¿Hay poesía en la música popular? En alguna. En todo caso, no pocas veces la literatura ha servido de inspiración a diversos roqueros, desde The Alan Parsons Project hasta Iron Maiden.
por Óscar Hahn
Diario El Mercurio, Revista de Libros, domingo 29 de julio de 2012
Muchos elementos que son propios de la poesía pueden aparecer también en la música popular. Hay letras de canciones que son poéticas de manera natural, como "Unicornio" de Silvio Rodríguez o "Blowing in the Wind" de Bob Dylan; otras que quieren ser poéticas y terminan siendo artificiosas y afectadas; y otras, en fin, que son bellas musicalizaciones de poemas, como las de Joan Manuel Serrat o las que aportan en Chile Patricio Anabalón, Cecilia Echenique o Eduardo Peralta. Hay tangos que parecen poemas de Evaristo Carriego y poemas de Carriego que parecen tangos. Y está, desde luego, "Cambalache", que es todo un poema de protesta. En cuanto a los boleros, algunos son "adorablemente cursis", como diría García Lorca. Pero aquí me interesa hablar de un curioso encuentro: las bodas del rock and roll y la literatura fantástica.
Siempre he pensado que la letra de "Hotel California", la conocida canción de The Eagles, es una especie de cuento fantástico. Esta es la trama. Un hombre que va manejando por una carretera desierta llega de noche a un misterioso hotel. En el umbral de la puerta hay una mujer fantasmal. El viajero ingresa en el recinto y allí presencia una serie de hechos perturbadores; entre ellos, un ritual de connotaciones diabólicas. Aterrado, trata de abandonar el lugar cuanto antes. El conserje le dice que puede pagar la cuenta cuando quiera, pero que nunca logrará salir de ahí. Todo esto es coronado por un notable contrapunto de guitarras eléctricas. Recientemente he leído que "Hotel California" tal vez se inspiró en el poema "Fair Elenor", de William Blake. Otros han recurrido al lugar común de la droga para explicar el ambiente alucinante de la canción. Como si los escritores o compositores necesitaran drogarse para escribir poemas o cuentos fantásticos.
Por allá por 1976 escuché un L.P. de un grupo llamado The Alan Parsons Project, totalmente inspirado en cuentos y poemas de Edgar Allan Poe: Tales of Mistery and Imagination. En ese disco destacan "El cuervo" y "La caída de la casa Usher". Este último utiliza fragmentos de la ópera homónima de Claude Debussy, en versión electrónica. En enero de 1987, de paso por Filadelfia, tuve la suerte de asistir a un concierto del grupo británico de rock pesado Iron Maiden. Cuando el solista empieza a cantar, constato con asombro que la letra es el poema fantástico de Coleridge "Balada del viejo marinero". Completo. Y digo "completo", porque el poema tiene más de 600 versos. Muchos de los fans se lo sabían de memoria y lo entonaban como en trance. También habría que recordar aquí otra inquietante pieza de Iron Maiden: "Los asesinatos de la calle Morgue", basada en el cuento de Poe.
La entrada en gloria y majestad del cine fantástico en la música pop, aunque con un propósito más comercial, se produce en 1982 con la canción "Thriller" de Michael Jackson. La primera escena del video muestra a Michael transformándose en hombre lobo frente a su aterrada novia. Pero en verdad es sólo una película que los dos están viendo en un cine. La pareja sale a la calle. "Es cerca de la medianoche y algo malvado está acechando en la oscuridad, bajo la luz de la luna", dice la letra. Mientras van caminando, una horda de zombis amenazantes empieza a emerger de las tumbas. Además de la interpretación del cantante, se utiliza la voz de Vincent Price, un ícono de las películas de terror. Lo que hace Vincent Price es "rapear" un poema fantástico de Rod Temperton.
La llegada del año 2012 ha estado precedida de toda clase de profecías apocalípticas y vivimos un verdadero boom de lo sobrenatural. Apariciones fantasmales, abducciones extraterrestres y blanquecinos vampiros pueblan la realidad y la ficción. Sobre estos últimos, pienso en la novela de Anne Rice "Entrevista con el vampiro", en la saga "Crepúsculo", y en la reciente reencarnación de Barnabas Collins en el cuerpo de Johnny Depp. Al recurrir a la literatura fantástica, lo que ha hecho la música rock es irnos preparando poco a poco para lo que se avecina. ¿Qué es lo que se avecina? Quizás la ocupación de nuestro planeta por fuerzas extrañas. O quizás un gran fiasco que nos demuestre que todo producto de la imaginación es sólo eso: algo imaginario. Porque como dice T. S. Eliot, "el género humano no puede soportar demasiada realidad".
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