Esval hará un piloto en una de sus plantas: por Gabriela Bade Diario El Mercurio, Vida-Ciencia y Tecnoloía, martes 29 de marzo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/03/29/ciencia_y_tecnologia/mas/noticias/E1910C1B-DD13-46A0-A4BF-6CC1BF670572.htm?id={E1910C1B-DD13-46A0-A4BF-6CC1BF670572} La universidad Jiao Tong de Shanghai está desarrollando esta tecnología que ahora se probará en Chile para tratar de reducir este molesto problema. "Nosotros sólo desarrollamos la tecnología; realmente no sabemos cuánto cuesta instalarla", dice Zhu Shiyun. Ella es doctora de la escuela de medio ambiente, ciencia e ingeniería de la Universidad de Jiao Tong, Shanghai, y la semana pasada estuvo en Chile para conocer la primera planta fuera de China donde se aplicará su proyecto de reducción del volumen del lodo del tratamiento de aguas servidas. En un trabajo de 10 años, ella y su equipo han logrado reducir hasta en 70% el volumen de este lodo. Lo que, sin calculadora en mano, suena demasiado bien. Eso fue lo que llevó a la Fundación Chile a convencer a los científicos chinos de transferir su tecnología a Esval. Pero ahora la fundación y Esval deberán lograr que los números cuadren y que la iniciativa científica pueda llevarse a cabo de manera competitiva. Para eso es que la semana pasada viajaron a Chile la doctora Zhu Shiyun y el doctor Shangbing He, para ver en terreno cómo es la planta de Esval donde se desarrollará el piloto. Ellos se llevaron a China el detalle de los componentes de estos lodos para buscar los agentes oxidantes especiales que harán posible la reducción de su volumen. Para entender cómo funciona esta tecnología, se debe saber que el proceso de tratamiento de aguas servidas va generando lodo que termina en un sedimentador. En el fondo queda el lodo, y el clarificado, que es el agua ya tratada, vuelve a los ríos o como agua de riego. "Una parte de ese lodo cae en un contenedor donde se hace el tratamiento de oxidación con agentes como ozono, perhidróxido, ultrasonido u otro, que rompe las paredes celulares y hace que el lodo se haga mucho más biodegradable. Incluso una parte de la materia se evapora y se convierte en CO2. Ese nuevo lodo vuelve a entrar al sistema que está en continuo funcionamiento, y eso permite, finalmente, una reducción global de entre 40 y 70% del volumen del lodo que se produce sin este proceso", explica Ulrike Broschek, jefa del área de agua e industria de la Fundación Chile. Por el momento están recién midiendo la factibilidad de la operación, tarea que se llevaron los doctores chinos y que tardarán unos cinco meses en resolver. Luego viene el desarrollo de la ingeniería que estará en manos de Fundación Chile y Esval, que están trabajando en este desarrollo con una línea de financiamiento de Corfo. Ese proceso durará otro año más, de manera que los positivos efectos de esta innovación todavía están por verse. Volumen Según un informe del año 2010, las plantas de tratamiento de aguas servidas de la V Región de Esval produjeron 27.732 metros cúbicos de lodo en el año y se destinaron a una planta de compostaje. La nueva tecnología reducirá esa cifra.
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El lodo del tratamiento de aguas servidas podría reducirse hasta en 70%
Política y economía: un complejo equilibrio
por Francisco Rosende Decano de la Facultad de Economía Universidad Católica de Chilehttp://diario.elmercurio.com/2011/03/29/economia_y_negocios/de_punno_y_letra/noticias/CB2C3BAB-19DC-4C4E-BD9B-66F7D304CC59.htm?id={CB2C3BAB-19DC-4C4E-BD9B-66F7D304CC59} El proyecto de extensión del permiso posnatal propiciado por el Gobierno, trajo de regreso la controversia acerca de la relación que debe existir entre economía y política en el diseño de la agenda de políticas públicas. Este tema ha rondado regularmente en el debate público, siendo habitual el planteamiento de críticas hacia lo que se estima como una ponderación excesiva de las consideraciones económicas en la definición de dicha agenda. La forma en que se resolvió el proyecto de posnatal y las posteriores intervenciones de autoridades de gobierno con respecto a dicho proceso han dejado la sensación de un reordenamiento de las ponderaciones, en beneficio de la perspectiva política y en desmedro de la técnica, lo que justifica algunas reflexiones. Si bien es incuestionable que la definición de la agenda de políticas públicas de un país es una cuestión esencialmente política, en tanto es responsabilidad del Presidente y su equipo seleccionar las iniciativas que impulsarán y la forma en que estas serán implementadas, no se debe soslayar cuál es el papel de las consideraciones económicas en este proceso. En esencia, estas apuntan a: i) hacer presente la restricción de recursos que enfrenta tal ejercicio; ii) proponer las políticas más eficaces (menos distorsionadoras) para apoyar a los grupos más necesitados de la población y; iii) establecer los efectos de las diferentes propuestas de políticas públicas sobre la economía. Especialmente en lo que se refiere a sus consecuencias de mediano plazo. Un aspecto delicado dentro del diseño de políticas públicas dice relación con las diferencias que habitualmente se observan entre el horizonte de referencia relevante para la evaluación política de los proyectos, con respecto al de la mirada económica. Así, en política la tasa de descuento es habitualmente muy alta. Esto es, se privilegian aquellas acciones capaces de mostrar en un corto período sus bondades, lo que en muchos casos lleva a la adopción de estrategias claramente ineficaces desde el punto de vista del desempeño de mediano plazo de la economía. Por el contrario, la perspectiva de la mirada económica es normalmente el mediano plazo, lo que suele poner a sus especialistas en la incómoda posición de rechazar propuestas de alto atractivo político. Uno de los fundamentos del progreso y estabilidad observado por la economía chilena en las últimas décadas ha sido un fuerte énfasis en las consideraciones de mediano plazo de las políticas públicas, lo que ha sido apoyado por una institucionalidad coherente con dicho objetivo. En especial en lo que se refiere a la gestión de las finanzas públicas. En el contexto del debate en torno al mix óptimo de economía y política, resulta necesario destacar el divorcio que suele acompañar a las "intenciones" de los "resultados", de muchas iniciativas de políticas públicas, cuando no están presentes los criterios de eficiencia necesarios para asignar recursos. De hecho, no parece aventurado sostener que las barreras al progreso que enfrentan muchas economías fueron construidas sobre la base de: buenas intenciones, mucha urgencia detrás del diseño de la política económica y una baja dosis de disciplina. En los meses que vienen será necesario abordar complejos desafíos relacionados con la capacidad de crecimiento de mediano plazo de la economía, en el ámbito de la educación, la energía y el desarrollo financiero, entre otros. Para que cada uno de estos temas pueda traducirse en un vehículo eficaz al progreso será necesario situar el debate público en la evaluación de sus efectos de mediano plazo y desechar la tentación que ofrece un corto plazo sin grandes cambios ni conflictos. Al final, el éxito en el ejercicio de la política económica requiere de una importante capacidad de persuasión para definir la agenda más conveniente para el logro de un progreso duradero, lo que requiere situar el análisis de cada alternativa en la perspectiva adecuada. Decano Facultad de Economía de la P. Universidad Católica.
EN EL PRINCIPIO ERA LA VERDAD
El Mercurio, Jueves 03 de Marzo de 2011
Cristián Warnken
Siempre me ha molestado un cierto estilo empalagoso y un tono poco viril y nada directo con que algunos sacerdotes y autoridades eclesiásticas elaboran sus prédicas y hacen sus declaraciones. Me he preguntado si ese tipo de lenguaje tiene que ver con la diplomacia vaticana, caracterizada por un histórico apego a una prudencia muchas veces laberíntica. ¿O será que el no decir las cosas por su nombre, el evitar abordar los problemas de frente, es un fenómeno dialectal y cultural nuestro, en un país donde nunca se dice "no" cuando se quiere decir "no", un país donde cuando alguien le declara a otro "nos vemos", en realidad está diciendo "no nos veremos nunca"?
Algo comienza a picarme en el oído cuando escucho decir "hermaaanos", con esa "a" arrastrada, rastrera. Me violenta que vayamos perdiendo progresivamente la capacidad de llamar "al pan, pan, y al vino, vino" por el contagio de una jerga eclesial de la que no tengo claro el origen. ¿Qué tiene que ver ese lenguaje con el estilo poético pero directo de Jesús, un "rabí" que usaba parábolas e imágenes que traspasaban como flechas a sus interlocutores y que nunca escabulló enfrentar las situaciones más conflictivas de su tiempo? ¿Cómo calzan este lenguaje elusivo y ese tonillo empalagoso con el estilo radical del hombre que dijo "Yo soy el camino, la verdad y la vida", y que interpeló a sus sibilinos acosadores con el ya famoso "Vosotros, fariseos hipócritas"? Un abismo separa a este hombre de Nazaret y su mensaje fulminante, directo al corazón y la conciencia humanos, de muchos de sus representantes en la tierra. Esta retórica reblandecida, que permeó aquí en Chile primero el discurso de los dirigentes de la Democracia Cristiana hasta el punto de convertirse en su impronta, ya se instaló en casi toda nuestra clase política (hasta los radicales hablan así), con los tan característicos "si bien es cierto, no es menos cierto". ¡Qué daño y cuánta mentira ha consentido esta gran jalea eclesiástica, por Dios! Pero lo que más me sorprende es que después de la tajante y diligente sentencia del Vaticano en el caso Karadima (que ha hecho enrojecer a nuestra justicia civil como pocas veces en la historia), ese lenguaje enfermo siga operando y distorsionando la realidad.
Monseñor Arteaga, la mano derecha del principal acusado de sistemáticos y deleznables abusos, aparece pidiendo públicamente perdón (un gesto aparentemente loable), pero en la misma declaración de perdón evita hablar de "víctimas" y usa la expresión "afectados" para referirse a los que sufrieron abuso sexual y psicológico. ¿"Afectados"? ¿Qué quiere decir con eso? Ahora son "afectados" los que hasta hace poco tiempo él mismo había caricaturizado -sin la más mínima misericordia- como "actores". ¡Qué uso tan discutible hace del diccionario esta alta autoridad universitaria! Hasta la FEUC -una organización de la que uno esperaría aire nuevo, como solemos esperar siempre de los jóvenes- saca una declaración llena de ambigüedades, en la que no se pide ni la renuncia ni la mantención del "afectado", sino que demanda una "reflexión", otra muletilla que ha servido para todo, desde acallar a las víctimas hasta proteger durante décadas a abusadores de niños en cómodas dependencias eclesiásticas.
Ha tenido que ser un teólogo alemán, el Papa Benedicto -secundado por un nuevo arzobispo de Santiago-, el que con coraje y diligencia tomara la decisión de desmantelar una organización fundada en la mentira y el abuso en el corazón de nuestra sociedad. Él sí se acerca más al estilo directo de Jesús, a quien no le habría temblado la mano -como con los mercaderes- para expulsar del templo a psicópatas, pedófilos y sus cómplices y encubridores. Y lo habría hecho con palabras como espadas, que rasguen sin piedad los velos que encubren la verdad, porque, como él mismo dijo, "la verdad os hará libres".
