En una de sus columnas, Matías Rivas
nos recuerdo algo que todos sabemos:
que las palabras dicen
bastante más de lo que significan.
No obstante, Wilde acotaba
que el hombre debería decir siempre
mucho más de lo que pretende
y pretender mucho más de lo que dice.
En cambio Ortega y Gasset
reflexionaba que toda palabra
es a la vez deficiente y exhuberante:
dice menos de lo que pretende
y da a entender más de lo que se propone.
Sin embargo, tantas veces
las palabras no dicen nada, o muy poco
y también ocurre que se confunde
la facilidad de palabra
con la dificultad de quedarse callado.
Hora de optar, entonces,
por el elocuente y sencillo silencio.
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