Un frío 21 de mayo

GONZALO MULLER, 

Un día especialmente frío y un discurso que no logró revertir ese clima. La Presidenta Bachelet realizó un correcto discurso, pero sin un eje estructurante que sacara a su discurso de la lógica de anuncios y  una ya tradicionalmente escasa rendición de la cuenta pública.

No pareciera que hace 10 días tuvo que descabezar su gabinete, ni tampoco que la evaluación ciudadana es la más baja de su mandato. La oportunidad del discurso del 21 de mayo para hacer mea culpa y rectificar se perdió.

Se habla de recuperar credibilidad y confianza, pero en el fondo la Presidenta Bachelet pareciera querer seguir adelante como si nada. Es su deseo mas íntimo, pues siente que sacar a sus ministros más cercanos fue una concesión dolorosa, y que en su opinión es suficiente.

El cambio de rumbo esperado no ha logrado concretarse en medidas o señales en este discurso. Sigue prevaleciendo la mirada ideológica de las reformas.

Esto se nota sobre todo en educación, tema al que la Presidenta le dedicó una larga lista de anuncios, como por ejemplo cuando señala gratuidad para el 60% más vulnerable en la educación superior, pero sólo en universidades del Cruch, dejando fuera a las universidades privadas, que son las que reciben a la mayoría de esos alumnos.