas y pedazos de revistas para que sus dibujos hablen por ellas o inspiren a otros. Acá, seis ilustradoras chilenas, jóvenes y talentosas, cuentan del arte de narrar con imágenes y de cómo es vivir para dibujar.  

Por María Paz Cuevas. fotografías José Alvujar. agradecimientos interdesign. 
Diario El Mercurio, Revista Ya, martes 11 de febrero de 2014

Hacía dibujos en todos lados. 
Rayaba con monos los cuadernos del colegio. 
Dibujaba a los filósofos en la hora de Filosofía. 
Enferma, en cama, mientras miraba por las noticias 
la visita de Bill Clinton a Chile en marzo de 2011, 
hacía dibujos de un águila que descansaba 
y tomaba cerveza mientras un cóndor 
barría, limpiaba y trabajaba como loco. 

"Tan comunista que saliste", le decía su mamá.

Lo cierto es que Magdalena Armstrong (28) 
había salido ilustradora, aunque 
se dio cuenta de eso muchos años después. 

"No quiero que me obliguen a dibujar", 
le respondió a su profesora de arte, 
que la incitaba a entrar a esa carrera, 
y optó por estudiar teatro. 

Le fue bien: aún no se titulaba 
cuando ganó un premio 
como mejor actriz de reparto 
por la obra Vals. 

Cada intérprete recibió 
por ese trabajo 47 mil pesos. 

Todos festejaron, menos ella. 
Empezó a cuestionarse su opción: 
"¿Así es la vida del actor? 
¿Se puede vivir así? 
¿Será así para siempre?", se preguntó.

Tuvo que pasar un tiempo más 
para que abrazara su verdadera vocación. 

Ocurrió cuando 
una tienda de ropa para surfistas 
le encargó dibujos. 

En 2009, asistió a dos talleres de ilustración 
que dictaban Francisco Olea y Alberto Montt; 
en el marco del curso postuló 
al XIV concurso internacional 
de álbum ilustrado 
A la Orilla del Viento, con "Trapo" 
-la historia de un mendigo 
que rescataba a un ratón de un gato 
y que acarreaba basura de un lado a otro-, y ganó.

-Yo no sabía 
ni siquiera usar Photoshop, 
mi presentación era macabra. 

Lo mandé y me olvidé. 

No sabía que era casi como ganarse el Oscar. 

Me dio 30 por ciento de felicidad 
y 70 por ciento de miedo. 

Llamé a Montt para preguntarle 
qué me iba a pasar. 

"¡Te van a llover las pegas!", me dijo. 

Ahí me di cuenta 
de que dibujar 
era lo que tenía que hacer -dice Magdalena.

Magdalena es una 
de las numerosas ilustradoras chilenas 
que hoy se están haciendo 
un nombre en el mundo editorial. 

Son mujeres con talento, sentido artístico, 
y sobre todo con una visión precisa 
de lo que quieren comunicar a través de su trabajo. 

Y que por eso han estado dispuestas 
a superar los desafíos de desempeñarse 
en un rubro poco reconocido.

Soledad Poirot (37), otra representante 
de esta nueva camada artística, 
da cuenta de la realidad 
a la que se enfrentan los ilustradores en Chile.

-En muchos lados te dicen 
que te van a dar la tribuna. 

Pagan mal, poco, 
aunque las editoriales pequeñas 
se atreven y apuestan. 

Creo que debiera haber 
un gremio de ilustradores 
para no arreglárselas 
cada uno por su lado. 

Ha habido avances: 
la galería Plop! 
con la difusión y los talleres, 
pero falta. 

Y vale la pena: la ilustración 
no tiene barrera intelectual, 
no tiene edad, es amable y cercana -dice.

Soledad estudió ilustración creativa en España 
y fue allá donde descubrió que la ilustración 
podía ser un rubro, un trabajo preciado. 

Por eso cree que hay que profesionalizar el oficio. 

Agruparse, establecer ciertos estándares. 

En Europa armó un estudio de diseño editorial 
y, de regreso en Chile, comenzó a hacer 
ilustraciones para libros usando acuarela y collage.

-Hago dibujos. 

Pero no sé dónde está la línea 
que separa el dibujo del arte 
-dice quien ahora es directora de arte 
del departamento de comunicaciones 
del Consejo de la Cultura y las Artes.

***
Cuando Francisca Robles (33) 
se graduó como licenciada de arte 
en la Universidad Católica, 
aún se sentía un poco perdida. 

Hacía grabados, pintaba, 
usaba acuarela, dibujaba. 

Hasta que bandas musicales independientes 
comenzaron a pedirle flyers y afiches para sus tocatas. 

A la par, empezó a explorar el textil 
para hacer ilustraciones 
con patchwork, bordados, telas e hilos. 

También creó Musgoamigos, 
muñecos con material reciclado 
que al principio vendía en ferias. 

Comenzó con encargos de editoriales; 
ahora Francisca hace talleres 
donde les enseña a sus alumnos 
a ilustrar con telas, bordados, hilos, rellenos.