La vaca y su mapa
Gourwoman por Sabine Drysdale Diario El Mercurio, Revista Sábado, 26/03/2011http://diario.elmercurio.cl/2011/03/26/el_sabado/mesa_y_mantel/noticias/b4e9e434-058b-4fce-8fc1-44ef73338c0b.htm Son 33 cortes distintos en forma, sabor, textura, grasitud y cada uno tiene su técnica de preparación. Abra sus horizontes, que la vaca es mucho más que filete. Abastero: forma muy irregular, por eso se abre y se corta en tiritas. Muchos lo usan para la parrilla, pero se pierden su mejor versión: a la olla. (cebollas, zanahoria, tomates, apio). Entraña: de sabor fuerte, parecido al de la pana, porque le llega mucha sangre: es el diafragma que permite que la vaca inspire y exhale. Parrilla sí o sí. Tapapecho: De cocción larga y lenta en la olla. Es de fibra dura, así que al horno queda como roca. Excelente deshilachada y para mechada, igual que el pollo ganso o el choclillo. Punta picana: Ideal para parrilla, pero queda mejor si es que asa el corte entero. Deje la carne reposar 10 minutos fuera del fuego antes de cortarla para que los jugos vuelvan a redistribuirse. Sobrecostilla: El comodín. Sirve para la olla, la parrilla, el horno. Aunque queda mejor cocinada largo rato. Plateada: Es de cocción larga en olla, pero si quiere hacerla a la parrilla (brasas), fíjese que venga con la cobertura de grasa. Punta Paleta: Es de los cortes con mayor infiltración de grasa. Excelente para la parrilla o la plancha. Huachalomo: Es el hermano feo del lomo vetado, igual de sabroso, irregular en la forma y mucha infiltración de grasa. Para la parrilla. Posta Rosada: o negra, salvo el tono, es lo mismo. No tiene grasa y poco sabor, ideal para enfermos. Como es dura, hay que cortarla muy delgada. (las empanadas mejor con punta paleta, punta picana o sobrecostilla). Asado carnicero: Corte multipropósito, de forma irregular, por eso no tan bueno para el sartén pero excelente para el horno o la plancha.
GRAMÁTICA PARA NÓMADAS
GRAMÁTICA PARA NÓMADAS
Extractos aleatorios de lento desorden,
espigados de una crónica de Juan Villoro
Los aeropuertos carecen de carácter definido,
cumplen funciones provisionales,
huelen de modo artificial,
aceleran los nervios y las pisadas.
Estos defectos son sus virtudes.
Sólo bajo esas
bóvedas de cristal y aluminio
resulta placentero que exista
una arquitectura de ninguna parte.
La simbología de una terminal aérea es neutra,
comprensible de un modo genérico.
Una gramática para nómadas,
sin adverbios ni adjetivos.
¿Es posible vivir ahí
como un paria de la globalización,
alguien ubicable y al mismo tiempo
deslocalizado?
...
¿qué es un extranjero sino una caricatura?
Extractos aleatorios de lento desorden,
espigados de una crónica de Juan Villoro
Los aeropuertos carecen de carácter definido,
cumplen funciones provisionales,
huelen de modo artificial,
aceleran los nervios y las pisadas.
Estos defectos son sus virtudes.
Sólo bajo esas
bóvedas de cristal y aluminio
resulta placentero que exista
una arquitectura de ninguna parte.
La simbología de una terminal aérea es neutra,
comprensible de un modo genérico.
Una gramática para nómadas,
sin adverbios ni adjetivos.
¿Es posible vivir ahí
como un paria de la globalización,
alguien ubicable y al mismo tiempo
deslocalizado?
...
¿qué es un extranjero sino una caricatura?
EL IMPERIO DE LOS SIGNOS
Extractos aleatorios espigados
a partir de una crónica de Juan Villoro
de su visita hace algún tiempo a Japón
Emplear el tiempo en forma extrema...
en el paraíso de la quietud y de la prisa.
La falta de claridad no está en el entorno sino en la mirada...
Signos en precipitación, nubes, granos en un jardín de arena, enigmas
necesarios para llegar a lo que sí se entiende...
Al no poder leer ni hablar,
el visitante descansa de lo obvio
y sólo entiende, o cree entender, lo excepcional;
entra en un bosque hermético donde cada objeto
y cada brote es o parece ser un símbolo...
La estatuaria placidez de una mujer a la otra orilla del arroyo...
La fuerza secreta de las mujeres...
En esas delicadas recreaciones del erotismo y la crueldad,
hombres aburridos se enamoran de hechiceras
que los destruyen placenteramente.
Fe y razón por Gastón Soublette
Carta al Director Diario El Mercurio, Lunes 28 de Marzo de 2011http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/03/28/fe-y-razon-1.asp Señor Director: El objetivo de la presente es aportar algunas ideas suplementarias para una mejor comprensión de un tema que ha generado tan largas polémicas en estas páginas. La primera idea es que, de hecho, no siempre las creencias religiosas coinciden con lo que en las Sagradas Escrituras se entiende por fe. Eso explica por qué en el mundo hay tantos "creyentes" que piensan y actúan como si Dios no existiera. Por eso también el diálogo con esos creyentes es poco menos que imposible. La segunda idea es que la fe supone una actitud mental de apertura a un ámbito trascendente en el cual la razón humana es sobrepasada. Sin esa apertura uno queda prisionero de las convenciones y de sus propios pensamientos. Por eso, si una persona asume esa actitud en profundidad, su mente siempre tendrá la posibilidad de superarse a sí misma e ir más allá de los lugares comunes del saber convencional. La tercera idea es que la fe no se opone a la razón, sino que la trasciende. Por eso, no todo lo que dijo e hizo Jesucristo nos resulta "razonable". Por eso también su familia llegó a creer que estaba loco. Porque proclamar que "Los últimos serán primeros", que "Bienaventurados vosotros porque sois pobres" (Lucas) y que "Quien retiene su vida la perderá y quien pierde su vida la hallará" no parece adecuarse a lo que nosotros consideramos razonable (¡gracias a Dios!). La cuarta idea es que si Jesucristo hubiese sido un caballero razonable, progresista y formal en todos sus actos, no sería el hijo de Dios, y el cristianismo no habría pasado de ser una mediocre doctrina moral. Porque cuando Dios irrumpe en la historia humana, el hoy puede ser el ayer o el mañana; el sí puede ser el no, y viceversa, y hasta lo sublime puede devenir abominable, y viceversa también. La quinta idea es que la palabra "razón" deriva de la voz latina "ratio", de la cual procede la palabra "ración", con lo que se nos está sugiriendo que la razón divide y parcela el conocimiento, fijando fronteras precisas para ordenar el mundo según las expectativas de una sociedad. Por eso, razón y verdad no son sinónimos, ni se puede recibir el don de la fe por la sola vía del razonamiento. Por eso también los diálogos entre razón y fe adolecen de una falta de elevación que termina banalizando la fe, reduciéndola a un conjunto de creencias que es preciso forzar para que parezcan razonables. ¡Qué lata!
De tongo en tongo
por Roberto Merino
Diario Las Últimas Noticias,
Lunes 28 de marzo de 2011
Circulaba hace años un chiste
sobre un presentador de lucha libre
que por ser gangoso generaba
una confusión al anunciar:
"¡En este rincón El Demonio Rojo,
en el otro rincón El de Moño Rojo!".
Parece que el luchador
llamado El de Moño Rojo
realmente existió en Costa Rica.
Cuando uno indaga
sobre los antiguos protagonistas
del catch as catch can se da cuenta
de que las identidades, las historias
y los mitos se repiten
en varios países americanos.
De hecho, en 1971, cuando comenzó
'Titanes del Ring' en la televisión chilena,
no estaba claro si los representantes
de países extranjeros eran
efectivamente extranjeros.
Había gente que decía que eran
todos cargadores de La Vega Central.
Los niños teníamos la gran ilusión
de que los combates
y los conflictos reglamentarios
que en ellos se producían
fueran de verdad, pero poco a poco
la realidad se nos fue aclarando
a través de una palabra
que sonaba terrible: tongo.
No podíamos entender
que señores tan serios
como Octavio Sufán,
y el "árbitro general"
Ernesto Morales
se prestaran para un engaño.
Eran dos los programas
que esperábamos con ansiedad
todas las semanas:
'Guantes de oro' el viernes
y 'Titanes del ring' los domingos.
Entre los titanes
yo me acuerdo particularmente
de Inca Toro, supuesto peruano,
que pulverizaba rivales
con el famoso 'clavado':
los daba vueltas en el aire
para lanzarlos de cabeza a la lona,
y de El Duende de México,
un guatón de bigotes
que sacaba una manopla
de un escondite bajo el cuadrilátero.
El público del Caupolicán
se volvía loco denunciando a gritos
la trastada mientras se escuchaba
la indignada voz en off de Sufán:
"¡Solicito la intervención del árbitro general!".
Otros héroes y villanos de todos los domingos
eran Black Demon -si no recuerdo mal,
"salido de las aguas del lago Michigan"-,
El Verdugo, Pepe Santos, Mister Chile,
El Estudiante.
Rómulo Jerez, oriundo de Quilpué
que oficiaba de venezolano,
usaba un resquicio muy gracioso
para evitar que contrincantes
más corpulentos lo agarraran:
se paseaba por el ring
con un dedo puesto sobre las cuerdas.
Ya sabemos la regla:
no se puede agredir a un luchador
que está en contacto con las cuerdas.
En Argentina quien armó
el tinglado de la lucha libre televisiva
fue Martín Karadajián, productor
y actor de cine de padre armenio,
que trabajó hasta viejo
en el rubro de las llaves de abandono
y los costalazos.
Los Twist los mencionan
en una canción absurda:
"Tito, qué bonito /
destapaste una botella de champán /
en la casa de Martín Karadajián, /
le manchaste el sofá-cama y el diván".
En una página de internet
encuentro datos sobre los destinos
de algunos luchadores chilenos:
El Mohicano es cuidador de autos en Matucana;
Black Demon, guardia de seguridad;
Mister Chile, ex portero del antiguo
Club Valparaíso; Isidro Rojas, La Momia,
murió acuchillado en 1989.
Algo más sobre Mister Chile:
era fisicoculturista,
se apedillaba Bermúdez
y alguna vez la prensa amarilla
le adjudicó un compromiso matrimonial
con la Coccinelle, el famoso transexual.
Otro tongo.
The Mirror by Edmund Burke (1729 - 1797) Irish Philosopher.
I look in the mirror
And what do I see?
A strange looking person
That cannot be me.
For I am much younger
And not nearly so fat
As that face in the mirror
I am looking at.
Oh, where are the mirrors
That I used to know
Like the ones which were made
Thirty years ago?
Now all things have changed
And I'm sure you'll agree
Mirrors are not as good
As they used to be.
So never be concerned,
If wrinkles appear
For one thing I've learned
Which is very clear,
Should your complexion
Be less than perfection,
It is really the mirror
That needs correction!!
And what do I see?
A strange looking person
That cannot be me.
For I am much younger
And not nearly so fat
As that face in the mirror
I am looking at.
Oh, where are the mirrors
That I used to know
Like the ones which were made
Thirty years ago?
Now all things have changed
And I'm sure you'll agree
Mirrors are not as good
As they used to be.
So never be concerned,
If wrinkles appear
For one thing I've learned
Which is very clear,
Should your complexion
Be less than perfection,
It is really the mirror
That needs correction!!
Nostalgia?....
El festejo de Obama, y Evo tiró el mantel
por Hernán Felipe Errázuriz Diario El Mercurio, Sábado 26 de Marzo de 2011http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/03/26/el-festejo-de-obama-y-evo-tiro.asp La visita del Presidente Obama resultó impecable y mostró a Chile en el centro del escenario internacional, sin las tragedias del terremoto ni las angustias de los mineros. EE.UU. ha cambiado, no tiene los medios para financiar programas paternalistas. Su Presidente decidió abandonar las irritantes políticas de intromisión en los asuntos internos de otros estados y postula relaciones más igualitarias. Habrá que cobrarle la palabra a Obama, valorar su visita en días críticos de su Presidencia, celebrar su paciencia para asistir a comidas y oír discursos interminables, y realizar proyectos conjuntos en tantas áreas en que estamos atrasados, en vez de sentirnos campeones mundiales. Pocos días después, Evo nos amenazó con recurrir a los tribunales y organismos internacionales para forzarnos a entregar territorio. Tiró el mantel y despejó la mesa. Era predecible que pateara el tablero después de la abrupta caída en su popularidad y del convencimiento de que el grueso de la población chilena no está de acuerdo con los pocos que ofrecen enclaves, comodatos o cesiones del territorio nacional, como si fueran sus dueños y por temor a las críticas internacionales. Ahora Chile puede sentarse a una mesa despejada y buscar lo mejor para ambos países, dentro de lo que es posible. No será fácil. Evo, amigo de Jaddafi -ha viajado por años a Trípoli a recibir premios y platas del libio-, tiene algunas de sus patologías: amenaza, miente y crea expectativas imposibles a su pueblo; le soplan desde el Caribe, culpa de sus desventuras al empedrado extranjero, se da increíbles volteretas (propone cese del fuego, por debajo dispara, y no transa ni una molécula). Su bipolaridad lo lleva a pensar que puede demandar y negociar a la vez. Tendrá que escoger. Debemos informar al mundo de las facilidades gratuitas excepcionales que se otorgan a Bolivia para salir al mar, que apreciarían los 30 y tantos países sin costa. La cualidad marítima no es garantía ni obstáculo significativo para el desarrollo. Lo saben los haitianos, que tienen mar, y también los suizos, austríacos y tantos otros que no lo tienen; unos pobres y otros muy ricos. Es importante seguir abiertos a cooperar generosamente con los vecinos bajo nuevas fórmulas, y dejar en claro que, como las demás naciones, no estamos dispuestos a entregar territorio. Ningún país lo ha hecho desde mediados del siglo pasado: revisar las fronteras desencadenaría toda clase de conflictos y guerras. Más de algún gobierno solidarizará con Evo. Así ha sido siempre y no hay que temer cuando se defiende la integridad territorial. La estamos defendiendo unidos en La Haya. Es bueno que estemos juntos, sin distinciones partidistas, sea cuando viene Obama como cuando Evo tira el mantel.
