Bachelet: Síndrome de personalidad indecisa

Melnick, Sergio 
Jueves 31 de Mayo de 2012

La cita siguiente le sorprenderá: “Necesito un gobierno que se anticipe a los problemas, no que reaccione ante ellos (...) Hay que asumir a tiempo, con celeridad y eficiencia, en los problemas. Cuando una autoridad no asume en el momento oportuno una dificultad, ésta se le puede escapar de las manos. Esa no es la forma correcta de actuar; este gobierno tiene suficientes problemas que afrontar como para agregarles otros por errores o ineptitud (...) Quiero ser categórica: No quiero improvisaciones, no se justifican. Nuestra tarea básica es cumplir nuestra labor, hacer bien nuestro trabajo, con dedicación y esfuerzo. La gente espera eso de nosotros, y nada reemplaza el trabajo bien hecho”. Estas notables citas son de Bachelet en 2006, al presentar un decálogo de comportamiento para los directivos y funcionarios de su gobierno. Las puede encontrar en 

w ww.emol.com/ noticias/ nacional/detalle/ detallenoticias.asp?idnoticia= 221373.

Como vemos a la luz del tiempo, Bachelet fue puro discurso, como si éstos resolvieran los problemas. El 27-F, que ocurrió bastante después de estas declaraciones, y para el cual tuvo mucho tiempo de gobierno, muestra que ella misma no hace lo que predica. La Onemi no estuvo preparada antes; es decir, no se anticipó. No tomó decisiones a tiempo: improvisó, y tampoco lo hizo bien durante el episodio. Los errores e ineptitud también fueron elocuentes después, al no atinar a controlar el orden y seguridad frente a los saqueos.

Bachelet es reconocida por un amplio sector de la Concertación como su candidata. Pero ella es tabla de salvación más que candidata ideal. Hasta Girardi nos señaló que popularidad no es lo mismo que liderazgo, en una enorme crítica. Es notable: Bachelet no es la candidata ideal de la DC, no es la candidata ideal del PRSD, no es la candidata ideal del PPD, no es la candidata ideal del PC. Es sólo la candidata posible del PS, que piensa que la puede manejar desde atrás. Ni siquiera Andrade le tiene confianza, pues recurre al peor argumento para defenderla: calificar de “maricones” a quienes la atacan. Es decir, estima que ella es tan incompetente, que no es capaz de defenderse políticamente por sí misma y requiere de estos machos patriarcales sombríos para que la protejan.

Siendo proclamada diariamente por la Concertación, si ella no establece formalmente que no le interesa, es porque efectivamente es candidata y como tal debemos tratarla. Lo más probable es que, tal como el 27-F, estemos frente a otra más de sus continuas indecisiones. No es capaz de resolver, y los efectos de ello son enormes para la Concertación (como lo fueron en el terremoto). Me acuerdo del Transantiago y su intuición, pero sus acciones fueron en otro sentido. Tuvo nada menos que tres ministros del Interior. Se demoró un año en designar al Contralor. El patrón es claro: indecisión, falta de liderazgo, mala capacidad de gestión y buenos discursos.

Hoy ella es la principal candidata de la Concertación, y es por ende legítimo mostrar sus debilidades. ¿Cuál es el drama? Si es candidata, debe hablar y actuar, y ésa es la génesis de su derrota. Tiene muchas explicaciones que dar y demasiados errores a su haber. Es necesario recordarlos, porque la gente se olvida. Por otro lado, si no es candidata y no lo dice, le hace un daño fenomenal a su propia coalición.

Vemos entonces su constante indecisión, su incapacidad de tomar determinaciones en el momento apropiado, y el uso de la lejanía como estrategia política. En la Concertación se ofenden si se la trata como candidata. Pero ya hay candidatos obvios de la derecha marcando opinión. ¿Cómo mantener silencio y distancia? Bueno, los indecisos son así.

En suma, Bachelet no se atreve a decir que es candidata, y por ello lo concede, y tampoco se atreve a decir que no lo será. Por todo ello, a mi juicio, por paradójico que parezca, es lejos la mejor contrincante para la centroderecha, ya que esos rasgos de personalidad no cambian de la noche a la mañana. Su principal adversario es ella misma.

En una Concertación que va decididamente a la izquierda, en un ambiente de varios precandidatos ganosos de su sector, con la historia mediocre de su gobierno y sin una sola idea de futuro conocida, ojalá Bachelet venga de candidata para terminar un mito que nunca fue. Ojalá no deban pasar 20 años, como le ocurrió a Aylwin con Allende, para que algunos concertacionistas reconozcan públicamente, como lo hicieron en privado y como a mí me consta, que Bachelet fue muy mala Presidenta.