Señor Director:
Navegando por Facebook tomé conocimiento de un evento llamado "Taller: Uso de Misoprostol", el cual se realizó el lunes 6 de abril en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Sentí curiosidad y decidí asistir. Soy una persona provida y me gusta estar informada sobre los argumentos que se presentan en la discusión del aborto.
Llegué al lugar y grande fue mi sorpresa cuando vi un auditorio lleno de hombres y mujeres que atentos escuchaban a las representantes de "Línea Aborto Libre". Estas, valiéndose de una presentación, enseñaban los pasos a seguir para efectuar un aborto por medio del misoprostol. Se detallaron procedimientos, datos, contraindicaciones e incluso consejos de cómo hacer más efectivo el uso del medicamento.
Nunca se refirieron a las tres causales del proyecto de ley que hoy se discute en el Congreso. Es más, explícitamente se habló sobre el aborto libre con miras a proteger el derecho de la mujer sobre su cuerpo, de los métodos anticonceptivos, de libertad sexual y reproductiva, pero jamás de las responsabilidades que esta conlleva. Nunca se habló de persona, nunca se habló de "guagua"; al contrario, solo se mencionó el "saco gestacional".
Este tipo de convocatorias no solo desafían el derecho a la vida de los no nacidos, sino que desnudan la real voluntad de ciertos grupos que aspiran al aborto libre. Hay que subrayar que lo que promueven y enseñan va mucho más allá de lo que la ley permite hoy en Chile. Una cuestión es el sano ejercicio de la libertad de expresión, que a nadie se le puede negar. Otra muy distinta es valerse de ella para promover el aborto y enseñar a abortar.
Finalmente, me impresionó constatar que un establecimiento de prestigio como la Universidad de Chile se preste para ser escenario de un acto que promueve lo que la ley prohíbe en nuestro país, y que esto se haga con amplia difusión, numerosa asistencia y plena impunidad.
Francisca Barrera Traboldt
Navegando por Facebook tomé conocimiento de un evento llamado "Taller: Uso de Misoprostol", el cual se realizó el lunes 6 de abril en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
Sentí curiosidad y decidí asistir. Soy una persona provida y me gusta estar informada sobre los argumentos que se presentan en la discusión del aborto.
Llegué al lugar y grande fue mi sorpresa cuando vi un auditorio lleno de hombres y mujeres que atentos escuchaban a las representantes de "Línea Aborto Libre". Estas, valiéndose de una presentación, enseñaban los pasos a seguir para efectuar un aborto por medio del misoprostol. Se detallaron procedimientos, datos, contraindicaciones e incluso consejos de cómo hacer más efectivo el uso del medicamento.
Nunca se refirieron a las tres causales del proyecto de ley que hoy se discute en el Congreso. Es más, explícitamente se habló sobre el aborto libre con miras a proteger el derecho de la mujer sobre su cuerpo, de los métodos anticonceptivos, de libertad sexual y reproductiva, pero jamás de las responsabilidades que esta conlleva. Nunca se habló de persona, nunca se habló de "guagua"; al contrario, solo se mencionó el "saco gestacional".
Este tipo de convocatorias no solo desafían el derecho a la vida de los no nacidos, sino que desnudan la real voluntad de ciertos grupos que aspiran al aborto libre. Hay que subrayar que lo que promueven y enseñan va mucho más allá de lo que la ley permite hoy en Chile. Una cuestión es el sano ejercicio de la libertad de expresión, que a nadie se le puede negar. Otra muy distinta es valerse de ella para promover el aborto y enseñar a abortar.
Finalmente, me impresionó constatar que un establecimiento de prestigio como la Universidad de Chile se preste para ser escenario de un acto que promueve lo que la ley prohíbe en nuestro país, y que esto se haga con amplia difusión, numerosa asistencia y plena impunidad.
Francisca Barrera Traboldt
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