El escritor fantasma y su testigo
por Juan Villoro Diario El Mercurio, Revista de Libros, Domingo 27 de marzo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/03/27/al_revista_de_libros/_portada/noticias/AA2BB700-A2D8-4CA2-8F42-7E56EB180258.htm?id={AA2BB700-A2D8-4CA2-8F42-7E56EB180258} Escribir por encargo y a nombre de otro: es un escritor fantasma. ¿Qué pasa si lo es de 200 personas, desde las cartas de amor a Twitter? ___________________________________________________________________ El primer escritor profesional que conocí fue Paco López Fischer. A los 12 años cobraba un mazapán por una carta de amor. Su otra pasión consistía en lanzar perdigones de papel humedecidos con su saliva y bolitas de migajón. Su blanco favorito eran las orejas. Una tarde de granizo descubrió que pocos impactos duelen como un golpe en el lóbulo. Además, se trataba de un objetivo ideal para un virtuoso. Es fácil darle a una nuca. Las orejas reclaman puntería. Lanzar proyectiles fue la primera seña de que quería comunicarse a distancia. Sin embargo, como autor no buscaba destinatarios propios. Escribía cartas sobre pedido. Hacía dos o tres preguntas sobre la chica en cuestión. Eso le bastaba para concebir un pormenorizado romance literario. En la época en que las peluquerías se volvían "unisex", comenzó a recibir encargos de mujeres para dirigirse a sus novios. Con admirable profesionalismo, se puso en la piel de las enamoradas y redactó elogios y reproches de emoción genuina. En ocasiones se hacía cargo de las dos partes de la correspondencia, mostrando habilidad para enamorarse y abandonarse a sí mismo. Al terminar la secundaria ya le decíamos Cyrano. El apodo le iba bien por su capacidad de escribir con corazón ajeno y su carácter de duelista. El seductor anónimo era un adversario conocido. Provocaba lanzando bolitas de papel; si la víctima lo retaba, disfrutaba de una buena golpiza. La misma persona que suplantaba por escrito a la dulce Naty, tenía los nudillos destrozados. Su cuerpo de boxeador podía albergar a una doncella o a un rudo pretendiente. Cuando empecé a escribir me vio con desprecio: "Eso no es profesional". En efecto, yo no cobraba. Poco después me cambié de escuela y le perdí la pista. Quise escribir un cuento sobre él, pero me faltaba el desenlace. Me intrigaba que hubiera atado y desatado los romances de una generación sin mostrar otro interés por los demás que el ocasional deseo de partirles la cara. Su escritura había sido utilitaria; no cultivaba otro género que las cartas por encargo. El enigma se perfeccionaba porque yo estaba en sus antípodas: no cobraba, confundía mis pasiones con las ajenas, carecía de entusiasmo por el pleito. Busqué su nombre en revistas de jóvenes escritores y editoriales marginales; en premios, becas y congresos. Fue en vano. Hace unas semanas lo encontré en Twitter, amparado en un seudónimo sólo descifrable para sus amigos de primaria. Le pedí que nos reuniéramos. Su respuesta fue típica de la realidad sin fronteras de internet: vive en Alaska. El niño que cobraba con mazapanes ahora trabaja para una compañía de alimentos bajos en calorías. Sus aforismos en la red van de lo desafiante a lo rabioso. Estaba por borrarlo de mi lista de twitteros cuando me avisó que vendría a México. Nos encontramos y entendí por qué no había puesto su foto en Twitter: no hace otro ejercicio que enviar mensajes. Sin embargo, está satisfecho del destino que le ha dejado un cuerpo rubicundo, abusivamente sedentario: es escritor fantasma de 200 cuentas de Twitter. Cobra por eso y calcula que en unos meses podrá abandonar su otro trabajo. Sus clientes son políticos de distintos partidos, parejas atribuladas, seductores que cortejan al mayoreo, opinionistas de la prensa, actrices más o menos famosas y "ciudadanos de a pie". La tecnología vino en su auxilio para convertirlo en Cyrano del siglo XXI: "Hay gente que no tiene qué decir, pero hoy en día si no mandas mensajes, no existes", explicó. Le pregunté si no era conflictivo representar a tantas almas, y me dio otra lección de materialismo: "Sólo si no me pagan". Su gusto por comunicar es perfectamente instrumental: lanza palabras como quien avienta huesos de aceituna. Le apasiona establecer contacto sin motivo para hacerlo, una afición primitiva, típica de nuestra modernidad. No se ha casado y no necesita otras relaciones más que las que modifica a distancia. Fiel a su estilo, me preguntó cuánto me pagaban. Le pareció una bicoca. Luego criticó mi ropa: "Tweed de imitación". Era extraño que un autor fantasma dijera eso. Luego el hombre de las 200 voces me criticó de un modo peculiar: "Tus textos siempre parecen tuyos". Hablar con Paco me dejó la sensación de dirigirme a 200 personas que no estaban ahí. Él se decepcionó de sólo dirigirse a mí. Limitaciones de escritores.
Rezos callejeros
por Roberto Merino Diario El Mercurio, Revista de Libros, Domingo 27 de marzo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/03/27/al_revista_de_libros/revista_de_libros/noticias/3B41DCE4-C469-4CBB-A74F-0E3D35A1B2C8.htm?id={3B41DCE4-C469-4CBB-A74F-0E3D35A1B2C8} Me asombra un poco la gente que se empeña en ridiculizar el hecho de que otros recen. De este modo han llegado incluso a quitarles a los niños esa básica invocación al Ángel de la Guarda que tantos miedos nos disipó en las noches de la infancia. No se trataba tan sólo de miedo a los fantasmas y a los monstruos de las películas, sino también de un temor más profundo a oscuridades que intuíamos refugiados bajo las sábanas: la noche infinita, el vacío, la irrealidad de la vida, la misma muerte. Yo les diría a los campeones del escepticismo lo mismo que un político inglés del siglo XIX al dirigirse al Parlamento: "¡Por el amor de Dios, admitan al menos por un momento que pueden no tener la razón!". No deberíamos inflar tanto el pecho si no sabemos algo muy importante: por qué hemos venido a patalear un rato sobre la faz de la Tierra para después pasar a integrar la legión de los muertos. Jung decía: ni siquiera sabemos qué es la conciencia. Sin duda hemos desplazado la fe hacia zonas alejadas de la religión. Lo más absurdo es que se les crea a los políticos en épocas de campaña. Los políticos mismos creen en conceptos como la dignidad del cargo y la condición de ciudadano. Yo, por otra parte, creo firmemente en la acción casi milagrosa de los antidepresivos y de los ansiolíticos, pero últimamente he descubierto algo que no constituye novedad alguna: que las oraciones son muy efectivas para disipar la angustia. Lo he comprobado en circunstancias aciagas, caminando desbocado por la calle con el "corbatín" de la angustia pescándome la garganta. Tras un rato de repetir en un murmullo "Santa María, madre de Dios..." me he dado cuenta de que esa especie de dolor psíquico comienza a retraerse y finalmente se extingue. Sugiero, para estos casos, acudir a un rezo de la religión del país de uno, lo más reconocible, lo más fácil. Me parece difícil que funcione para nosotros el "om mani padme um" del mantra budista. Sin embargo, en cualquier oración católica -sobre todo en las letanías a la Virgen- están presentes los mecanismos de los mantras: repetición, sustracción mental, condicionamiento de la respiración, dilución del yo. Esto se trata, más que de un asunto de fe, casi de una moción de humildad: abandonar, precisamente, la frecuente ansiedad por ser dueños de la razón todo el tiempo. Algunos de los títulos que a través de los siglos se le ha ido dando a la Virgen conforman un hermoso paradigma y se encuentran en las letanías: Estrella del Mar, Torre de Marfil, Rosa Mística, Arca de la Alianza, Casa de Oro, Reina del Mundo, Vaso Espiritual.
¿Por qué Montaigne?