Francisca dice que su taller 
"parece una tienda de calle Rosas", 
y le agrada que así sea.

-Me gusta el textil porque 
ya es un objeto, tiene un peso. 

El jeans tiene la carga de la ciudad. 
La ropa es algo que alguien usó. 

Me gusta también jugar 
con los volúmenes, el desorden, 
la profundidad, las luces y sombras. 

Trabajar con la equivocación, 
con las texturas y sus opciones -explica-. 

Me gusta la ilustración, 
porque es una expresión libre 
que te permite experimentar, 
trabajar en equipo, 
algo que pintando no pasa. 

Ahí estás sola -dice.

Es algo que Karina Cocq (29) 
descubrió años después 
de empezar a ilustrar. 

Dibujar siempre fue su vocación. 

Le gustaban los cómics 
franceses, europeos, de ciencia ficción. 

Estudió arte en la Universidad de Chile 
y, cuando salió, empezó haciendo ilustraciones 
para afiches del colectivo Feministas Tramando. 

Pero fue recién el día 
que llevó sus rostros de niños en acuarela 
a la exposición de una amiga 
y la contactaron de la galería Plop!, 
cuando descubrió que había 
otros ilustradores como ella. 

Se dio cuenta de que existía 
un circuito nuevo y vivo de gente 
que, como ella, vivía para dibujar.

-Me interesa la mitología precolombina, 
la belleza indígena, las raíces, 
la importancia de la diversidad. 

También, que la ilustración 
transmita sentimientos 
-tristeza, alegría, intensidad- 
que no sean neutros. 

Siento que en la intensidad 
se ve a las personas, 
cuando se ríen, se enojan. 

Ahí podemos reconocernos. 

Me gusta explotar 
las emociones 
de los otros y las mías -dice.

El tema de la diversidad 
también mueve a Maya Hanisch (32). 

Maya partió su vida profesional 
trabajando en publicidad y diseño. 

Hasta que en Estados Unidos 
estudió ilustración 
y empezó a pintar óleos infantiles 
que repletaron su casa. 

De vuelta en Chile, 
comenzó a hacer 
sus propios libros 
con textos, dibujos y diseños, 
en los que habla de las raíces, 
las culturas indígenas y la integración. 

Un tema que la toca personalmente, 
porque vivió siete años en Ecuador 
y tuvo contacto con culturas indígenas ancestrales. 

Su libro "De aquí y de allá" 
cuenta cómo llegaron a Chile 
distintas colonias, nacionalidades y etnias, 
y cómo se fueron mezclando.

-Quiero hacer libros 
con herramientas, valores, 
que dejen un mensaje para la vida. 

Siento que subestimamos a los niños, 
pero ellos entienden todo y más. 

Un libro para ellos 
no puede decir "el pato dice cuac". 

Me gusta el tema de la aceptación, 
la tolerancia, lo folclórico, 
incluir a las minorías 
culturales, étnicas y raciales. 

Haríamos un mundo mejor 
si nos enseñaran a no discriminar -afirma.

***

El mensaje que 
quiere difundir Catalina Silva (32) 
también va en ese sentido. 

Uno de sus primeros trabajos individuales 
fue "Lluevo", de la editorial Quilombo, en 2012. 

El libro habla de una persona 
que se inunda con lluvia y pena 
mientras mira a través de la ventana. 

Afuera también hay lluvia, 
pero con flores y verde. 

"Lluevo" es parte de algo 
que Catalina vivió 
mientras estaba 
en casa con su hija Ema: 
llovía y una persona 
cercana padecía depresión. 

Un día salió de su casa 
y vio que afuera crecía el musgo, 
que había colores, vegetación, vida.

-Me gusta generar cierta incomodidad, 
el doble filo de las cosas, 
que no hay buenos ni malos, 
perfecto ni imperfecto, 
solo depende de cómo lo mires. 

Me gusta que haya guiños 
con las cosas que veo 
y tener esa mirada fresca de niña. 

Es un trabajo tremendo: 
con el tiempo miras con desinterés, 
ya nada te sorprende. 

Yo intento lo contrario.

Cuando ilustra, Soledad Poirot 
se encierra en su taller 
lleno de pinceles, pinturas y tintas. 

Pone música barroca, irlandesa 
-"no en castellano, 
porque ahí entra otro texto"- 
y se concentra hasta alcanzar 
un estado de tranquilidad. 

Ahora prepara un libro 
junto con Isabel Molina 
para ilustrar registros botánicos antiguos, 
pero que interpreten las energías de las plantas.

-Dibujo porque es un deber conmigo, 
es comunicarte con el otro en silencio, 
otro que lee y te percibe sin conocerte. 

Es un privilegio. 

Trabajas sobre la palabra, 
sobre un texto, hay un relato, 
algo que no necesariamente pasa en el arte.

Cuando el 2009 
tuvo que ilustrar el libro 
"La Negra Ester, décimas ilustradas", 
con Quilombo Ediciones, 
Soledad se internó 
en un proceso de investigación. 

Leyó los poemas. 

