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Toda historia cabe dentro de la pantalla...‏



Toda historia -todas las historias, 
todas las versiones, no importa 
cuan comunes, corrientes o caseras- 
caben dentro de una pantalla. 

La observación 
más casual y nimia del pasado 
puede contener las claves 
para recuperar, en el presente, 
aquello que se fue sin remedio.

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"Stories We Tell", de Sarah Polley
Ausencia y memoria

por Christian Ramírez
Diario El Mercurio, Artes y Letras, domingo 6 de octubre de 2013
 
Después de una década y media bombardeados por los realities y docudramas más diversos, observar "vidas reales" en una pantalla se nos ha vuelto casi un hábito, algo casi tan natural como una vez fue ser espectador de ficciones. Es más: cualquier realizador que intente en estos días un registro de la intimidad de sus sujetos, debería partir por tomar en cuenta que por más privada que sea la actividad que estos desplieguen, esta contendrá la semilla del espectáculo, del mostrar, del exhibir.
En esas condiciones, no hay biombo posible detrás del cual refugiarse, porque hasta la negativa a salir en cámara -o la imposibilidad de hacerlo- deviene en una suerte de presencia y es reductible a algún tipo de imagen.
De hecho, es precisamente esa última contradicción la que se encuentra en el germen de "Stories We Tell" (2012), el documental con que la actriz canadiense Sarah Polley decidió continuar una promisoria carrera de directora que se había iniciado con las bien recibidas "Away from her" (2006) y "Take this waltz" (2011). Aunque la palabra "decidir", para los efectos del nuevo filme, viene a ser casi un eufemismo: ya que lo que -en principio- parecer ser el emocionado retrato de Diane, la carismática madre que falleció de cáncer cuando Sarah solo tenía 11 años, se transforma en un animal completamente distinto cuando el filme introduce una cuña que cambia su propia naturaleza. Después de que, por años, las diferencias físicas con sus hermanos la hicieran objeto de bromas familiares en torno a su verdadera paternidad, la directora sí confirma que nació producto de una relación de su madre fuera del matrimonio. En cámara, Polley deja en evidencia que ese descubrimiento fue el verdadero motivo que gatilló el documental, lo que virtualmente la dejó sin otra elección que hacerlo; pero que, al mismo tiempo, por más choqueante que la revelación fuese, en la práctica no cambió nada esencial. Nada, salvo iluminar la verdadera fuerza motriz de la película y del único testigo que poseyó en su momento todos los cabos sueltos de este cuento: La madre ausente. Como realizadora y parte interesada, le pareció lógico -básico, casi- la idea de registrar las versiones de todos los involucrados posibles: sus hermanos (que, de un día para otro, se transformaron en medio hermanos), la de Michael, el padre que dejaba de serlo, y la de Harry, el amigo de mamá, que de pronto se había convertido en su padre biológico; un cúmulo de parientes sorprendidos, amigos que en su momento callaron la infidelidad y de infaltables mudos testigos.
Combinando entrevistas tradicionales a cámara (conducidas por la realizadora con una franqueza que a veces eriza los pelos), con recreaciones con actores filmadas en formato Super 8 -a la manera de viejas películas caseras de los años 60 y 70 y en las que su madre y padres están encarnados por actores-, "Stories We Tell" no pretende lucirse ni por audacias temáticas ni por juegos formales; al contrario, se diría que aprovecha al máximo su look convencional y casi televisivo para hacer suyo uno de los mandamientos clave de la actual telerealidad: todo relato vivencial, toda historia -todas las historias, todas las versiones, no importa cuan comunes, corrientes o caseras- caben dentro de una pantalla. Al interior de todas puedes encontrar algo que las convierte en excepcionales, en inmensas tragedias, en meditaciones acerca del tiempo. La observación más casual y nimia del pasado puede contener las claves para recuperar, en el presente, aquello que se fue sin remedio.
No lo sabrá Sarah Polley que -en el filme- insólita y sabiamente le bloquea el camino a su mismísimo "nuevo" padre, quien desea escribir un libro contando su experiencia, para sí cederle el micrófono a todo el que quiera agregar una pieza para construir el rompecabezas en que se ha convertido la memoria de su madre. Y se arma, por un breve instante, solo para disolverse en el aire y luego volverse a armar.
STORIES WE TELL
Dirección: Sarah Polley.
Con: Michael Polley, Harry Gulkin y Sarah Polley.
País: Canadá, 2012.
Duración: 108 minutos.

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