Jamás hay que exigirles recato y autocontrol a las óperas.
No va con el género y si se quiere es una exigencia contra natura.
Lo que sí hay que pedirle a las óperas es que cautiven y fascinen,
que conviertan historias individuales en epopeyas de una época
y que pongan en aprietos al libre albedrío con la lógica de la fatalidad...
Héctor Soto, Revista Capital
N˚108 10/05-5/06 - 2003
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS