Anarquismo científico

por Juan Ignacio Rodríguez Medina

Diario El Mercurio, Revista de Libros

Domingo 11 de Agosto de 2013

http://diario.elmercurio.com/2013/08/11/al_revista_de_libros/revista_de_libros/noticias/9E06374A-4316-4372-82BF-7B344D6A82CF.htm?id={9E06374A-4316-4372-82BF-7B344D6A82CF} 

Hay quienes ven en Paul Feyerabend (1924-1994) al Nietzsche de la filosofía de la ciencia (nihilista, apasionado). El mismo se definía como un "anarquista epistémico". Sus pares, tal como ocurre con Kuhn, lo odian o lo elogian: destacan la introducción del elemento histórico como una contribución permanente al estudio de la ciencia o, al contrario, la califican como uno de los peores atentados contra la objetividad científica. Basten los títulos de dos de sus más conocidos libros para refrendar todos estos juicios: Contra el método , de 1975, y Adiós a la razón , de 1987. En el primero dice, por ejemplo, que la ciencia "es una empresa esencialmente anarquista; el anarquismo teórico es más humanista y más adecuado para estimular el progreso que sus alternativas basadas en la ley y en el orden".

Con Filosofía natural (Debate, 2013), detractores y seguidores confirmarán sus juicios. El libro -publicado con treinta años de retraso- recoge el manuscrito de lo que se planificaba como una obra en tres tomos y, como dicen los editores, nos muestra una faceta menos conocida del epistemólogo alemán: "la del filósofo de la naturaleza y teórico del origen de la filosofía de la antigüedad". El objetivo es reconstruir la historia de las concepciones humanas sobre la naturaleza -"desde la Edad de Piedra a la era de la física cuántica", detalla el subtítulo-, y mostrar cómo con el ingreso del racionalismo se produce la separación entre hombre y naturaleza, y una visión estática de ésta que definirá al pensamiento y la ciencia modernos: "Con Parménides comienza el intento de representar el movimiento con ayuda de principios estáticos y esencialmente incapaces de transformación, y este intento no tarda en fracasar: el movimiento no solo desaparece, sino que además queda excluido de la visión de la naturaleza como algo inexistente", escribe Feyerabend. Esta detención, plasmada en la noción de "leyes eternas de la naturaleza", duró hasta el siglo XIX. "Luego, enfoques nuevos como el de la termodinámica de Prigonine volvieron a introducir el antiguo punto de vista. Y así, la ciencia 'más moderna' es una combinación de la ciencia 'moderna' y el pensamiento de los filósofos y científicos de la Edad de Piedra".

La idea de Feyerabend es que la visión mítica de la naturaleza poseía una pluralidad mucho más adecuada a la experiencia real: "Muchas regularidades empíricas son desconocidas para el investigador occidental, no fácilmente accesibles para su manera de investigar y no necesarias para los medios diferentes que emplea".

En Filosofía natura l se defiende una visión pluralista de la ciencia y, en general, del pensamiento. O "anarquista", si volvemos a Contra el método : para progresar la ciencia debe ser -es- abierta. Debe cuestionarse a sí misma, a sus juicios y prejuicios, estar dispuesta a aplicar otras lógicas. De lo contrario, habría puro normalismo y quizás viviríamos todavía en un universo newtoniano o, peor, seríamos parte de la religión de Comte.

Nota: una corrección de prueba bastaba para arreglar la traducción.

Filosofía natural

Paul Feyarabend

Debate, Buenos Aires

2013, 337 páginas