El accidente del senador Navarro
por Jorge Biggs
Diario El Mercurio, Sábado 28 de Julio de 2012
Señor Director:
Señor Director:
Por suerte nuestro país no ha caído en esa ola de pesimismo y de crisis financiera que afecta a una parte importante del mundo occidental. Por suerte tampoco hemos perdido esa dosis de humor y picardía que nos aleja de los "tontos graves" que cada día se apoderan del planeta. Porque dígame usted si no es algo realmente original que un senador de la República, en uno de los lugares más caros del país, aborde una moto de nieve para deslizarse por esas canchas a las cuales tienen acceso sólo unos pocos privilegiados, y que ahí, justo en ese lugar bendito, tenga un accidente de proporciones, ¡y el senador decida invocar la Ley sobre Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales! Esa sí que no la hace cualquiera. ¡Es simplemente genial!
La empresa dueña de las canchas dice que "el hecho se produjo en una visita privada del senador y un grupo de sus amigos, quienes habrían circulado en moto por el sector Garganta del Diablo, ubicado fuera del dominio esquiable en la parte alta del predio Termas Minerales de Chillán".
Es decir, un lugar para entendidos. Y agrega que se habría tratado de un hecho de "carácter más recreacional". ¿Más recreacional? ¿Es decir pudo ser "menos recreacional"?
Como quiera que sea, la investigación sobre si fue o no fue un accidente laboral no debe tomarse con liviandad. Con humor sí, pero no con liviandad. Estamos hablando de un senador de la República, y si bien su sueldo es mucho más que reguleque, no puede desecharse de plano su alegato sin escuchar razones. Con humor, claro, pero deben escucharse.
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