Empezó a buscar 
diarios de la época para ilustrar. 

Fue a Valparaíso donde, 
en una feria libre, 
le compró una maleta 
llena de revistas antiguas 
a un hombre que las vendía. 

Con ellas y sus dibujos, 
finalmente lo ilustró. 

Dice:

-Tengo temas recurrentes 
con lo animal y el habitar, 
con el no lugar. 

Cuando te vas del país 
reflexionas sobre cuál es tu lugar. 

Pero no creo que tenga una línea, 
es algo que no tiene fin. 

Mis imágenes son silenciosas; 
más que hablar 
me interesa que transporten 
hacia una contemplación -explica.

Magdalena Armstrong, 
por su lado, 
siente que la ilustración 
sí tiene algo que decir. 

Después de "Trapo", 
hizo varias ilustraciones editoriales 
y se lanzó con "Quién fue", en Ocholibros, 
la historia del recorrido de una botella plástica 
que es lanzada al bosque como basura 
y afecta la vida de sus animales. 

Para su lanzamiento, en octubre de 2013, 
Matías Azún, director de Greenpeace, dijo: 

"Este libro es el terror mismo. 

Los adultos tendrán que hacer 
el ejercicio vergonzoso 
de explicarles el tema 
de la contaminación a los niños".

-Mi tema es con la basura: 
producimos demasiada, 
creemos que al botarla 
desaparece y no es así. 

Siento que si tienes algo que decir, hay que decirlo. 

Y eso es una responsabilidad bien grande.

"Me gusta generar cierta incomodidad, 
el doble filo de las cosas, 
que no hay buenos ni malos, 
perfecto ni imperfecto, 
solo depende de cómo lo mires".

Catalina Silva

__

 Maya Hanisch

Se ha especializado en la ilustración infantil. 
Estudió diseño en la Universidad Diego Portales 
e ilustración en Boston. 
Ha publicado los libros "De aquí y de allá", 
"Cartas para enviar en volantín", 
"Viste América", "Juanito y Cachalote", entre otros. 
Ella crea los textos, historias e ilustraciones de sus libros 
inspirados en lo que ve y en las anécdotas de sus tres hijos.

Sole Poirot
Es licenciada en artes de la Universidad Finis Terrae 
y estudió ilustración y dibujo en España. 
Ha ilustrado, entre otros, los libros "Estrellamar", 
"La Negra Ester", y la tapa 
de "Con fines de lucro" de María Olivia Monckeberg, 
además de varias publicaciones 
del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Francisca Robles
Licenciada en artes de la Universidad Católica, 
se dedica especialmente a la ilustración textil. 
Enseña costura, dibujo, acuarela y reciclaje 
en municipalidades, universidades y en su taller.  
Es miembro del colectivo de cómic nacional Yo También
y sus ilustraciones han aparecido en diversos 
proyectos audiovisuales y publicaciones independientes.

Karina Cocq
Estudió artes plásticas en la Universidad de Chile 
e ilustración en España. Ilustró el libro 
"Moana", radioteatro infantil Rapa Nui 
y los cuentos feministas "Colorina Colorada". 
Ha expuesto en la galería Plop!. 
Ahora está terminando de ilustrar 
dos nuevos libros y un cómic personal.

Magdalena Armstrong
La ilustración es su segunda carrera. 
Ganó el XIV concurso A la Orilla del Viento 
con su libro "Trapo". 
También ha publicado "Rata" y "Quién fue", 
ha ilustrado libros infantiles 
relacionados con educación y ecología, 
y ahora trabaja en un libro 
para el ballet del Teatro Municipal 
y en una historia de terror para niños, de Ricardo Chávez.

Catalina Silva
Estudió diseño gráfico en la Universidad de Chile 
y participó en talleres de ilustración 
del colectivo Siete Rayas y Mil y Un Ojos. 
Ha ilustrado los libros "Patas de Hilo" (2010), "Lluevo" 
(en 2012, por el que ganó el premio Coré 
del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes) 
y "Antología Altazor y otros poemas" (2013).

1 comentario:

  1. Karina Cocq

    http://www.karinacocq.com/
    http://monitologia.blogspot.com/
    https://www.facebook.com/KarinaCocq

    Magdalena Armstrong

    http://marmstrongolea.blogspot.com/
    http://www.youtube.com/watch?v=s2MHCx7VsuI

    Sole Poirot

    http://solepoirot.jimdo.com/
    http://eieilustracion.blogspot.com/

    Maya Hanisch

    http://mayahanisch.blogspot.com/
    https://www.facebook.com/maya.hanischilustraciones

    Catalina Silva

    http://www.catalinasilvaguzman.com/
    http://www.quilomboediciones.cl/blog/2012/11/07/catalina-silva-guzman/?comenta

    Francisca Robles

    http://franciscarobles.blogspot.com/
    http://losmusgoamigos.blogspot.com/
    http://www.quilomboediciones.cl/blog/2012/05/01/francisca-robles-buena-tela-2/?comenta
    http://poesiaycritica.wordpress.com/tag/francisca-robles/

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