por Jorge Edwards Diario La Segunda, Viernes 25 de Marzo de 2011http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2011/03/25/por-que-montaigne.asp Los que no conocen, y la verdad es que no son muchos los que conocen, preguntan. Los demás, que forman una sociedad secreta, saben y se quedan callados. Porque hay más de alguien en Japón que lee a Montaigne, y algún disidente chino que lo tiene como lectura de cabecera, y no faltan personas en Islandia, en Singapur, en Senegal, en Uruguay y Bolivia, que lo siguen desde hace muchos años. Miguel de Montaigne vivió en el siglo XVI en una torre situada en las cercanías de Burdeos, cerca del pueblo vinícola de Saint-Émilion, en la cumbre de una pequeña montaña (de ahí su nombre). El apellido de su padre era Eyquem, y su madre era descendiente cercana de judíos sefardíes de España (López de Villanueva). Los abuelos se habían enriquecido en el comercio del pescado ahumado y el joven Miguel, para ennoblecerse, dejó a un lado el nombre familiar y adoptó el del lugar de su residencia. Los vecinos hablaban mal: decían que los torreones del castillo de los Eyquem tenían olor a pescado. Pero Miguel, que dominaba la literatura de la antigüedad clásica, que había recibido, gracias al empeño y a los bienes de fortuna de su padre, la mejor educación de su tiempo, descubrió la forma literaria del ensayo moderno y fue el escritor más libre, más abierto a los aires del vasto mundo, más irónico, de mayor gracia, de inteligencia más lúcida, del Renacimiento europeo. Sólo se puede comparar con Erasmo en los Países Bajos, con Maquiavelo en Italia, con Bacon en Inglaterra, aun cuando logró un estilo más personal, más incisivo, más ameno que el de nadie. Insistió en que escribía ensayos, no resultados, y su reflexión siempre se llenaba de narraciones, anécdotas, ejemplos antiguos y contemporáneos. A su manera, me parece que fue uno de los primeros novelistas en el sentido moderno del género de la novela. De ahí que leerlo produzca adicción, y que esa adicción, en los más remotos y variados rincones del planeta, perdure hasta hoy mismo. Gustave Flaubert tenía la costumbre de leer tres o cuatro páginas suyas antes de ponerse a dormir. Alguien sostuvo que quizá no es el mejor de todos los escritores, pero que si le dieran a elegir una persona de la historia de la literatura con quien conversar una tarde entera, lo elegiría a él sin la menor duda. Estoy de acuerdo sólo en parte, hasta cierto punto. Uno conversa con algunos libros mejor que con otros: uno puede conversar con las obras del doctor Johnson, por ejemplo, con los retratos de poetas de Thomas de Quincey, con los ensayos de Jorge Luis Borges, con las páginas finales del Quijote. Montaigne pertenece a la misma especie humana y literaria. Uno conversa con él; uno se identifica con su escritura. Algunos de mis primeros lectores, en Madrid, me aseguran que ahora se van a poner a leer los Ensayos. Pero se me acerca una persona de mediana edad, en una moderna biblioteca de Sevilla, y me sorprende. Soy un lector empedernido de Montaigne, me confiesa, y ahora me voy a poner a leerlo a usted. Son los vasos comunicantes de la literatura, las redes subterráneas. Después se me acerca una simpática pareja que habla el español con acento extranjero. Somos de la región de Burdeos, cuentan, vecinos de las tierras del ensayista, y hemos vivido unos años en Chile y comido en el Chiringuito de Zapallar. El mundo es ancho, sin duda, pero no es tan ajeno como pensaba el otro. Montaigne, que tomaba partido, pero que no fue nunca hombre de partido, sostenía que era gibelino para los güelfos, y güelfo para los gibelinos. Como quien dice: derechista para la izquierda, de izquierda para la derecha. No creo que un hombre de hoy, después de la endiablada experiencia política del siglo XX, si es informado, lúcido, reflexivo, pueda sentir las cosas de otra manera. En la época de los socialismos reales, se soñaba con el paraíso del futuro y se vivía en el infierno del presente: el de la censura, el soplonaje, la escasez de los bienes cotidianos y la inflación de los discursos. Montaigne proponía que pensemos menos en el futuro, en los “mañanas que cantan”, como solía decirse en la Francia de hace veinte o treinta años, y que comprendamos mejor el sentido y la belleza del instante. La vigencia actual del Señor de la Montaña deriva, quizá, de su noción del pasado, del futuro y del presente. Los campesinos de su región, explica en una de sus páginas, no pensaban nunca en la muerte, pero cuando les tocaba morirse, lo hacían mejor que Aristóteles, vale decir, con serenidad superior, con auténtica elegancia. Montaigne es uno de los inventores del género del ensayo, y siempre me dije que su ensayismo, entre reflexivo y narrativo, lleno de digresiones, de sorpresas, de humor y de melancolía, es un perfecto anticipo de la novela moderna. Sus páginas están escritas con la pluma de la broma y la tinta de la melancolía, como dijo Machado de Assis, el brasileño, que estaban escritas las suyas. Machado de Assis llegó por los caminos del siglo XVIII inglés, a través de Sterne y de Fielding, a Cervantes. Don Miguel pudo haber conocido a su tocayo francés. Aunque no lo haya conocido, la broma melancólica que domina en todo el Quijote es de estirpe, de aire montaignista. El problema es que Cervantes tuvo que ser recaudador de impuestos, y el pensador de la región de Burdeos, en cambio, fue propietario de algunas tierras, de un castillo más bien modesto, de algo de ganado. Eso le dio mejores posibilidades de libertad y supo aprovecharlas a fondo. En el estudio de la torre me encontré con las famosas frases de la antigüedad griega y latina escritas en las vigas del techo, aparte de una que otra línea moderna. También había tres sillas de montar puestas sobre sendos caballetes, detalle que los críticos sesudos han tendido a omitir. Al escritor, sin embargo, le gustaba encerrarse en ese lugar y salir de vez en cuando. Hacía largas cabalgatas, y en sus años maduros, en compañía de dos o tres amigos, de dos personas de servicio y de un escribiente, viajó a caballo, sin ninguna prisa, desde su tierra, pasando por Francia, por Suiza, por Alemania, hasta Roma. Ahí fue examinado con severidad por los teólogos de la Congregación de la Fe y recibido al final por el Papa. Eran tiempos peligrosos y fascinantes. Tuvo que regresar de Italia para hacerse cargo de la alcaldía de Burdeos, pero pronto intentó retirarse para gozar de la compañía de las “doctas musas”. Aunque sostuvo que había sido bastante malo como alcalde, los vecinos de Burdeos insistieron en reelegirlo. Sabemos algunas cosas y podemos adivinar el resto. Es uno de los detalles que me gustan de su historia personal: es contradictoria, secreta, llena de incesantes sorpresas. Ofrezco disculpas, por lo tanto, por mi insistencia en el tema.
Acentuando el genio del idioma
por Sagitario Diario El Mercurio, Día a Día, Miércoles 23 de Marzo de 2011http://blogs.elmercurio.com/editorial/dia-a-dia/acentuando-el-genio-del-idioma.asp Cada idioma tiene su carácter, su manera de ser. Es el genio del idioma, que se manifiesta en su prosodia, su ortografía, su sintaxis. Según la acentuación, por ejemplo, se podría decir que el castellano es un idioma grave; el alemán, esdrújulo; el francés, agudo: cuando algún humorista quiere remedar a un francés en español, lo hace agudizando casi todas las palabras en la última sílaba. La acentuación castellana es bastante lógica. La tilde nos señala dónde debemos cargar la voz, y a veces el significado de las palabras. Célebre, celebre y celebré se escriben literalmente igual, pero la tilde nos indica que la primera es un adjetivo, la segunda una forma del imperativo y la tercera una forma del pretérito indefinido. Tras las nuevas reformas ortográficas de la Real Academia Española se ha discutido la supresión de la tilde en sólo cuando es adverbio y equivale a solamente, tilde usada para diferenciar el adverbio del adjetivo solo. El ilustrado presidente de la agencia EFE, Álex Grijelmo, autor de "El genio del idioma", valoró las recientes reformas ortográficas, pero declaró que seguirá acentuando el adverbio sólo para diferenciarlo del adjetivo solo: "La norma antigua evitaba el error de interpretación al cien por ciento. A veces el que escribe puede no ver la ambigüedad, y percibirla, sin embargo, el que la lee. Si puede resolverse en el texto un problema, ¿para qué esperar a resolverlo en el contexto?". Ahora, si usted le envía un correo a su librero anunciándole: "Iré solo a mirar libros", el librero podrá suponer que usted irá sin compañía, pero también que usted irá únicamente a mirar sus libros. Una simple tilde puesta o no puesta habría evitado su perplejidad.
In God we trust?... Semper fidelis?
por Gonzalo Rojas Sánchez Diario El Mercurio, Miércoles 23 de Marzo de 2011http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/03/23/para-los-eeuu-con-respeto.asp Criado desde los cinco años en un ambiente en que había que aprender pronto a hablar inglés ( American , por cierto) y celebrar el 4 de julio cantando " Oh, say can you see... ", asumo el sesgo, pero agradezco esa formación. Treinta y cinco años después de egresar del Saint George's College, llegó la posibilidad de enseñar Historia de los Estados Unidos de América en un cuarto año de Licenciatura. A estudiar mucho; no quedaba otra. Manuales, monografías, clásicos, papers de última generación; facts, facts . Pero al mismo tiempo que armaba el aparato de datos, comenzaron a aflorar las coordenadas fundamentales de la historia estadounidense, como si los 12 años de básica y media, en bloque, se posaran bajo el profesor. ¿Qué apareció entonces? ¿Qué enseño hoy? Ante todo, que los Estados Unidos son un proyecto de salvación propia que está preñado de un sentido misional: " In God we trust" es la divisa que mueve a los primeros peregrinos y que -aunque mil veces afirmada y unas cuantas decenas de veces también traicionada- sirve como referente para su actuar hacia el mundo entero. Pocas naciones -¿existe otra?- se atreven a medirse y ser juzgadas por esa vara, nada menos que la del Creador. Las demás creaturas podemos calificar el intento como hipócrita, pero quienes lo sostienen, conscientes de esa crítica, merecen el respeto que se dispensa al valiente. Está también su portentosa aventura de la libertad, del emprendimiento y de la creatividad. Es el american dream que cautiva y acoge a millones desde comienzos del siglo XVII, pero que también los ha devorado con un pragmatismo y un individualismo que no se ha compadecido con los sujetos de color rojo (nativos) o de color negro (esclavos) o incoloros (los aún no nacidos y abortados). Para muchos de ellos, y por mucho tiempo, los sueños han sido interrumpidos. No han tenido ni paz ni vida. Un tercer elemento es la conciencia de su grandeza nacional. Cantábamos de niños: " America, America, God shed his grace on thee". De océano a océano, su destino manifiesto ha sido expandirse en todas las direcciones que el territorio permitía. Lo conquistaron, lo poblaron, lo desarrollaron. Pero está pendiente todavía que lo humanicen plenamente. Para intentarlo, iniciaron un experimento republicano, bastante receloso de la democracia popular, que poco a poco, sensatamente, fueron transformando en una práctica de amplia participación. " We the people of the United States", declararon originalmente, pero les ha costado mucho hacer realidad esa premisa. Y, por eso mismo, nada de mal estaría que, con toda sinceridad, reconocieran ante la historia comparada en cuántas cosas han ido ganando terreno gracias a los ejemplos ajenos. ¿Son efectivamente un crisol de razas, de mentalidades y de sectores sociales como para autodeclararse la melting pot por excelencia? Depende. Qué duda cabe de que ninguna dimensión de lo humano les es ajena, que born in the USA es un sello que garantiza enormes posibilidades hacia adelante, por esa misteriosa igualdad en el punto de partida. Pero, por otra, es indudable también que todavía, incluso post Obama, importan, y mucho, el acento y el color de la piel. No puede terminar el curso sin una referencia al afán bélico de los Estados Unidos. Hace ya casi 250 años que, en el mundo entero, han sido una maquinaria estratégica de influencias diplomáticas y de guerra. " Semper fidelis " es el lema de sus marines , de los que desembarcan en todas las tierras para hacer la guerra, para llevar la paz. Gracias, muy noble. Pero no esperen que evitemos preguntarnos si lo hicieron bien, si nos fueron fieles, también a nosotros. En la diplomacia en Chile; en la guerra en Libia.
