Señor Director:
Sin entrar en el fondo de la discusión sobre el proyecto de ley quemodifica la Ley del Donante Universal, resulta lamentable que el proyecto use la certificación notarial como una manera evidente de entrabar la libre manifestación de la voluntad de las personas.
Los notarios son ministros de fe pública, para los casos excepcionales en que ciertas manifestaciones de voluntad así lo requieren. Es desacertado emplear esta certificación como un obstáculo burocrático a efectos de dificultar la expresión de la voluntad de no donar, por muy loable que sea la finalidad buscada. El abuso de las certificaciones notariales como un mecanismo para entrabar ciertas decisiones personales ha sido, por desgracia, una práctica bastante común en el ámbito de los servicios masivos, que no debería servir de modelo para casos como el de la donación de órganos, y menos a instancias de un gobierno que ha liderado propuestas, incluyendo una de reforma al sistema notarial, destinadas a desburocratizar las actividades ciudadanas.
Los notarios son ministros de fe pública, para los casos excepcionales en que ciertas manifestaciones de voluntad así lo requieren. Es desacertado emplear esta certificación como un obstáculo burocrático a efectos de dificultar la expresión de la voluntad de no donar, por muy loable que sea la finalidad buscada. El abuso de las certificaciones notariales como un mecanismo para entrabar ciertas decisiones personales ha sido, por desgracia, una práctica bastante común en el ámbito de los servicios masivos, que no debería servir de modelo para casos como el de la donación de órganos, y menos a instancias de un gobierno que ha liderado propuestas, incluyendo una de reforma al sistema notarial, destinadas a desburocratizar las actividades ciudadanas.
Luis Fernando Silva I.
Cartas
ResponderEliminarLunes 23 de Enero de 2012
Donación de órganos
Señor Director:
Coincidiendo con el reciente trasplante cardiaco del joven José Francisco Cruzat Solar, hermano de nuestro recordado “Felipe de Asis”, este sensible tema vuelve a estar en boca de muchos. ¿Cómo hacer para tener más donantes efectivos y permitir que más pacientes aquejados de enfermedades terminales puedan vivir más y en mejores condiciones? .
Como actual responsable del Programa de Trasplante Cardiaco de mayor antigüedad del país y además Director de la Corporación del Trasplante, creo tener algo que aportar en esta discusión: El problema de fondo en relación con la voluntad de donar tiene que ver con creencias, que a mi juicio son equivocadas pero al fin de cuentas respetables, pero más importante que eso, creo que el motivo principal es la desconfianza y falta de conocimientos de la gente en relación con qué es la muerte encefálica, cómo se asignan los donantes a cada receptor y qué factibilidad real hay de que los equipos médicos puedan manipular dolosamente el sistema.
Por razones de espacio sólo daré la respuesta corta a estas preguntas: muerte hay una sola, si bien se puede morir por diversas causas; para efectos de la muerte encefálica puedo decir que es “equivalente” a ser decapitado. Los órganos se distribuyen de acuerdo a prioridades de antigüedad y gravedad de los receptores que conforman una lista única y trasparente y los equipos que trabajan en unidades de cuidados intensivos se enteran por canales conocidos y serios de la existencia de los receptores potenciales, no a través de la televisión o los diarios. Por último, no es real que un equipo médico pueda inducir o facilitar la muerte de personas para que se transformen en donantes y nunca los equipos que van a estar involucrados en la extracción y trasplante de órganos participan, por reglamento, en la aproximación a la familia para solicitar los órganos.
El aumento que han tenido los trasplantes durante el al año 2011 nos llena de entusiasmo y pienso que ha sido principalmente por mejoras en la gestión gracias a la nueva entidad dedicada exclusivamente a los trasplantes y dependiente del Ministerio de Salud. Obviamente hay aún mucho terreno que ganar y parte de ello es aumentar la voluntad de donación y disminuir la negativa a donar. Pero creo que estos últimos se consiguen mejor con educación que con imposición. Al fin de cuentas, sin donantes no hay trasplantes.
Dr. Pedro Becker Rencoret