Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
pondría más atención a mi entorno,
intentaría ser más agradecido y compasivo.
Procuraría ser más comprensivo
con las debilidades humanas
y más exigente conmigo mismo.
Sería más generoso y desprendido.
No estaría atado a nada material.
Tendría una relación más cercana con el Señor
y confiaría absolutamente en la Divina Providencia.
Le pediría cada día que me haga conocer
su Divina Voluntad, para amarla y cumplirla
cada día de mi vida.
Intentaría aprender lecciones
de cada debilidad y error,
para aplicarlas en la siguiente ocasión.
Al orar el Padre Nuestro
y pedirle que no nos deje caer
en tentación, le pediría también
que me ensanchara el corazón
cada día, para amarlo más
y para amarlo igualmente más
en los demás, en nuestro prójimo
de hoy, a nuestros parientes,
amigos, vecinos y a todos
los que hemos conocido
en nuestra vida;
a todos nuestros bienhechores,
a todos nuestros contemporáneos
y a la Humanidad completa
de todos los tiempos.
Y por último, le pediría
nacer nuevamente hoy mismo,
para aplicar todas estas intenciones
no en un viaje temporal hipotético
y poco plausible al pasado,
sino en lo que resta de mi vida
de acuerdo a lo que disponga
su Divina y Adorable Voluntad.
Amén
Cristián, me gustó mucho lo que escribiste.... viene bien para cada uno de los que leeremos tu oración.... Un abrazo.
ResponderEliminarGabriela