Acta de la primera sesión por Pelayo Figueroa
Diario El Mercurio, Revista Ya, Martes 25 de Mayo de 2010http://blogs.elmercurio.com/ya/2010/05/25/acta-de-la-primera-sesion.asp Motivados por esta columna semanal, varios amigos del suscrito –en adelante, Figueroa— han llamado, unos para hacer críticas con simpatía, otros para dar el pésame, por decirlo de manera elegante. Con un grupo de ellos, los más identificados con la lectura, Figueroa se juntó la semana pasada. Asistieron Samaniego, separado, tres hijos; Olea, casado, dos hijos; y Valderrama, conviviente, sin hijos. La conversación fluyó en el segundo piso de un pub de calle Constitución, amenizada por cervezas y shops, excepto Olea, que optó por un vodka tónica. Hubo consenso en pedir un crudo al plato para compartir entre los cuatro, el que, según se comprobó después, se hizo poco. Abrió la sesión Samaniego, quien comunicó a los presentes su actual estado civil, sorprendiendo a Valderrama, quien siempre es el último en enterarse de las noticias. Samaniego contó que, durante los 11 años que duró su matrimonio, debió asumir labores hogareñas que jamás hizo durante su soltería y que, hasta entonces, le parecían alejadas de su condición de hombre: desde lavar platos hasta pasar la aspiradora. Dichas tareas, dijo, las realizaba sin rezongo alguno. Figueroa recordó haberlo llamado telefónicamente un par de veces, obteniendo en ambas ocasiones por respuesta que le era imposible atender pues mudaba a la guagua. Samaniego no desmintió tal afirmación, pero agregó que jamás se sintió avergonzado ni menoscabado en su calidad de macho, pues consideraba que hacía lo correcto. Entre los costos que mencionó fue la renuncia a algunas amistades —casi todas, la verdad— y la notoria disminución de su tiempo libre. —Me parece que nunca pude ver entera una película en televisión –admitió. Olea, en su turno, se mostró menos conforme con su condición de hombre beta, aduciendo que ha sumando responsabilidades sin obtener nada a cambio. —En qué momento dejamos que pasara esto —arengó, mientras trituraba el último pedazo de carne en su boca. Valderrama decidió pedir otro plato de crudo, moción que fue aprobada por unanimidad. Éste último pronunció una sentida reflexión: —Somos hombres en contacto con nuestro lado femenino. Sólo nosotros sabemos que hay tres tamaños de guantes para lavar la loza. Samaniego intervino: —Yo siempre me sentí juzgado de la misma manera brutal tanto en la pega como en la casa. Y mi matrimonio se terminó por eso: estaba tan exigido en comprender a mi ex mujer y con el cuidado de los niños, que nunca fui una solución para ella. Olea apuntó con el tenedor a Samaniego y dijo: —Ahora no se trata sólo de mantener a nuestras mujeres. Hay que hacerlas felices y si no eres sensible a los intereses de ella, estas frito. Los presentes se enfrascaron en una larga conversación en que, en líneas generales, se intercambiaron datos acerca de marcas de pañales, restaurantes con juegos infantiles, los mejores supermercados y páginas en internet que facilitan la crianza. Valderrama aprovechó un silencio para lanzar un chiste: —Parecemos minas hablando. Ríen Figueroa, Samaniego y Olea. Betas contra Alfas Pelayo Figueroa Diario El Mercurio, Revista Ya, Martes 01 de Junio de 2010http://blogs.elmercurio.com/ya/2010/06/01/betas-contra-alfas.asp Ante el éxito de la primera reunión, celebrada en el segundo piso de un bar en calle Constitución, Valderrama, Olea, Samaniego y quien suscribe vuelven a reunirse, pero ahora no de noche, sino que al mediodía; y no en un bar, sino que en una cancha de baby fútbol. La idea fue aprobada por unanimidad en la sesión anterior, ya que la conversa se extendió más de la cuenta en el tema deportivo, momento en que los presentes coincidieron en señalar que, desde que se casaron, prácticamente no han vuelto a vestir de corto, actividad que durante la soltería era considerada una santa tradición. Para la ocasión han llegado otros participantes, no todos identificables por el suscrito, pero reconocidamente alfas. Por cierto, entre ellos se debe mencionar la presencia de Emilio Pereira, sobre quien hay consenso en que pronto pasará a las filas del macho sensible. Valderrama, en camarines, luce una vistosa venda en la rodilla, situación que no explica a cabalidad. Sin embargo, aventura una idea respecto de los hijos, pese a que no los tiene. —Es un problema asumir un mayor cuidado con los hijos, porque se pierde autoridad. Samaniego, quien nota que su polera amarilla de la selección de Brasil ya no se le ve tan suelta como antes, retruca: —Que uno tome ese rol no significa que deje el otro. Como en todos los mamíferos, es la voz del hombre la que pone orden y apacigua. Hay risas entre la concurrencia Alfa. Olea intenta salvar la situación: —A las mujeres les sirve tener a alguien como uno al lado. Ya no quieren un macho Alfa: quieren a alguien con quien poder jugar y relajarse, alguien que les cocine, que les pregunte cómo están... Hay más risas alfas. Pereira, siempre atento a la polémica, interviene mientras se acordona las zapatillas: —Lo que pasa es que ustedes abandonaron su misión: dejaron espacios y ellas se los tomaron. Y las mujeres necesitan que alguien le ponga límites. El suscrito reclama el poco involucramiento de los alfas en la crianza y lo limitado que es hoy el rol del proveedor, a lo que un Alfa responde cosas como: “Les pasamos por encima en el trabajo y le vamos a pasar por encima en la cancha”. Otro toma la pelota, se la arroja con fuerzaa Samaniego y agrega que la vida no es para “hombres lavaplatos”. Valderrama y Olea sujetan a Samaniego, rojo de furia. Los ánimos se caldean en camarines y se escuchan opiniones cruzadas entre alfas y betas. Es la hora. Los presentes salen a la cancha. Se miran fijo. Hace frío. Comienza el partido.
Albergar la tradición
Diario El Mercurio, VD Vivienda & Decoración,
Sábado 19 de marzo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/03/19/vivienda_y_decoracion/arquitectura/noticias/C0BE5C78-88E1-4228-B915-CC651FC3431C.htm?id={C0BE5C78-88E1-4228-B915-CC651FC3431C}
Muy versátil debía ser el Espacio Scout del Colegio Saint George's de
Santiago, un recinto proyectado por Mutar Arquitectos, quienes a
través del proyecto buscaron "apoderarse" del lugar donde se emplazó
la obra.
Décadas de historia es la que tienen los scouts en el Colegio Saint
George's de Santiago. Varias generaciones han formado parte del
movimiento que con el paso del tiempo ha consolidado su importancia y
valor en la comunidad, tanto que hace un tiempo el establecimiento
decidió construir un espacio exclusivo para ellos.
Hace un par de años, la institución llamó a un concurso para dar forma
al nuevo recinto. Entre las condiciones estipuladas estaba que al
menos uno de los integrantes del equipo debía ser parte del colegio
(ex alumno o apoderado), requerimiento que cumplían los miembros de
Mutar Arquitectos (www.mutar.cl), la oficina compuesta por Claudio
Molina, Eduardo Villalobos y Daniel de la Vega -quien estudió en el
Saint George's-, que finalmente se adjudicó el certamen.
Se impusieron sobre otras 14 proyectos que, como el de ellos,
proponían espacios más cómodos para los scouts. "Estaban en un lugar
muy restringido, en un espacio donde no lograban desentenderse de las
otras actividades escolares y donde sus acciones estaban muy
condicionadas", explican los miembros de Mutar.
El sitio donde se emplaza la obra de 400 m² fue definido por el
establecimiento. La elección, además de entregar al grupo cierta
independencia, buscó liberar el parque que antes ocupaban y aprovechar
un terreno hasta entonces "perdido"; un sector de más de tres mil
metros cuadrados ubicado al final de un camino que atraviesa las
construcciones y canchas deportivas.
Por ahí se llega a los límites del colegio, a las faldas del cerro
Manquehue donde, rodeado por un bosque de olmos, un estanque de agua y
un canal de regadío se ubica este edificio, que desde un comienzo
procuró relacionarse armónicamente con el entorno.
"Buscamos apoderarnos del lugar en su extensión, de apropiarnos del
terreno con elementos que acogen las distintas escalas de reunión,
actividades como acampar, hacer fogatas, jugar, etc.", dicen los
socios de la oficina. "Quisimos aprovechar la potencialidad del sitio
y dar respuesta a los usos específicos de cada grupo por separado o
cuando están juntos", agregan.
Plantearon como corazón de la propuesta dos volúmenes que albergan un
auditorio, salas multiuso y bodegas -seis en total- para cada sección.
Además de la altura -más de siete metros- distinguen a estos cuerpos
los vanos que los atraviesan en paredes y techos.
Alrededor de estas construcciones ubicaron una plaza para encuentros
masivos, donde caben hasta 300 personas. Ésta cuenta con una parte
techada, un quincho y una torre que, entre otras cosas, funciona como
hito del lugar. También destaca una pirca que recorre el terreno y
actúa como "elemento unificador" del proyecto.
Troglodita Domesticado
Columna Terremoto en mi casa por Pelayo Figueroa Diario El Mercurio, Revista Ya, Martes 22 de Marzo de 2011http://blogs.elmercurio.com/ya/2011/03/22/terremoto-en-mi-casa.asp O yo soy un tipo frío, sin sentimientos ni consideración, o Paola es una mujer hipersensible, que todo le afecta. Ayer me decía que el clima estaba raro por el terremoto en Japón. Yo le respondí que siempre en marzo el clima es así de raro. Y ella que sí, que es por Japón, y yo que no, que es lo de siempre. Y así nos pasamos un buen rato, hasta que ella cortó la discusión con un: eres un insensible. A veces pienso que las diferencias entre ambos son así, abismantes y sin sentido. Podría ceder y decirle que sí, que a lo mejor el terremoto influye, y evitarme un mal rato, pero hay un minuto en la conversación en que no se puede no más. En que hay que seguir adelante, porque es un asunto de principios. —¿Sabes? —le respondí—. El problema es que yo soy más racional que tú. No se lo dije para provocarla, se lo dije porque es un hecho científicamente comprobado: el hombre es de razones y la mujer de sentimientos. Pero si ya estaba un poco ofuscada con la tonta discusión climática, eso la indignó. De lo que me contestó, sólo recuerdo algunas palabras y frases aisladas: machista, troglodita, y qué sí soy sensible, también soy racional, harto más que tú y bla bla bla. —¿Ves? —la interrumpí—. Tu respuesta es como eres: más pasión que razón. Aquí, de la indignación pasó a furia y arremetió atropellándose en sus propios argumentos, hasta que se levantó de la mesa y se encerró en el dormitorio. Fin. Siempre hace eso cuando se enoja: se encierra en la pieza. También enciende la tele y sube el volumen. Y abre y cierra las puertas del clóset como si estuviera haciendo sus maletas para irse. Ya la conozco: al principio esa reacción me asustaba y yo terminaba haciendo esto: —Tocando la puerta de la pieza. —Entrando en forma silenciosa. —Poniendo cara de perdóname, fui un imbécil. —Esperando de ella una sonrisa perdonavidas. —Y acercándome para abrazarla. Así Paola salía triunfante de cualquier discusión. Pero el problema es que ya me sé de memoria esa puesta en escena, tan bien armada por ella y que por años le dio grandes resultados. Ya no. Ayer, desde el living la escuchaba y me imaginaba su decepción al ver que pasaban los minutos y yo no tacaba la puerta. ¡Já! Después de todo, no hay relación entre el terremoto en Japón y el clima raro en Santiago. Me puse a leer el diario para esperar mi victoria: que ella saliera, se acercara en silencio y me pusiera cara de tienes razón, la embarré. Y disfrutaba el momento imaginando cuál debería ser mi actitud. ¿Ser magnánimo y aceptar su disculpa? ¿Ser orgulloso y mantenerme impenetrable? ¿Restarle importancia al asunto? ¿Guardar silencio y abrazarla? ¿Hacerme el ofendido para que sufra? Son tantas las alternativas, pensé, que es fácil sentirse poderoso. En el dormitorio, sin embargo, no había ruidos, ni había puertas de clóset abriéndose, ni tele encendida. Tardé poco tiempo en darme cuenta del silencio, y una idea comenzó a atormentarme: ¿y si se me pasó la mano y ahora está llorando? ¿Será eso? ¿Pero es posible que haya sido para tanto? Hemos tenido discusiones peores y ésta es una de las más ridículas que recuerde. ¿Qué importa quién tiene la razón? Traté de poner más atención a los ruidos y nada: silencio. Dejé el diario, fui a la pieza y puse mi oído en la puerta: silencio. Entreabrí la puerta: silencio. Metí mi cabeza hacia la pieza y ahí estaba ella. ¿Lloraba? No. Sólo estaba sentada en la cama y hojeaba una revista. ¿Y qué hice? Pues nada, ya tenía mi cabeza adentro, así que: —Entré sin hacer ruido. —Le puse cara de perdóname, fui un imbécil. —Esperé su sonrisa perdonavidas. —Me acerqué y nos abrazamos. Y bueno, qué quieren que les diga: el clima raro es por el terremoto en Japón.
LA METAMORFOSIS A TODA CARRERA (ESCARABAJO / BEATLE)
She came in through the bathroom window,
Lady Madonna... I should have known better
that it wasn't a good idea to do it in the road...
that long and winding road has my back in mysery,
specially, carrying that weight.
I didn’t wanted to spoil the party,
but, Martha my dear, not a second time,
your mother shoukd know
that you have to hide your love away
(everybody’s got something to hide
except for me and my monkey).
Happiness is a warm gun
and I Am the Walrus, Hey bulldog!
You can't do that
Have you seen those little piggies
crawling in the dirt? Yer blues.
Enough of Mean Mr. Mustard.
Call Dr. Robert or Run For Your Life,
Sexy Sadie...Helter Skelter
Can’t Buy Me Love
Cry Baby Cry
You've got the Devil In your Heart
So Don’t Bother Me
Better Another Girl
This is The End
A Hard Day's Night
of a Day in the Life...
Now I am Free as a Bird
with a Little Help from My Friends,
Come Together
with Lucy in the Sky with Diamonds
or a ticket to ride in a Yellow Submarine
in an Octopus’s Garden;
a Magical Mystery Tour
with Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band
......
Dear Prudence:
Oh, Darling! Help!
I'm a Loser,
a Nowhere Man,
just a Fool in the Hill,
that wants to be a Paperback Writer
writing words of love for you, only for you.
