No soy optimista, nunca lo fui,
y a estas alturas de la vida
ya perdí las esperanzas de serlo.
Por otra parte, los juicios de los escépticos
me producen una enorme desconfianza.
No creo en los ateos,
ni en los creyentes crédulos.
No creo en los agnósticos
ni en los librepensadores.
Creo que todos,
un poco más o un poco menos,
estamos equivocados.
No creo que el laicismo,
o la República sea la piedra
angular de la existencia humana.
Creo en el respeto por los demás.
Creo que el habeas corpus debe respetarse a ultranza.
Creo en las vía pacífica de la solución de las controversias,
y que en todo es mejor prevenir que curar.
No creo en las marchas.
No creo en los asados.
No creo en las promesas.
Sí creo que es mejor tomar en serio las amenazas,
aunque no creo que sea sano vivir en el miedo.
No creo en el gobierno.
No creo en la oposición.
No creo en los progresistas ni en los anarquistas.
No creo que los conservadores estén necesariamente equivocados en todo.
No creo en los que se dicen independientes. Creo en tratar de serlo.
No creo en los triunfos deportivos.
No me gustan las celebraciones eufóricas, parientes del vandalismo.
No creo en la fama. Considero veneno alimentar el ego.
La vanidad la encuentro la cuestión más estúpida y ridícula de todas.
No creo en el prestigio. No creo en la gente que aplaude por razones equivocadas.
Respecto del dinero,
no soy autoridad alguna
para hablar de él.
No lo conozco
ni lo reconozco
como autoridad válida
para administrar a su antojo
la vida de la gente.
No confío en mí mismo.
(Todo lo temo de mi debilidad,
todo lo espero de la misericordia divina.)
A pesar de lo anterior,
tengo la certeza que el Amor
lo sostiene todo y permanecerá
una vez que pase la figura de este mundo.
En una ocasión, una periodista
exasperada con Armando Uribe
le preguntó: ¿Usted, aparte de Dios,
cree en algo más?
A lo que el poeta, jurista y diplomático (!)
respondió: ¿Acaso le parece poco?
No hagan caso a lo que digo
(pero hagan lo que Dios manda).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS