Pesimista


"Para ser pesimista, no es necesario ser un bicho raro o un vejete cascarrabias y gris como el de la ilustración que complementa esta lección. Ser pesimista puede reflejarse en actitudes mucho más sutiles que en el contexto de una persona "normal" provocan un ruido aún más molesto, como una ingenua gotera en el lavamanos..

Para ser pesimista, no es necesario ser un bicho raro o un vejete cascarrabias y gris como el de la ilustración que complementa esta lección. Ser pesimista puede reflejarse en actitudes mucho más sutiles que en el contexto de una persona "normal" provocan un ruido aún más molesto, como una ingenua gotera en el lavamanos. Vamos viendo.

1. Es preferible (y con más estilo) dejar fluir su psicosis apocalíptica con propiedad y salir a la calle envuelto en un lienzo con leyendas como "el fin está cerca", a deslizar solapadamente comentarios alarmistas como: "Está temblando harto ¿ah?, como que algo grande va a pasar" o "Impresionante la sequía, ¿juntas agua?".

2. Mucho cuidado con convertirse en el pesimista organizacional, ese ser nefasto que siempre deja entrever algún mal augurio para lo que sea que se emprenda, con frases como: "Me tinca que va a llover", "no creo que llegue nadie" o "cada vez que hacemos esto, no resulta".

3. Nunca cometa la ordinariez de dejar caer un comentario pesimista en pleno peak existencial de un otro: "¿Te subieron el sueldo?, seguro que te quitan los bonos", "¿Vas a tener un hijo?, nunca más dormiste". 

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