While My Guitar Gently Weeps
You Really Got a Hold on Me
Tomorrow Never Knows
We Can Work It Out
Think For Yourself
Tomorrow Never Knows
As Yesterday was Twist and Shout
I Need You
I Want To Hold Your Hand
I Wanna Be Your Man
I Should Have Known Better
When I Saw You Standing There
that It was Only Love
Here Comes The Sun
Good Day Sunshine
Here, There And Everywhere
Now I'm Getting Better
(It's getting better all the time
Girl, In My Life I (never) Feel (so) Fine
Thank You Girl
All My Loving
JPGR
Lady Madonna... I should have known better
that it wasn't a good idea to do it in the road...
that long and winding road has my back in mysery,
specially, carrying that weight.
I didn’t wanted to spoil the party,
but, Martha my dear, not a second time,
your mother shoukd know
that you have to hide your love away
(everybody’s got something to hide
except for me and my monkey).
Happiness is a warm gun
and I Am the Walrus, Hey bulldog!
You can't do that
Have you seen those little piggies
crawling in the dirt? Yer blues.
Enough of Mean Mr. Mustard.
Call Dr. Robert or Run For Your Life,
Sexy Sadie...Helter Skelter
Can’t Buy Me Love
Cry Baby Cry
You've got the Devil In your Heart
So Don’t Bother Me
Better Another Girl
This is The End
A Hard Day's Night
of a Day in the Life...
Now I am Free as a Bird
with a Little Help from My Friends,
Come Together
with Lucy in the Sky with Diamonds
or a ticket to ride in a Yellow Submarine
in an Octopus’s Garden;
a Magical Mystery Tour
with Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band
......
Dear Prudence:
Oh, Darling! Help!
I'm a Loser,
a Nowhere Man,
just a Fool in the Hill,
that wants to be a Paperback Writer
writing words of love for you, only for you.
While My Guitar Gently Weeps
You Really Got a Hold on Me
Tomorrow Never Knows
We Can Work It Out
Think For Yourself
Tomorrow Never Knows
As Yesterday was Twist and Shout
I Need You
I Want To Hold Your Hand
I Wanna Be Your Man
I Should Have Known Better
When I Saw You Standing There
that It was Only Love
Here Comes The Sun
Good Day Sunshine
Here, There And Everywhere
Now I'm Getting Better
(It's getting better all the time
Girl, In My Life I (never) Feel (so) Fine
Thank You Girl
All My Loving
JPGR
El árbol del conocimiento por Jorge Edwards
Diario La Segunda, Viernes 18 de Marzo de 2011http://blogs.lasegunda.com/redaccion/2011/03/18/el-arbol-del-conocimiento.asp Algunos hablan de un cambio de época. Piensan que habrá, a partir de Fukushima, un antes y un después. Desde luego, como primera reacción de cronista desvelado, se hace difícil, remoto, casi irreal, escribir sobre James Joyce y sus amigos de Dublín, sobre Italo Svevo, sobre esa gente y esas cosas. Desde el sábado 11 estamos leyendo diarios, siguiendo programas especiales de televisión, escuchando comentarios, especulaciones variadas, informes científicos, discutiendo hasta el agotamiento. Hubo un elemento de sorpresa enorme, sobre todo para nosotros, que no esperábamos que un terremoto y un tsunami de la magnitud de los nuestros se repitieran después de sólo un año, y ahora hay uno de espera, de atención no demasiado esperanzada, de incertidumbre esencial. Los expertos avanzan algunas posibilidades, pero da la impresión, por lo menos a un lego, de que nadie sabe con exactitud qué puede ocurrir. Los expertos son capaces de presentar hipótesis más elaboradas, pero dejan abiertos puntos de interrogación que equivalen a verdaderos abismos. Hay situaciones que ya pueden analizarse hoy, pero el accidente todavía no está controlado. Es decir, se puede analizar todo lo que uno quiera, pero al mismo tiempo hay que cruzar los dedos. Me reúno con un pintor de los viejos tiempos, casi contemporáneo mío, y con gente de una generación más moderna. No recuerdo haber conversado sobre las bombas de Hiroshima y de Nagasaki con una intensidad, con una pasión, comparables. Eran sucesos terribles, desconocidos, pero por lo menos ayudaban a poner fin a una guerra devastadora. Los accidentes nucleares de ahora, en el noreste del Japón, parecen, por el contrario, abrir un período más sombrío y más amenazante. A mí me sorprende y me interesa el tono de los artistas de hoy. En nuestro tiempo, comenta el dueño de casa, todos éramos de la extrema de algo. El análisis racional era de por sí sospechoso. Predominaban el ideologismo y el voluntarismo. ¿Y si el pueblo le pide la luna?, preguntaba Jean-Paul Sartre, y Fidel Castro, a su lado, desde su altura, contestaba: ¡Se la damos! Era la contestación esperada en esos años. Ahora, en cambio, un pintor joven, conocido, de éxito, un Claudio Bravo de otra nacionalidad, sostiene que el proceso de construcción de centrales nucleares, tanto en Europa como en otros lugares del mundo, no se puede interrumpir. No hay alternativas, dice: no hay suficiente petróleo, ni carbón, ni gas natural. O recurrimos a lo nuclear, o regresamos a las cavernas. De manera que el problema es otro: impedir que el desarrollo nuclear nos obligue a regresar a la prehistoria por caminos que no habíamos previsto. En la sala hay una dama sensible, de buenos sentimientos, que se pone roja como un tomate y nos mira con ojos de espanto. Opina que el mundo contemporáneo construye y consume en exceso, en una carrera desmedida contra no se sabe qué. Habría que bajar ese ritmo enloquecido, inventarse menos necesidades artificiales, refugiarse, a lo mejor, en el sur de Chile. Revolotean alrededor de nosotros los viejos mitos apocalípticos y surge en el horizonte, al otro lado de las montañas finales de la Patagonia, la ciudad encantada y dorada de los Césares, la forma que adquirió en el sur de América la leyenda tropical de El Dorado. Trataremos de evitar nuevos accidentes, puesto que el refugio del sur, de la Patagonia mágica, no es suficiente, a pesar de todas las utopías, pero tendremos que convivir con un sentimiento nuevo, además de muy antiguo: la más esencial inseguridad. En una época me dediqué a estudiar y a escribir sobre el tema de Fausto, que arranca de la antigüedad clásica, pero que se prolongó en diversas metamorfosis hasta los umbrales de la época moderna. Siempre sentí que tenía un aspecto profético y un dejo de pesimismo radical. La vieja noción del pacto con el diablo es la mejor metáfora de la entrada del hombre de Occidente en la modernidad. Las versiones del pacto son muchas y cambian con cada autor. En algunos casos, el acuerdo se hace para conseguir la imposible juventud. El demonio nos concede unos cuantos años y después nos tira a la basura, como le sucede a Dorian Grey, o al infierno. Pero el gran pacto, el que preside el Fausto de Goethe, es el del conocimiento. Y se asemeja, de algún modo, al que propone la serpiente en el Génesis: el árbol del bien y del mal es también el del conocimiento. El desarrollo científico moderno nos ha llevado a la desintegración del átomo y a manejar la fuerza nuclear. Pero uno se pregunta, frente a los sucesos de Japón, si ese supuesto manejo, ese control, no son en el fondo ilusorios. Parece que el demonio nos da poder por un tiempo y después nos cobra la cuenta, como en el mito fáustico, y nosotros, ingenuos, frágiles, no escarmentamos. A todo esto, las imágenes de la zona de la catástrofe nos hacen pensar en el caos primigenio: un fin y un comienzo. Son las fuerzas elementales en acción. Quizá tengamos que seguir por estos caminos, con seguridad reforzada, pero desde ahora sabemos que la inseguridad nos amenaza detrás de todo. Es el equivalente a la pérdida de la inocencia.
Contrapunto japonés
por Alfredo Jocelyn-Holt
Diario La Tercera, 19/03/2011
En "La Gran Ola", el famoso grabado de Hokusai, no sólo llama la
atención la cresta ondulante del mar de Kanagawa, sus espumas
engarfiadas y la amenaza a tres embarcaciones, sino la aparente
impasibilidad de sus tripulantes, cuál de todos más flemático que el
otro a su lado. Digo aparente, porque, a menos que concluyamos que los
japoneses son "semihumanos", y así a veces a ojos occidentales
prejuiciados se nos manifiestan, es muy probable que dichos pescadores
estén aterrados igual que cualquier mortal (por algo Hokusai
"engarfia" las babas de aquella ola monstruosa). Otra cosa, bien
diferente, sin embargo, es que controlen sus emociones. Cuestión que
algunos occidentales lo saben, entienden y, cómo no, nos asombra y
deja admirados.
Según Ruth Benedict, en El Crisantemo y la Espada
(1946), el clásico texto sobre la mentalidad nipona que la
antropóloga, basándose en estudios para el gobierno norteamericano,
elaborara en plena guerra mundial, los japoneses no serían como
nosotros. Tienden a disociar y compartimentar experiencias (v. gr.
frecuentar geishas no implica infidelidad matrimonial). Gozan los
placeres de la vida, tanto o más que en otras culturas -un buen
ejemplo, el mero acto de bañarse-, pero, por motivos de
responsabilidad o simple cortesía son capaces de sacrificar dichos
goces o hábitos, al punto de anularse en tanto individuos si, por el
contrario, lo colectivo y sus reciprocidades debidas han de primar.
Endurecerse, como antigua y ascéticamente se practicaba (e. g.
levantándose antes del alba para "ducharse" bajo una catarata gélida),
se entiende como una manera de subordinar el cuerpo a dictámenes de la
mente. De hecho, su máxima expresión de control, reservada a personas
que han alcanzado el dominio absoluto de sí, consistiría en actuar
"como si estuviesen muertos", signo de que habrían superado hasta su
propio "yo" observador y castigador. Sólo entonces, despojado de
cualquier óxido o descomposición debilitadora viviente, se puede
destellar como un sable filudo y brillante.
Evidentemente, los
códigos de conducta virtuosa en una cultura como ésta no son éticos ni
religiosos, sino estéticos o técnicos. Sus modelos son las artes de
eximia perfección que los japoneses practican desde siglos: arquería,
esgrima y otras artes marciales, también el teatro, caligrafía y el
ceremonial del té.
Marguerite Yourcenar en Una vuelta por mi cárcel,
que al igual que su otro gran libro Mishima o la visión del vacío
versa sobre Japón, lo explica con una maestría oriental digna de su
tema. Para los japoneses, la vida es como un guión preestablecido del
que se sabe de antemano su eventual desenlace. Por tanto, no radica
ahí en "vivirla" (vivir, sufrir, gozar la vida) su valor y gracia,
sino en "actuarla". Como en el teatro, en que ya se sabe el argumento,
y entonces, si vamos una y otra vez a ver la misma pieza dramática es
porque lo que importa, fascina y nos sorprende no es otro que el actor
del reparto. El actor que se despoja de su propio ser y se convierte
en el personaje de la obra: el único que verdaderamente vive.
Semejante disposición esteticista para con todo desaconseja
estridencias, evita histerismos y aspira a esa majestad incólume,
siempre intacta, del Monte Fuji, lo único con que no puede la Gran
Ola.
---
Brief comment:
La vida como representación,
eso sí, como representación irrepetible
en la que hay una sola función para cada actor del reparto,
aunque en el conjunto de la historia humana, pareciera
muchas veces que se repite el argumento una y otra vez,
aunque no siempre el desenlace para cada 'función' sea predecible...
«Semejante disposición esteticista para con todo desaconseja
estridencias, evita histerismos y aspira a esa majestad incólume,
siempre intacta, del Monte Fuji, lo único con que no puede la Gran Ola
» (aunque en sí -el Monte Fuji- encierra otro peligro).
