Después de ayunar en Viernes Santo,
sin haber probado bocado aún
-a mediodía del Sábado de Gloria-
me lavo los dientes.
Al enjuagarme sale algo de sangre.
Definitivamente las bacterias
no saben de ayunos y abstinencias
(ni han escuchado del término gingivitis)
Si no se les provee, van por las encías.
Dios las bendiga.
Los creyentes necesitamos
de penitencia y piedad,
a estas pequeñas, primigenias
y primitivas criaturas
les basta con su inocencia.
Perdónalas Señor
porque no saben lo que comen...
II
A lo mejor la sangre de narices sirve para poner en evidencia nuestra fragilidad.
A lo mejor la sangre de narices sirve para que el portazo no haya sido en vano.
A lo mejor la sangre de narices sirve para dramatizar un accidente casero.
A lo mejor la sangre de narices sirve para tomar algunas directrices.
A lo mejor la sangre de narices sirve para teñir las sábanas blancas.
A lo mejor la sangre de narices sirve para escribir versos de salón.
A lo mejor la sangre de narices sirve para un justificativo médico.
A lo mejor la sangre de narices sirve para conmover a una mamá.
A lo mejor la sangre de narices sirve para limpiarse los zapatos.
A lo mejor la sangre de narices sirve para limpiarse los mocos.
A lo mejor la sangre de narices sirve para arruinar un pañuelo.
A lo mejor la sangre de narices sirve para detener una pelea.
A lo mejor la sangre de narices sirve para la vida eterna.
A lo mejor la sangre de narices sirve para nada.
A lo mejor la sangre de narices sirve para algo.
A lo mejor la sangre de narices sirve.
A lo mejor la sangre de narices...
A lo mejor la sangre...
A lo mejor...
A lo peor...
¿Aló?
¿Asistencia pública?
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