por Teresa Marinovic
Diario Las Últimas Noticias
Sábado 7 de marzo de 2015
El fisco ha sido defraudado. ¡Pobre fisco!
Para peor, este años sus gastos administrativos
aumentaron en un monto equivalente
al 46% de los ingresos de la reforma tributaria.
De ahí que lo de Penta sea, definitivamente, un abuso.
Un abuso por hacer uso fraudulento del FUT
y un abuso por abultar sus gastos
pidiendo (a sus protegidos políticos)
que les extendieran boletas ideológicamente falsas.
Por eso, como un niño que ha sido despojado
de sus dulces, llora el fisco hoy clama
que «ha sido defraudado»;
no sólo por la empresa privada,
sino gracias a la amable cooperación
de funcionarios públicos.
Por supuesto, la justicia no sería posible
si no hubiera un héroe: Hugo Bravo, el grande,
el «acusete cara de cuete», el que
saca provecho de la corrupción
cuando las circunstancias se lo permiten,
y de la justicia cuando en su cálculo costo/beneficio,
la delación apaece como una alternativa atractiva.
La única precisión que yo haría
es que «no pagar» es distinto que «robar»,
al menos si de impuestos se trata,
porque ocurre que los impuestos
son obligaciones (o deudas)
que se producen sin ninguna clase
de aceptación por parte del contribuyente.
De hecho, el fisco tiene atribuciones absolutas
no sólo para determinar el monto que cada
ciudadano debe pagar, sino también
para perseguir ese pago por la fuerza.
Y lo que es peor, suele no ofrecer
garantía alguna en lo que se refiere
al buen uso de los recursos que recauda.
La evasión de impuestos no es un robo
(no necesariamente ni siempre).
Y cabe preguntarse por qué
los chilenos no se preguntan, seriamente,
sobre la legitimidad del fisco para cobrar
lo que cobra y, en cambio, solidariza
con él como si yo fuera una mujer
cuyo honor ha sido mancillado,
pese a que abundan los casos
de funcionarios públicos que podrían
llamarse delicuentes de cuello y corbata.
El fisco ha sido defraudado, es cierto,
pero no tanto como él defrauda
día a día a los chilenos,
sin darles la más mínima oportunidad
de defenderse de sus abusos.
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