Elevar la vista sobre las dificultades de la coyuntura mundial y apreciar las auspiciosas oportunidades que tiene Chile por delante...‏

Opinión 
Prendiendo las alarmas

Diario El Mercurio, Domingo 01 de Julio de 2012 

http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/07/01/prendiendo-las-alarmas.asp

En la semana que termina, tres veces el Presidente Piñera ha llamado la atención sobre el peligro que reviste para Chile la crisis europea. En la cena anual de la Cámara de Comercio -en uno de esos discursos de trasnoche a que nos han acostumbrado los gremios empresariales- incluso fue mucho más allá que los pronósticos de los expertos: proclamó la llegada de una nueva crisis mundial, con el Viejo Continente en profunda depresión, Estados Unidos estancado, China en fuerte desaceleración, y Chile ya comenzando a sentir el impacto. Más allá de los alcances específicos de la opinión macroeconómica del Mandatario, su mensaje de fondo es oportuno y necesario.

No se trata, desde luego, de sembrar el pánico entre los comerciantes o sus clientes. Al contrario, es necesario que los empresarios y los consumidores eleven la vista sobre las dificultades de la coyuntura mundial y aprecien las auspiciosas oportunidades que tiene Chile por delante. Sólo así será posible mantener el ritmo de inversión y de creación de empleos. Por ahora -dicen las encuestas-, las expectativas de los empresarios se mantienen firmes y las de los consumidores experimentan saludable alza. Tienen razón. Pese a los quebrantos europeos, Chile está bien preparado y, si la política económica se administra con destreza, puede beneficiarse mucho del sólido crecimiento de China y del Asia emergente.

El mensaje presidencial parece haberse dirigido más bien a la audiencia política. En tiempos de crisis, la calidad de la política es crucial. El reajuste del salario mínimo, por ejemplo, no puede ir más allá de los incrementos de la productividad y los precios, porque causaría desempleo entre los trabajadores de baja calificación y perjudicaría principalmente a la pequeña y microempresa. La resistencia que hoy enfrenta la razonable propuesta gubernamental de elevarlo en seis por ciento recuerda la ligereza con que el gobierno del ex Presidente Frei aprobó un fuerte reajuste trianual en la antesala de la crisis asiática, con pésimas consecuencias económicas y sociales. Más que apaciguar las críticas de las pymes con masivas condonaciones de deudas tributarias, como ahora se anuncia, lo que ellas necesitan son menos regulaciones y menos impuestos, para competir mejor y pagar lo que deben.

Trasuntan las palabras del Presidente preocupación por que Chile pierda dinamismo y se pongan en riesgo los logros del Gobierno. Desgraciadamente, ello puede ocurrir. Hemos descansado mucho en la bonanza del cobre y hemos retrasado demasiado los avances de la agenda de medidas para destrabar la inversión y la productividad, impulsando el emprendimiento y la competitividad. Ojalá su preocupación ponga al Gobierno a trabajar con ahínco en recuperar el tiempo perdido.