Diario Financiero, lunes 5 de marzo de 2014
La 'improvisación'
que se percibe de parte de las autoridades,
reflejada en la falta de estudios sobre el tema
en circunstancias que el actual equipo
sabía con antelación de sus altas opciones
de arribar a La Moneda.
Hay que reconocer ante el país que la propuesta
de ajustes tributarios es más compleja
de lo que pensaban y que -en consecuencia-
se deberían tomar el tiempo necesario
para que salga bien. Esto no significa
traicionar ideales; sólo implica
ser responsable y no 'meter la pata'.
-A nivel general,
¿cuál es el balance costo-beneficio
de embarcarse en una agenda tan amplia
de cambios y tan profundos (tributario,
constitucional, previsional, electoral, educacional,
salud, entre otros)? ¿Es conveniente, es necesario?
Durante las últimas décadas Chile siguió
políticas que dieron muy buenos resultados.
Sin embargo, ese modelo de desarrollo
debe ser modificado para que el país
pueda seguir avanzando y para que
se transforme en una nación moderna.
Esta modernización exige cambios
en una gran variedad de áreas,
incluyendo en la política
(lo que requiere cambios constitucionales),
en la educación, en el trato a la ciudadanía,
en la protección de los consumidores,
en la salud, la cultura y el medio ambiente.
Para modernizar al país hay que avanzar
en varios frentes en forma simultánea.
Ahora, las preguntas claves
son cómo se avanza,
qué políticas específicas se adoptan,
qué reformas se implementan.
Y en este estadio
-el estadio del "cómo"-
es donde se están
produciendo problemas.
Estos tienen tres orígenes:
la falta de transparencia,
la falta de debate,
y la ausencia de estudios serios
que midan las consecuencias
de las políticas sugeridas.
En muchas de estas áreas
el gobierno ha demostrado
una improvisación preocupante.
-¿El proyecto de reforma tributaria
es un buen o mal proyecto?
-Es un proyecto enorme, intrincado y complejo
(…) y muchas de sus provisiones parecen ser dañinas.
Lo verdaderamente sorprendente
es que se emprenda un proyecto de esta magnitud
sin prácticamente ningún estudio serio
sobre sus efectos indirectos y colaterales.
¿Cuál será la incidencia?
¿Cuál es el "efecto impacto"
y cuál es el "efecto dinámico"?
¿Qué elasticidades se han considerado
para calcular el monto a recaudar?
¿Por sí mismo, en cuánto
afectará la distribución del ingreso?
¿Cuál será su efecto sobre el ahorro,
la inversión y las pensiones?
La verdad es que nadie sabe
las respuestas a estas preguntas elementales.
Y no se saben porque no se han estudiado.
Este es un hecho real
que ni todos los videos del mundo
podrán cambiar.
Se está navegando... sin brújula.
Y navegar sin saber
hacia dónde se va
es altamente irresponsable.
-Esta semana se cumplirá un mes
de tramitación del proyecto de reforma tributaria,
¿cuál es su balance del tono del debate?
¿Hay un diálogo de sordos?
(…) Lo que sí queda claro
es que con la premura no han estudiado nada.
Lo sorprendente es que este es un equipo
que sabía que llegaría al gobierno
desde hace a lo menos dos años;
lo sabían y así y todo no se prepararon.
-¿Cómo evalúa el accionar de Hacienda?
¿Se han cometido errores?
En marzo, usted afirmó
que el desafío era hacer
una "buena reforma,
una reforma que concite
un apoyo amplio, y que impulse
el crecimiento económico,
en vez de mermarlo.
Lo de Alberto Arenas es clásico;
es un técnico comedido, atrapado
por promesas políticas torpes.
Los líderes de la Nueva Mayoría
sabían que no tenían los estudios
para convencer a gente razonable,
como Andrés Velasco,
de las bondades de esta reforma.
Y aun sabiéndolo prometieron
tener el proyecto en 100 días.
Fue un arrebato innecesario;
un arrebato y una irresponsabilidad.
“Efectos dependerán de cómo se gasten los dineros”
- Hay gente, como Francisco Vidal,
que asevera, con todo desparpajo
y soltura de cuerpo, que no habrá
efectos sobre la clase media.
Decir eso es altamente irresponsable.
Ni Vidal ni nadie tiene idea
de lo que va a pasar;
no puede saberse
sin estudios profundos y detallados.
Y hacer estos estudios
es la responsabilidad
de quienes proponen cambiar
un sistema que, en términos generales,
ha funcionado bien.
En estos momentos,
lo único que se puede afirmar
es que los efectos finales
de la reforma dependerán
de cómo se gasten los dineros.
Y, lo insólito es que no sabemos
cuál será el destino concreto de estos fondos.
Hemos escuchado ‘platitudes’
y generalidades sobre la reforma de educación,
generalidades que no sirven para evaluar
el efecto final de las reformas.
Estamos viviendo en medio de la oscuridad.
Lo anterior no significa
que el proyecto para reemplazar
al binominal sea bueno. No lo es.
Vamos a pasar de un sistema malo a otro malo.
Una movida lateral.
- ¿Ha cambiado su percepción de la reforma
y sus efectos tras conocer su detalle?
- No mayormente.
Conozco lo que quieren hacer,
pero no he visto los estudios técnicos
que respaldan esas ideas.
¿Dónde están? No sé.
Brillan por su ausencia.
- ¿Le parece suficiente
la depreciación instantánea y acelerada
para compensar el fin del FUT?
- Vuelvo sobre el tema
que ha dominado a esta entrevista:
la economía es una disciplina compleja
y este tipo de pregunta
no se puede responder “al tufo”.
Eso queda para los demagogos.
Necesitamos estudios.
Lo único que a estas alturas podemos decir
es que son dos políticas que, en principio,
tienen efectos contrapuestos.
FUT? ¿Hay mucho dogma al respecto?
- Algunos líderes empresariales
han tenido la actitud correcta.
Han sido escépticos,
y al mismo tiempo han reconocido
que en el pasado, y en algunos ámbitos,
se abusó de los consumidores,
de los inversionistas minoritarios y del público.
Creo que lo de
José Antonio Guzmán
fue acertado y positivo.
Habló con la verdad
cuando se refirió
a los excesos del lucro.
Lo correcto es hacer
una contrapropuesta específica
que mantenga el FUT en su esencia,
pero que elimine todos los resquicios,
abusos y canales de elusión.
No he visto esa propuesta
por parte de los empresarios.
Quien sí ha hecho algo dentro
de ese esquema es Andrés Velasco.
- ¿La reforma reducirá la desigualdad?
- El economista Álvaro Felipe García
y yo hicimos un pequeño estudio sobre el tema,
y concluimos que el efecto será mínimo.
Esto es especialmente
el caso si los dineros recaudados
se usan para financiarles
la educación universitaria
a mis sobrinas y sobrinos.
- ¿Cómo ve el desempeño
de la economía este y el próximo año?
- Malito. Hay incertidumbre y confusión.
Además, y como han planteado
varios analistas incluyendo el Financial Times,
Chile es uno de los “Fragile Five”,
un país muy vulnerable a los choques externos.
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