Entre los proyectos están unos pedales para usar con tacos, un sistema que bloquea la bicicleta hasta que el niño se pone el casco y un aparato que ayuda a maniobrar a personas con artritis.
por Alexis Ibarra
Diario El Mercurio, martes 18 de noviembre de 2014
Los creadores de SafeSeat tenían un tentador billete de $10 mil sobre la mesa. Se los ganaba quien fuera capaz de sacar el sillín de la bicicleta. Uno tras otro fracasaban en su intento, como en la película animada "La espada en la piedra".
El dispositivo consiste en una pieza de metal unida con un cable acerado que se introduce en el agujero donde se instala el sillín. La pieza se expande al interior del tubo de tal forma que es casi imposible robarse el sillín usando la fuerza bruta.
Este es solo uno de los 27 proyectos que ayer se presentaron en una feria tecnológica organizada por la Universidad Católica. Alumnos del primer año de ingeniería y otros que cursan el college fueron desafiados por sus profesores a crear soluciones innovadoras pensando en los ciclistas urbanos.
"Queremos aportar con innovaciones y dispositivos creativos que incentiven el uso de la bicicleta", dice Catalina Cortázar, coordinadora del curso "Desafío de la ingeniería".
Pedalear con tacos
LadyPedals es un artilugio pensado en las mujeres que usan la bici y no quieren abandonar sus zapatos con taco. Útil si se piensa que el 53,6% de los ciclistas santiaguinos son mujeres.
Se trata de un pedal fabricado con una impresora 3D, diseñado para que el zapato no se deslice, evitando lesiones y accidentes. "La idea es que la mujer se sienta segura al andar con taco, ya que con el pedal normal este se engancha y el zapato se desliza, porque la suela tiene poco roce", dice Rodrigo Alarcón, uno de los creadores.
Pensando en las personas que padecen de artritis, uno de los grupos ideó BiciArtrit, un aparato que se adosa al manubrio y permite manejar la bicicleta ayudándose con las muñecas. "Es resistente al peso y se adapta a distintos tamaños de muñeca. Se puede usar en cualquier manubrio, y el precio estimado de venta serían unos $21.500", dice el estudiante Emilio Ascarrunz.
Uno de los más innovadores es Safe Kid, un sistema que traba la bicicleta del niño hasta que este se ponga el casco y se lo abroche.
"Tiene un sensor que detecta cuándo el casco está puesto y también conectores en los broches. El casco se comunica con un dispositivo que desbloquea el freno cuando se cumplen ambas condiciones", aclara Juan Francisco Farren.
En tanto, SafeLock es un sistema de seguridad que permite bloquear a distancia la rueda de la bicicleta usando un fierro que cruza por los rayos. La gracia es que se usa una aplicación para smartphones que se comunica con el dispositivo de seguridad a través de Bluetooth.
"Uno de los accesorios más robados es la rueda delantera. Con nuestro dispositivo la rueda se traba, y no se la pueden robar. Además, si te rompen la cadena no se pueden llevar la bicicleta con tanta facilidad, porque la rueda queda bloqueada", aclara el estudiante Gonzalo Pacheco.
Catalina Cortázar, coordinadora del curso, dice que a los alumnos se les pidió salir a la calle para detectar los problemas reales que tenían los ciclistas. También entrevistaron a peatones, "para saber qué motivo tenían para no usar la bicicleta", explica.
Tomando en cuenta las distintas problemáticas, los estudiantes maduraron una idea hasta llegar a una solución final. En el intertanto, crearon prototipos que perfeccionaron con el feedback de sus profesores. "Desde el primer semestre queremos enfrentarlos a una metodología de diseño, queremos que sean creativos y que contribuyan a un mejor país", dice Cortázar.
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