Cierto modo de vivirpor Francisco Mouat
Diario El Mercurio, El Sábado, 19 de marzo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/03/19/el_sabado/tiro_libre/noticias/DDB4D1A7-A5DF-4CFC-9BD9-BCC49BD2C8E6.htm?id={DDB4D1A7-A5DF-4CFC-9BD9-BCC49BD2C8E6} Un amigo viene hablándome desde hace tiempo de un economista alemán de apellido Schumacher que escribió muchos años atrás un libro -según él, de extraordinaria vigencia- llamado Small is beautiful. Lo pequeño es hermoso. Bello título, magnífica idea. Le hago caso a mi amigo y empiezo a investigar a Ernst Schumacher. Primera conclusión: mi amigo no fue todo lo enfático que se necesitaba: el alemán, que se murió en 1977, es un sabio humanista que debería ser ahora mismo materia obligada de estudio en colegios, universidades y lugares de trabajo. Es un economista que propone un estudio sobre economía donde importa la gente. Qué subversivo, ¿no? En un modelo donde la gente pareciera obligada a colocarse en los últimos escalones de importancia frente al dios supremo y omnipresente del mercado y la rentabilidad inmediata, Schumacher afirma que el hombre es pequeño, y por eso lo pequeño es hermoso. Que el problema económico "no es tanto de recursos y medios, sino de mentalidades". Que "si los vicios humanos como la codicia y la envidia se cultivan de manera sistemática, el resultado inevitable será entonces el colapso de la inteligencia". Schumacher lo piensa y lo divulga. Lo pequeño es hermoso. Mirar los árboles y aprenderse sus nombres para tratarlos con todo el respeto que merecen, bajar la vista hasta encontrarnos con un libro que nos agrada, abrazar a un amigo o una amiga y hacerles sentir el cariño que sientes por él o ella. Reparar en la mirada -mientras aún sea posible, mientras respiremos bajo el mismo cielo- de tu padre y tu madre. Regalar un libro que te gusta. Hay quienes no entienden que lo pequeño es hermoso porque alguien les dijo que debían pensar en grande. Y como piensan en grande no tienen tiempo para detenerse en lo pequeño. Ellos buscan agrandarse en vez de achicarse. Fusionarse con otro tiburón para comerse al tercero y al cuarto y al quinto de modo que ya no haya que repartirse la cosecha que idealmente podría alcanzar para muchos más. Lo pequeño es hermoso. Hablar de a dos y no precisamente a los gritos, y encontrar el alma del otro y en ese momento también la propia, es un privilegio al que me propongo no renunciar. Es como el título de esta página: se trata de cultivar un cierto modo de vivir. El café de la mañana, por ejemplo, junto a mi esposa. Lo venimos practicando más o menos desde un año atrás. Cada vez es más relevante este momento de los dos. Son en total cuarenta o cincuenta minutos de un reloj normal, pero valen oro y todo el tiempo del mundo. Es una manera serena y conversada de empezar el día. Existimos nosotros dos en esa mesa del café, y todos aquellos a los que convocamos con nuestra conversación y a veces nuestros silencios. Es un rito esencial. Mucho más que una costumbre, sin duda. Nunca sabemos sobre qué hablaremos. No hay pauta. Es como esta página: la habitan los temas que orbitan los días y las horas en que se escribe. Schumacher sentía aprecio por la inteligencia, la felicidad y el humor. En Small is beautiful escribió que "la sabiduría exige una nueva orientación de la ciencia y la tecnología hacia lo orgánico, comedido, no violento, elegante y bello". Despreció el trabajo en serie, y, cosa extraordinaria en un economista, reconoció la existencia de un alma. No lo decía para imponer un punto de vista religioso, sino para validar aquella dimensión espiritual que nos empuja, entre otras cosas, a valorar el arte y a leer lo que Schumacher tenga para decirnos en un momento crítico. Anoche, tarde, vi un poco de televisión, noticias, para ser preciso, y la más relevante de ella no era la derrota feroz que significa que en Libia se estén matando unos con otros, sino el alza del precio de la bencina que provoca el conflicto y las colas kilométricas en las estaciones de servicio de ciudadanos desesperados, cansados y sin embargo dispuestos a estar dos y hasta tres horas haciendo fila en sus autos para ahorrar mil doscientos pesos por llenar el estanque. Mil doscientos pesos: el precio de un café cortado como el que nos tomamos todas las mañanas con mi mujer
A años luzpor César Barros
Revista Qué Pasa, 18 03 2011 Sección: Negocioshttp://www.quepasa.cl/articulo/16_5277_9.html En medio del debate sobre cómo diversificar la matriz, hay otro aspecto en el que hace falta poner la atención: el funcionamiento del mercado energético. Un vistazo a la experiencia europea puede resultar vergonzoso, pero pródigo en modelos. Chile en el pasado tuvo la audacia de ser un pionero en la puesta en marcha de importantes innovaciones económicas: privatizamos empresas, creamos las AFP y las isapres, bajamos los aranceles aduaneros, abrimos las carreteras al sector privado, mejoramos la institucionalidad eléctrica, cambiamos la Ley de Bancos por una mucho más moderna y ágil y le dimos independencia al Banco Central. Pero hoy, 30 años más tarde, sólo hemos "parchado" esas soluciones, y con ya casi dos generaciones de chilenos de por medio, es necesario mirar nuevamente hacia quienes están en la punta de la tecnología para replantearnos la Ley del Banco Central, la Ley de Bancos, la institucionalidad de la salud privada, y para no olvidarnos: la forma en que se regula la energía en Chile. Ésa es, visiblemente, la más atrasada de todas. ¿Dónde están los modelos? Europa ofrece excelentes ejemplos. Recientemente viajé a Oslo, Leipzig y Madrid en una misión para nada relacionada con la visita del presidente. Con los representantes de SalmonChile participamos en el foro de Acuicultura del norte de Europa (North Atlantic Seafood Forum o NASF), donde nuestra presentación sirvió para calmar las inquietudes de empresarios y expertos del norte de Europa, que temían una expansión alocada de nuestra producción, con efectos negativos en lo sanitario y en lo económico. Las proyecciones chilenas fueron coincidentes con las de los expertos europeos. Esas proyecciones muestran un crecimiento ordenado, que no pone en peligro ni el actual estatus sanitario chileno, ni el precio internacional del salmón -a lo menos por estos próximos tres años- y resaltaron la importancia de los cambios en la matriz productiva chilena causados por la nueva ley del sector. La hora de la vergüenza, sin embargo, llegaría con el segundo propósito del viaje: analizar el mercado de la energía, para ver de primera mano cómo opera en esa parte del mundo. Lo primero que llama la atención es el grado de desregulación de los mercados energéticos. Por ejemplo: en España -que no son ningunos "Chicago Boys"-, uno puede cambiar de proveedor de electricidad con la misma facilidad con que aquí nos cambiamos de compañía de telefonía celular o de TV cable. Como si en Chile uno pudiera enojarse con Chilectra y cambiarse a CGE, Endesa u otra sin mayor dificultad. Normalmente operan en ese mercado "intermediarios" regulados que acopian usuarios, ofrecen paquetes y diversas condiciones a los usuarios grandes, medianos y pequeños. El único precio regulado es el que afecta al segmento más pobre, con un consumo base pequeño, esquema que nos aseguraron sería cambiado por un subsidio directo y focalizado al más breve plazo: notable sistema en un "Estado de bienestar". El precio desregulado se fija en forma diaria y horaria, basado en la oferta y demanda que se determina en un mercado centralizado y transparente, en base a remates continuos. El despacho de la energía se hace en forma independiente, a través de un modelo de transporte muy sofisticado. La mayor parte de las grandes empresas se cubren de fluctuaciones en base a un activo mercado de futuros o de contratos de largo plazo, que se "sacan" del sistema de remate diario o intradiario. En Europa pudimos ver los mercados de última generación en el tema energético, y comprobar con pena que en Chile seguimos con regulaciones que fueron modernas hace 30 años, pero que hoy están completamente obsoletas. Este sistema les ha permitido un tremendo avance en la competencia, al poder moverse libremente los usuarios entre diferentes generadores o intermediarios. Un sistema de precios "spot" y de futuros que entrega señales transparentes a los inversionistas que no han parado de poner en marcha nuevas generadoras de ciclo combinado -aparentemente sin ruido por parte de los ambientalistas- y, en definitiva, que es lo más importante, entregando un costo de energía que es menos de la mitad del que sufrimos los chilenos. En Alemania y Noruega el sistema es parecido, sólo que en vez de tener una entidad central que remata los precios y exige las garantías del caso, ellos tienen bolsas de energía que manejan los mercados "spot" y de futuros, acompañados por cámaras de contraparte única, que controlan las garantías de los usuarios, y que nunca sufrieron con la quiebra de Enron. El esfuerzo de los europeos ahora es la interconexión energética entre ellos y la interconexión total de las bolsas, sus estándares y lo ídem con sus cámaras de compensación. Mientras estábamos por esos lados salió la noticia de la compra por parte de la Deutsche Börse a la NYSE. La consolidación de gigantes. Y, en forma simultánea, se ve el florecimiento de bolsas más pequeñas, que acaparan nichos como la energía, los salmones, el transporte, el carbón y el cabotaje marítimo. No suelen ser como las bolsas que conocemos: son tecnología pura. Tampoco poseen muchos corredores: las mismas bolsas tienen sus "dealers", que interactúan con el mercado no bursátil (OTC), y más que una asociación de corredores (como la Bolsa de Comercio de Santiago) son una empresa en sí misma, con su propia fuerza de venta, y su interconexión con otros mercados. A futuro, todas las bolsas europeas de nicho estarán firmemente interconectadas: vimos cómo JP Morgan es actor (clearing agent) en casi todas ellas. Lo cual hace que el precio del transporte, de la energía eléctrica y del carbón sea uno solo, y se acaben los monopolios regionales en forma progresiva, acercándonos cada vez más a mercados transparentes, informados y democráticos, al alcance de todos los usuarios. Cuando nos preguntaban cómo funciona este mercado en Chile, no podíamos disimular nuestra frustración. Salía el tema ambientalista. La carencia de un mercado de futuros y de opciones. La inexistencia del mercado "multicarrier". Las utilidades de ciertas empresas. Y, sobre todo, el costo de nuestra energía. Era necesario, además, explayarse en las dificultades políticas para abrir nuevas plantas, lo que gatillaba una sorpresa generalizada en nuestros interlocutores, quienes tienen en su imaginario que Chile es un país ultraliberal, de mercados supercompetitivos y liberalizados. En definitiva, pudimos ver los mercados de última generación en el tema energético, y comprobar con pena que en Chile seguimos con regulaciones que fueron modernas hace 30 años, pero que hoy están completamente obsoletas. Y teniendo como resultado un costo de energía que es el doble del que de verdad nos merecemos, con todas las consecuencias del caso para nuestra competitividad.
Fe y moral
Cartas
por Julio Retamal Favereau
Diario El Mercurio, Domingo 20 de Marzo de 2011
Señor Director:
En su último artículo, titulado "Fe y Razón",
el señor Agustín Squella, luego de aludir a varios temas,
concluye que las religiones tienen un potencial moral,
gracias al cual deberían ser evaluadas positivamente.
Sin embargo,
es sabido desde la Antigüedad
que existe una moral natural,
que emana del hombre mismo,
en su desarrollo espiritual.
Eso explica que,
tanto los preceptos positivos
como las prohibiciones o tabúes
sean básicamente los mismos
en todas las culturas.
Así "honrar a los padres"
o bien, "no matar", "no mentir", "no robar"
son comunes a toda la humanidad.
Las religiones sólo codifican
y transforman en obligatorias
algunas de estas disposiciones.
De manera que se puede afirmar
que las religiones no consisten
en simples códigos o guías morales.
En cambio, lo que caracteriza a las religiones
-a lo menos a la cristiana-
es la creencia en la trascendencia,
en el misterio, en la espiritualidad,
en la purificación constante de nuestra esencia
-no sólo de nuestro comportamiento moral-,
a través de ejercicios espirituales,
oraciones, meditaciones y práctica de la caridad,
que es el amor a Dios traducido en amor al prójimo.
En otras palabras, las religiones trascienden ampliamente la moral.
Su contenido y su mensaje son muy superiores a las reglas de conducta.
Esto, no obstante, no significa que haya que ignorar o despreciar los
principios éticos.
Ellos son parte de un todo,
pero ese "Todo",
que podemos llamar Dios,
abordable por Fe y Razón,
los sobrepasa con creces.
por Julio Retamal Favereau
Diario El Mercurio, Domingo 20 de Marzo de 2011
Señor Director:
En su último artículo, titulado "Fe y Razón",
el señor Agustín Squella, luego de aludir a varios temas,
concluye que las religiones tienen un potencial moral,
gracias al cual deberían ser evaluadas positivamente.
