GUILLERMO RAMÍREZ, DIARIO LA TERCERA, MIÉRCOLES 23 DE ABRIL DE 2014http://voces.latercera.com/2014/04/23/guillermo-ramirez/reforma-tributaria-a-quien-creerle/
Reforma tributaria, ¿a quién creerle?
El régimen tributario es probablemente el cuerpo de normas más complicado de entender. El vocabulario es como sacado de otro idioma y está lleno de alusiones a otros artículos y leyes que obviamente nadie se sabe de memoria.
Por eso cuando el ministro Arenas dice una cosa y luego otros expertos dicen otra totalmente opuesta, la gente se queda como paralizada. ¿A quién creerle? ¿Y ahora cómo salgo de la duda? ¿Cómo es posible que dos expertos piensen exactamente lo contrario cuando analizan los efectos de la reforma? Al final, las personas se ven obligadas a dar un salto de fe, creyéndole a quien le merezca más confianza o le genere mayor credibilidad.
Pero la verdad es que si uno escarba un poco en los argumentos es posible darse cuenta que las aparentes contradicciones en realidad no existen. Permítame darle un ejemplo: mientras algunos expertos afirman que la reforma afectará al empleo y la inversión, el ministro Arenas ha dicho que ésta sólo afectará al 5% de las empresas, que son básicamente las medianas-grandes y las grandes. El 95% restante -afirma- estarán igual o mejor con esta reforma.
¿Quién tiene la razón? Profundicemos un segundo en las afirmaciones. Primero, el ministro reconoce que el 5% de las empresas sí se verán afectadas. Esto ya es un avance para poder ponernos de acuerdo. Es más, la reforma ofrece un beneficio de depreciación acelerada para las empresas para compensar los efectos negativos del alza de impuestos y eliminación del FUT.
Segundo, este 5% de las empresas son las que generan el 75% del empleo y, por tanto, son las que más producen y las que más invierten. Si estas empresas se ven afectadas -como ya nos pusimos todos de acuerdo- no resulta descabellado afirmar que la reforma afectará al empleo y la inversión. ¿Ve como todos tienen razón?
Veamos otro ejemplo. El ministro Arenas ha dicho que el FUT se elimina porque hoy no se justifica. Argumenta que cuando este mecanismo fue creado, el acceso al crédito era escaso y caro, y que por tanto se requería de una fórmula que incentivara el ahorro y la inversión. Hoy, en el que el acceso al crédito es más fácil y barato, el FUT no se justifica y por tanto su eliminación no afectará a la inversión.
De nuevo el ministro tiene razón. Pero de nuevo la tiene sólo en la superficie. Es evidente que el acceso al crédito hoy es mejor, pero esto no significa que sea indiferente que las empresas chilenas -sean grandes, medianas o pequeñas- estén muy endeudadas o poco endeudadas. Cuando el ministro dice que hoy las empresas tienen acceso al crédito, lo que está diciendo es que esta nueva estructura tributaria ya no tendrá como sostén de la inversión al ahorro que hagan estas mismas empresas, sino que ahora lo basaremos en su endeudamiento. Esta es la razón por la cual muchos expertos han dicho que esta reforma -si hubiera que definirla en una palabra- es un misil contra el ahorro; y es la razón por la cual no hemos oído a los bancos quejarse de la reforma. Porque claro, más demanda por créditos mejora sus legítimas expectativas de negocio.
Finalmente, el ministro Arenas ha dicho que la reforma no va a afectar los fondos de los afiliados a las AFP. Y tiene razón: los fondos están ahí y no se van a achicar como por arte de magia. Pero lo que importa no son los fondos existentes hoy, sino las pensiones que tendremos todos al jubilar; y la reforma lo que hace es disminuir los retornos por la plata invertida en acciones. Con eso, sus ahorros, los míos y los de los restantes 9.5 millones de afiliados a las AFP tendrán menor rentabilidad y, por tanto, las pensiones de todos nosotros serán menores.
¿Ve como sí podemos ponernos de acuerdo?
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