En una presentación de Raúl Zurita
de unos sonetos de Óscar Hahn
habla de la poesía
como un hecho redondo, perfecto.
He aquí una forma muy imperfecta
de lo que dijo Zurita en aquella ocasión:
La poesía verdadera,
en última instancia
no tiene otra posibilidad
que ser extraordinaria.
Y cuando es así:
un hecho tan contundente,
no es posible referirla a nada más,
no se puede explicar, teorizar o verbalizar
de ninguna otra forma más que leerla.
(Es como la música sublime,
simplemente hay que escucharla.)
A la poesía lograda,
no le falta ni le sobra nada
y no le queda otra alternativa
que la ineludible perfección,
al decir de Borges.
La única razón de su existencia
es ser absolutamente única
en su capacidad
de sintetizar múltiples visiones,
variados modos de mirar el mundo.
Interpretando infinidad de sentimientos
dicen lo que siempre se ha dicho
como si no hubiese sido dicho jamás nunca
(Shakespeare dixit).
Los poemas se autocontienen,
se imponen en su irradiación
de modo inmediato
creando siglos de historia.
En ese momento se inventa
la tradición y el pasado.
Estas obras crean sus propios precursores
(recordando el aserto, también de Borges).
Zurita recordó el pasaje de García Márquez
en Cien Años de Soledad, en que sucesos
eran tan nuevos, tan novedosos,
que no existían palabras todavía para describirlos,
por lo que no quedaba otra cosa
que apuntarlas con el dedo.
Eso es, más o menos, lo que dijo el gran Raúl Zurita.
La presentación, seguro que está en YouTube.
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