Sin embargo,
es sabido desde la Antigüedad
que existe una moral natural,
que emana del hombre mismo,
en su desarrollo espiritual.
Eso explica que,
tanto los preceptos positivos
como las prohibiciones o tabúes
sean básicamente los mismos
en todas las culturas.
Así "honrar a los padres"
o bien, "no matar", "no mentir", "no robar"
son comunes a toda la humanidad.
Las religiones sólo codifican
y transforman en obligatorias
algunas de estas disposiciones.
De manera que se puede afirmar
que las religiones no consisten
en simples códigos o guías morales.
En cambio, lo que caracteriza a las religiones
-a lo menos a la cristiana-
es la creencia en la trascendencia,
en el misterio, en la espiritualidad,
en la purificación constante de nuestra esencia
-no sólo de nuestro comportamiento moral-,
a través de ejercicios espirituales,
oraciones, meditaciones y práctica de la caridad,
que es el amor a Dios traducido en amor al prójimo.
En otras palabras, las religiones trascienden ampliamente la moral.
Su contenido y su mensaje son muy superiores a las reglas de conducta.
Esto, no obstante, no significa que haya que ignorar o despreciar los
principios éticos.
Ellos son parte de un todo,
pero ese "Todo",
que podemos llamar Dios,
abordable por Fe y Razón,
los sobrepasa con creces.
AMPLIAR LOS ESPACIOS DE LA MEMORIA
Entrevista La novela llega a librerías chilenas esta semana: Jorge Edwards: "Montaigne soy yo" Marilú Ortiz de Rozas Diario El Mercurio, Revista de Libros, Domingo 20 de marzo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/03/20/al_revista_de_libros/_portada/noticias/574D3A50-BE9A-42A5-AB3C-FF61321A15BB.htm?id={574D3A50-BE9A-42A5-AB3C-FF61321A15BB} La muerte de Montaigne , que se lanza mañana en Madrid, transcurre en un momento crucial de la historia de Francia. A su autor le evoca la realidad chilena de los últimos años. Por su sabiduría y espíritu conciliador, Montaigne es para Edwards un referente, además de un escritor gracioso y libertario. Con la ardiente pluma del novelista, con la pasión investigativa del biógrafo y con la profundidad del ensayista aborda Jorge Edwards a su personaje: Michel Eyquem, más conocido como Montaigne (1533-1592). Las ideas del ilustre pensador, escritor y político renacentista francés, creador del género literario del ensayo, condujeron a la promulgación del Edicto de Nantes, que terminó con las sangrientas guerras de religión en Francia. En este tratado, que anuncia la declaración de los derechos humanos modernos, fragua "el espíritu de conciliación, de equilibrio, de libertad, de los ensayos de Montaigne", escribe Edwards. A la vez, la novela nos transporta a las matanzas que lo antecedieron, a la conversión al catolicismo e investidura de Enrique IV, a las intrigas, comilonas y regicidios, pero también al lecho amatorio de su protagonista. En particular, al que hipotéticamente Montaigne compartió con una ferviente admiradora veinteañera, Marie de Gournay, quien sería la editora de las últimas versiones de los Ensayos , y su "hija de alianza". Entre Zapallar y París Edwards se toma todas las licencias a su haber para crear velados episodios; incluso se interna en los olores del cuarto mortuorio, en los estertores postreros y en los últimos predicamentos en latín del maestro, escena cumbre de esta novela, configurada a partir de puras conjeturas. Pero La muerte de Montaigne , publicada por Tusquets Editores, es también un pretexto de Jorge Edwards para hablar de Jorge Edwards: desde su infancia, hasta su propia muerte. Consignó que quiere ser enterrado en el cementerio de Zapallar, que fue el paisaje que miraba por la ventana cuando escribió esta novela: "... es uno de los lugares que amo en este mundo: cementerio marino, modesto, lleno de árboles magníficos, situado en una punta donde el océano golpea con fuerza en caletones de roca, donde el ruido del oleaje es intenso, bronco, incesante". No sospechaba él, cuando empezó este manuscrito, que a los dos meses de entregarlo, estaría instalado en la capital del país de Montaigne, como embajador de Chile en Francia. Su francofilia es de conocimiento público: "En un congreso me presentaron una vez como 'Jorge Edwards, un escritor inglés, nacido en Valparaíso, al que le gusta mucho la literatura francesa'. Lo último es cierto". Respecto de la muerte de Edwards, el nuevo escenario introdujo un cambio: "He encargado a mis amigos que si muero en París me cremen y tiren mis cenizas al Sena". Y respecto de La muerte de Montaigne , se trata de una de sus obras más reflexivas, donde desentraña el mensaje conciliatorio del autor renacentista, de lo particular a lo universal y luego a lo local. Es decir, Edwards demuestra que sus enseñanzas se propagaron en la época dentro de su ciudad (Burdeos), y de allí a una nación francesa que aún no era tal, "sino un invento de poetas" -a cuya unidad y formación Montaigne contribuyó-; luego al mundo entero. Finalmente, sugiere que también podrían ser de utilidad a nuestro país, hoy. Haciendo un paralelo con la situación confrontacional que vivía Francia durante las guerras de religión, Edwards manifiesta que Chile aún no ha superado los antagonismos políticos de las últimas décadas del siglo pasado. Un gran modelo -¿Por qué el escritor de apellido inglés nacido en Santiago aborda hoy un libro sobre Montaigne? -Uno escoge un escritor sin pensar mucho si está cerca o lejos, o si está en otra parte. Los caminos de la literatura son otros. Ocurre que, desde adolescente, he estado atento a Montaigne y lo he leído mucho. En ese entonces, cuando empecé a escribir, fui un gran lector de los autores de la generación española del 98, como Azorín, Baroja, Unamuno. Ellos siempre se referían a Montaigne porque daban una lucha dentro del mundo hispánico por la libertad intelectual y el gran modelo era él. Montaigne no sólo es el escritor más libre que ha existido, respecto de su visión del mundo y de las cosas, sino que incluso lo es en su forma de escribir. Él no propone ni da lecciones definitivas, ni soluciones globales e ideológicas. Él dice: "yo escribo ensayos, no resultados". A mí esa fórmula me parece fenomenal y la aplico en mis crónicas. Además, Montaigne es un escritor de humor e ironía extraordinarios, no se toma a sí mismo con demasiada seriedad. -¿Se identifica mucho usted con su personaje? -Ciertamente, pero eso sucede en la novela. Yo, al igual que Flaubert dijo "Madame Bovary c'est moi", puedo decir en este momento "Montaigne soy yo". Pero yo no soy un loco que se cree Montaigne, sino una persona que al identificarse con un pensamiento, se va metiendo en la piel del personaje. Esto es broma. Yo creo que, en realidad, Flaubert nunca dijo eso, se lo deben haber atribuido los periodistas de la época. Lo que sí es cierto es que, si no se produce una identificación del autor con los personajes, la novela no funciona. Se vuelve aburrida. Otra característica que me interesa mucho de Montaigne es que es un escritor del instante. Él no se preocupa mucho del futuro, tampoco del pasado, el pasado ya pasó; sino que prioriza la riqueza del presente. -En su obra literaria usted ha desempeñado una importante labor como memorialista, ¿con el tiempo la ha ido ampliando? -Claro, ampliar la línea del memorialismo consiste en ampliar los espacios de la memoria. En este libro incluso entro en la cámara donde se produce el asesinato de Enrique III -también en la callejuela donde matan a Enrique IV, el discípulo preferido de Montaigne-. Uno somatiza el crimen, siente hasta las cuchilladas. Escribiendo este libro estuve en la piel de varios personajes: Montaigne, los dos Enrique, Azorín y la mía también. Me divirtió mucho incluir como capítulo de esta novela mi visita a Burdeos. -¿Está tan abandonada la famosa Torre de Montaigne, como cuenta usted? -Es que Montaigne es muy antiguo y la gente de Burdeos no sabe mucho de él. Aquí en Francia hay algunos intelectuales que lo conocen al revés y el derecho; Montaigne es un gran ídolo, pero, al mismo tiempo, un maestro un poco lejano, que actúa en una época muy distante. Para mi uso literario, me gusta que sea un personaje de acción y de retiro. Se encierra a escribir en su torre, pero, casi a pesar suyo, le toca estar en instantes decisivos de su país, además en un ambiente de guerra civil. -Usted compara constantemente la Francia del siglo XVI y la situación chilena... -Yo creo que en Chile lo que ha habido por muchos años, en las últimas décadas, es una división muy profunda, que no ha llegado a una guerra civil pero ha estado muy cerca. Yo siempre hablo de esta división, de lo que significa una guerra externa, o una guerra civil no declarada, y toda la intolerancia que acarrea. Por eso me encanta esa frase de Montaigne que, refiriéndose a las luchas de familias y de facciones en la Italia del siglo XIV, dice: "Yo era güelfo para los gibelinos y gibelino para los güelfos" -¿Es también lo que le ha pasado a usted? -Claro que me ha pasado, pero es lo propio de todo ser humano que no actúa como un simple monigote. Este libro tiene también una reflexión política, pero no de político profesional, porque yo no he militado en ningún partido, no he sido de ningún bando, realmente. Anoche conversaba con un viejo amigo, un pintor español, y recordábamos que en nuestra juventud todos éramos "medio comunistoides", como decíamos, pero eso quedó completamente atrás, es anacrónico. Hay una cantidad de personajes esenciales en el pasado, a los que ahora uno trata con bastante irreverencia, pero no voy a entrar en detalles porque en Chile me van a dar con un palo en la cabeza.... No se salva casi nadie, porque había mucho fanatismo en esa época y mucho simplismo. Hoy día todo el mundo sabe que Fidel Castro es un adefesio, pero aún cuesta decirlo. -Usted afirma que el gran sueño de Montaigne era encerrarse en su torre a escribir, mirando los viñedos bordeleses. ¿Cuál sería el sueño suyo? -El mío consistiría en tener una torre como la de Montaigne, porque no la tengo (risas). Aquí en la embajada, en el lugar donde me encuentro ahora, mi salón privado, que se sitúa en el sector de la residencia, tengo una muy bonita vista a otra torre, la cúpula de Los Inválidos. Esto compensa, ya que las embajadas tienen una faceta muy latosa. A veces me gustaría poder estar encerrado aquí las 24 horas. -De todas sus aficiones, usted revela que para Montaigne la más importante era el orgullo castrense. ¿Qué es lo más importante para usted? -No, el orgullo castrense no. Es que en esa época había una nobleza de la profesión militar. Para mí, lo más importante es el respeto a la verdad, en la política, en la literatura, en las relaciones humanas. Es lo que he tratado de hacer. He sufrido las consecuencias de ello. -¿Cómo logra compatibilizar literatura y diplomacia? -No sé si lo logro. Eso lo sabré en mi próxima reencarnación. Ser escritor en Chile es una locura, una utopía; el mercado lector es tan chico. La diplomacia ha sido un camino para muchos autores, dentro de poco estoy invitado a un seminario sobre este tema. Y como diplomático, cuando se es además escritor, uno tiene un relativo fuero. En lo práctico, me levanto muy temprano, claro, no soy un héroe, si fui a una comida, como anoche, no; pero por lo general suelo escribir entre las 7 y las 9 de la mañana, antes de empezar a trabajar. Ahora escribo muy rápido, de hecho este libro lo redacté como en seis meses. En lo que me demoro mucho es en revisar. Me interesa el ritmo, soy un escritor más musical que plástico. -¿Y qué proyectos tiene ahora? -Por lo pronto, acabo de terminar, desde aquí, el primer tomo de mis memorias (260 páginas), y como ya acabó el frío, me estoy preparando para vivir una primavera más en París y salir de gira con La muerte de Montaigne . Mañana se lanza en Madrid, al día siguiente en Sevilla, iré a presentarlo a Buenos Aires en abril, a México en mayo, y a Santiago en julio. Además, en Chile coincidirá con la celebración de una fecha terrible, la de mis ochenta años. La muerte de Montaigne es mi regalo de cumpleaños.